Tienen un bebé y una pitón gigante como mascota

Tras divulgar en las redes sociales una foto en la que se ve en primer plano a un chiquito de pocos años al lado de una enorme serpiente pitón albina, los vecinos de la familia afincada en Pablo Podestá ( Buenos Aires)  que tenían semejante ‘mascota’ realizaron la denuncia.
Tras la denuncia vecinal, la Municipalidad de Tres de Febrero realizó el allanamiento al domicilio particular denunciado, en el barrio Altos de Podestá, y agentes de la Dirección de Antropozoonosis constataron la presencia de la serpiente, una de más de tres metros.

Intervino en el hecho el Juzgado de Garantías N° 5, a cargo de Nicolás Schiavo, y del rescate del animal participaron funcionarios judiciales, policías del Comando de Prevención Comunitaria (CPC) y profesionales de Antropozoonosis, quienes trasladaron el ejemplar al serpentario del Hospital Malbrán.

«El juez decidirá si luego va a un zoológico», indicó Eduardo Rainés, de Antropozoonosis de Tres de Febrero, quien además alertó: «Una serpiente no es una mascota. Conservan su salvajismo, muerden y envuelven a la presa hasta cortarle la respiración cuando sienten peligro».

Como se sabe, las serpientes de este tipo representan un peligro cierto sobre todo para los más chiquitos, dado que tienen predilección por los mamíferos de sangre caliente, matando a sus presas por asfixia: primero muerden agarrándola con la boca y enrollando rápidamente su cuerpo alrededor de ellas.

En esa situación ejercen una fuerte presión sobre las costillas y los pulmones, impidiendo que la presa pueda inhalar, causando finalmente la muerte por asfixia para luego engullirla.

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