Mientras las tablets y los libros electrónicos tienden a popularizarse, nuevas evidencias muestran que su uso antes de acostarse no es lo más recomendable si uno espera dormir bien. Y es que además de demorar la llegada del sueño, pueden hacer que éste sea de menor calidad, según advierte una investigación que acaba de difundir la Escuela de Medicina de Harvard.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores a cargo del estudio analizaron durante dos semanas los patrones de sueño de doce voluntarios que se prestaron a leer en dispositivos electrónicos y libros tradicionales a lo largo de cuatro horas antes de acostarse a dormir.
Según los resultados del estudio, aquellos voluntarios que leyeron en dispositivos electrónicos tardaron diez minutos más en dormirse que quienes lo hicieron con un libro tradicional; pero además tuvieron a lo largo de la noche periodos más cortos de sueño REM, que es la fase de descanso profundo que ofrece el efecto más reparador.
Los investigadores observaron también que la luz de led azul que emiten las tablets y otros dispositivos electrónicos para la lectura afecta a la secreción de melatonina, la hormona que al caer el sol nos induce al sueño, haciendo que su producción fuera hasta un 55% menor.
