El violador serial que quiere morir y no lo dejan

Frank Van Den Bleeken tiene 52 años y hace 30 que está preso. Se reconoce como una amenaza para la sociedad y no quiere vivir más. Este domingo se le iba a aplicar la eutanasia. Pero los médicos se negaron.

Frank Van Den Bleeken tiene 52 años pero no quiere vivir más. Después de pasar casi 30 años en prisión tras ser declarado culpable en los años 80 de varias violaciones y el asesinato de una adolescente, el belga solicitó hace años que le fuera aplicada la eutanasia, legal en el país desde 2002.

Se considera «una amenaza para la sociedad» y dice estar pasando «un sufrimiento psicológico insoportable», una de las razones legales para pedir la eutanasia.

El gobierno belga, por boca de un portavoz del Ministerio de Justicia, confirmó la semana pasada que se aceptaba la petición de Van Den Bleeken después de una decisión en ese sentido tomada por los jueces el pasado septiembre. La eutanasia debía aplicarse este domingo en la prisión de Brujas, al norte del país, donde está internado el preso.

El caso desató una fuerte polémica porque lleva al límite las restricciones que marca la ley de eutanasia y porque muchos especialistas dudaban de que el preso, tras 30 años en prisión, estuviera en condiciones psicológicas aceptables para tomar una decisión así.

El gobierno parecía decidido a llevar a término la vida de Van Den Bleeken hasta que esta mañana, el ministro de Justicia Koen Geens anunció que los médicos que tratan al preso decidieron no continuar con el proceso para aplicarle este domingo la eutanasia. La decisión de los doctores no fue explicada ni por la prisión ni por el ministro porque entra en la reserva del secreto profesional de los médicos.

El ministro de Justicia también decidió que Van Den Bleeken será transferido de su prisión en Brujas al Centro de Psiquiatría Legal de Gante, una de las peticiones que había hecho el abogado del preso.

Se trata, según el gobierno, de que sea tratado psicológicamente con el objetivo de que algún día pueda salir de prisión sin ser, como él mismo acepta, una amenaza. Van Den Bleeken se considera incurable y los psiquiatras que le examinaron hasta ahora estiman que el sufrimiento psicológico es real y que difícilmente puede ser curado. Algunos médicos apoyan incluso que la ley se reforme para ampliar el supuesto de sufrimiento psicológico.

Doce años después de la aprobación de la ley que la legalizó, la eutanasia se aplica sin apenas polémicas en Bélgica. En 2013, último año del que existen datos completos, se utilizó en 1.807 ocasiones y desde el año pasado es legal incluso la eutanasia infantil, aunque todavía no ha habido ningún caso.

Van Den Bleeken lleva casi 30 años en prisiones normales donde el tratamiento a presos con problemas psicológicos es prácticamente nulo. Eso ha hecho que la Corte Europea de Derechos Humanos condenara varias veces a Bélgica.

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