El abogado Ignacio Maglio quiso compartir su “testamento vital” en Posadas

El abogado conferencista internacional Ignacio Maglio destacó la Ley de Cuidados paliativos en Misiones y reveló su voluntad en caso de grave enfermedad, que se le respete el derecho a morir,  dona sus órganos, y si esto no es posible que su cuerpo sea destinado a los fines de la investigación y la ciencia, o lo cremen.

Fue en la jornada en el Hospital Madariaga

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Doctor Ignacio Maglio. (Audio Misiones on Line)

Con la presencia de referentes religiosos, institucionales, políticos y de salud, se realizó en el Hospital Escuela de Agudos Dr. Ramón Madariaga, la III Jornada Provincial de los Cuidados Paliativos. Cuidados Paliativos y Derechos Humanos: El Derecho de los pacientes a los cuidados paliativos, garantizando su acceso». El encuentro se llevó a cabo en el salón de usos múltiples de dicho centro asistencial.

En la apertura estuvieron presentes el vicegobernador Hugo Passalacqua, los ministros de Derechos Humanos, Edmundo Soria Vieta y de Salud, Oscar Herrera Ahuad, el responsable del Equipo de Cuidados Paliativos del Hospital Escuela, doctor Walter Cattáneo; la senadora nacional Sandra Giménez, la diputada Lidia Batista; el ministro de Derechos Humanos, Edmundo Soria Vieta, y el coordinador asistencial del Hospital Escuela, doctor Walter Villalba, entre otros.

En el encuentro disertó el abogado diplomado en Salud Pública, conferencista nacional e internacional en la materia, doctor Ignacio Maglio.

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“La dignidad es un valor central”

El abogado Maglio cree que el derecho humano es el derecho a la salud integral, y a la atención paliativa. Destacó la ley en Misiones y dijo que “esta nueva propuesta legislativa ha dado un salto cualitativo, ya no se habla más de terminalidad sino de atención paliativa, una nueva cultura que está frente al sufrimiento en cualquier momento de la vida”.

En coincidencia como lo dijo “Walter (Cattáneo)  es esencial, la atención paliativa es una clave en términos de salud pública, en términos de de equidad, hay comprobaciones empíricas en todo el mundo que cuando uno implementa y se compromete con un sistema de atención paliativa hay un tema de equidad y de justicia distributiva”.

Entonces la atención paliativa como derecho humano a la salud tiene que estar anclado en esa perspectiva de la dignidad, y la dignidad es el valor central de la filosofía del buen cuidado, agregó el especialista.

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«Mi testamento vital»

Maglio da a conocer su testamento vital escrito en septiembre pasado en Olivos, Buenos Aires.

En el marco de la jornada, quiso compartir una  declaración de voluntad realizada en septiembre pasado, y que “ningún juez me podrá negar ese derecho, con total autonomía, libertad y plena capacidad para ejercer mis derecho, primero en cualquier caso y por cualquier causa que me lleve a un  estado grave de enfermedad o pérdida de la conciencia e incapacidad para comunicarme, dar y recibir afecto –creo que esto es la definición esencial de persona-, capacidad para dar, comunicarme y recibir afecto, rechazo expresamente la implementación de cualquier tipo de soporte vital cuyo pretendido fin sea la prolongación indefinida de mi agonía, en tales circunstancias si se hubiera implementado cualquier medida de soporte vital solicito y ordeno el inmediato retiro”.

El soporte vital al que se refiere incluye cualquier tratamiento médico, quirúrgico, kinesiológico, medicamentos, psicotrópicos, nutricionales o de cualquier otro tipo, independiente de la complejidad tecnológica su propósito su utilización solo permitan una prolongación artificial de mi vida de modo precario, penoso, gravoso e indigno

Considera que “el transcurso hacia la muerte forma parte de una de las experiencias de mayor trascendencia y significación personal»

Declaró que no tiene miedo “al alteramiento de mi hora final, si ello es consistente con evitar sufrimientos inútiles y la degradación de mi indignidad de persona, considero que el transcurso hacia la muerte forma parte de una de las experiencias de mayor trascendencia y significación personal, por eso ninguna persona o autoridad alguna puede ser legítimamente expropiarme de este derecho esencial a decidir en libertad a la disposición de mi propio cuerpo en los finales de mi vida”.

Aclara que la expresión de esta voluntad todos estos derechos están consagrados en la Constitución, «el derecho a la libertad, a disponer de mi cuerpo a la dignidad y que se proteja también mi intimidad”.

Y decide también que dona sus órganos  que estén disponibles para trasplantes, de lo contrario “mi deseo es que pueda utilizarse con fines para investigación en ciencias de la salud, y si no fuese posible que se cremen sus restos”.

Parafraseando al poeta, dijo “quiero morir mi propia muerte, no la de los otros, no la que quieran imponerme, no la de los médicos ni de los escribanos ni de los jueces”.

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