“En el Pesebre debemos experimentar el Amor”, recordó el Obispo Martínez

En la jornada de ayer, en la Iglesia Catedral “San José” de la ciudad de Posadas, Monseñor Juan Rubén Martínez presidió la Santa Misa de Nochebuena. La misma fue concelebrada por el párroco de la Catedral, el Presbítero Marcos Szyszkowski. Asistieron una importante cantidad de familias.

La procesión de entrada la hicieron con el Niño Dios, que luego fue dejado, por el Obispo, en el Pesebre. Antes de finalizar la Santa Misa se invitó a los fieles a realizar la Adoración del Niño.

En su Homilía el Obispo Juan dijo “estamos celebrando una noche muy importante… La liturgia es que la que nos ha ayudado, en este tiempo previo, a prepararnos  para celebrar bien la Nochebuena y la Navidad”.

Recordó que a quien celebramos y confesamos es a Jesús que es verdadero Dios y verdadero Hombre, porque el Señor no sólo nos creó, sino que “quiso hacerse uno de nosotros para Salvarnos, por eso se Encarnó…”. Destacó que el Evangelio del día lo define como el Señor y explicó que en la Biblia esa palabra está sólo destinada a Dios, por ello sabemos que Jesús es Dios.

También resaltó que Dios siendo Todopoderoso, Creador y Hacedor de todo podría haberse manifestado en el Poder y con Omnipotencia, pero sin embargo “nació a un costado, en un pesebre, en Belén y esto debemos internalizarlo en nuestro corazón…” y desde esta reflexión invitó a todos a que volvamos a ser humildes, pequeños y saber que no somos imprescindibles  para nada. “Dios nos quiere enseñar mucho con la pequeñez  del Pesebre, del estar al costado… Esto si lo llevamos a nuestra experiencia, la espiritualidad del Pesebre, nos permitiría entender que si algo necesita el mundo de hoy es de cristianos que tengan esta experiencia del Amor de Dios y que sean portadores, puentes del Amor de Él para con los más necesitados…”. Aseguró que el Amor de Dios, a los hermanos, sobre todo a los más pobres es un componente esencial en nuestra vida de cristianos, “sino tenemos ese componente del Amor falseamos en lo que decimos creer”. Monseñor Juan Rubén reconoció  que el mundo materialista de hoy no nos ayuda, pero nosotros debemos ser verdaderos cristianos para este mundo.

Finalmente dijo que “ante el Pesebre podemos hacer nuestra reflexión para entender el Amor que Dios nos tiene, desde la pequeñez manifiesta todo su Amor… La propuesta de Jesús es Amar, porque Él nos Amó…”. Así, invitó a salir al encuentro del que más nos necesita, pero no para condenarlo, sino para amarlo, “el mundo de hoy nos necesita cristianos de verdad, sal y luz…”.

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