La fiebre del Dakar arranca a las 15 en Buenos Aires

Otra vez las calles de Buenos Aires volverán a vibrar hoy con una largada del Rally Dakar. No ocurría desde 2011, cuando como en este año, la Reina del Plata fue punto inicial y final de la carrera que hasta 2007 sólo los tuercas más fanáticos seguían a la distancia en su recorrido por tierras africanas. Una carrera que desde 2009 ya habita entre nosotros en la forma de un clásico de todos los eneros, como en añorados tiempos pasados lo fueron las temporadas internacionales que incluían los Grandes Premios de la Fórmula 1.

Como imagen del pasado quedó el Obelisco como majestuoso y simbólico testigo de las primeras largadas rodeadas de una multitud. Para hoy a las 15, se espera mucha gente cuando la partida simbólica de la 37ª edición del Dakar (la séptima en Sudámerica) se concrete en otro lugar clásico de Buenos Aires: la Plaza de Mayo. Allí está instalada la rampa con el cercano marco de la Casa Rosada, en una imagen que simboliza la estrecha relación que esta carrera tiene con el gobierno nacional, decidido impulsor de su instalación.

A partir de esta largada simbólica y con el comienzo formal de mañana en Baradero, con los tramos de velocidad, el Dakar comenzará a escribir otro capítulo de sus variadas historias. Esas que desde su nacimiento en 1979 incluyen no sólo a los grandes protagonistas sino a aquellos que, ya sea sobre un auto, una moto, un cuatri o hasta un camión, se lanzan a esta carrera que por encima de lo competitivo tiene el sabor de una incierta pero a la vez atractiva aventura, con los riesgos y desafíos que esto implica y de los que son conscientes todos los participantes que se preparan durante un año para enfrentarlos. Algunos buscan la victoria; otros sólo llegar.

«Cada Dakar es difícil porque tiene nuevas y mayores exigencias», le reconoció a Clarín el qatarí Nasser Al-Attiyah, que viene con ganas de repetir su triunfo de 2011. Estas nuevas exigencias que tendrá el recorrido de 9.200 kilómetros que el Dakar desandará por varias provincias argentinas, Chile y Bolivia, comprenderán las etapas Maratón, a realizarse al promediar la carrera, en las que los competidores no podrán tener asistencia de sus equipos.

«Allí comenzará definirse el Dakar», pronostican los expertos. También asoman como filtros importantes los pasos por el desierto de Atacama, el salar de Uyuni en territorio boliviano y los tramos veloces en suelo argentino.

Deportivamente, el centro de atracción entre los autos estará en el duelo Mini-Peugeot. Ambos cuentan con los mejores pilotos de la especialidad. El regreso del equipo francés luego de un cuarto de siglo supone una nueva motivación para los Mini, ganadores de las tres últimas ediciones.

El español Marc Coma será la gran referencia entre los motociclistas, sin dudas los pilotos que más se sacrifican y arriesgan en el Dakar. No por casualidad las tres víctimas mortales que hubo en Sudamérica fueron motociclistas. Más protegidos están los muchachos de los portentosos camiones. Sera un espectáculo aparte verlos en las dunas.

La grilla de los cuatriciclos mostrará una sensible ausencia: los hermanos Patronelli. Un apellido que hasta ahora fue símbolo y sinónimo del Dakar y que con los triunfos de Marcos y Alejandro contribuyó a su conocimiento y trascendencia. No estarán en este 2015, pero la fiebre que despertaron por el Dakar hoy tendrá una nueva demostración en Plaza de Mayo.

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