Toma de rehenes en el café de Sidney: la Policía los liberó, pero mató a dos y al secuestrador.

Fueron dos víctimas y el secuestrador. Otros seis resultaron heridos. Todo sucedió en un café de Sydney, en Australia. El atacante era un clérigo iraní de unos 50 años.

Las fuerzas policiales ingresaron a los tiros al café de la conocida chocolatería Lindt de Sydney, Australia, en el que un clérigo iraní mantenía cautivas a al menos dos decenas de personas y liberó a los rehenes, según confirmó la fuerza de Seguridad. El operativo dejó un saldo de tres muertos y seis heridos de gravedad.

En una conferencia de prensa el comisario Andrew Scipione dijo que el secuestrador tomó inicialmente a 17 rehenes y que la policía decidió ingresar al café porque oyó disparos, pero evitó dar precisiones sobre cómo murieron dos rehenes sobre cuyo fallecimiento había informado minutos antes.

Uno de los fallecidos es el secuestrador, que se autoproclamaba como un líder religioso iraní. Las imágenes de la televisión mostraban movimientos dramáticos en la entrada del bar mientras ingresaban camillas y las ambulancias copaban la escena.

El secuestrador, Man Maron Monis, de 50 años, era conocido por las fuerzas de seguridad por «haber escrito cartas amenazantes a las familias de los soldados australianos muertos» en Afganistán. También, según el Sydney Morning Herald, fue acusado en 2013 de ser cómplice en el asesinato de su ex mujer.

La toma de rehenes había comenzado más de dieciséis horas atrás y de la totalidad de los rehenes, que no se informó en ningún momento cuántos eran y se estimaban dos decenas, cinco habían logrado escapar. De acuerdo a los distintos testimonios, el secuestrador había hecho desplegar una bandera que rezaba «Alá es grande y Mahoma su único profeta». Pese a la bandera negra con la «Shahada» -la profesión de fe islámica-, las autoridades no confirmaron en ningún momento que el secuestrador fuera un supuesto miembro de la organización yihadista Estado Islámico de Irak.

Varios edificios habían sido evacuados, pero a los trabajadores de otras oficinas se les pidió quedarse dentro y cerrar las puertas. También fueron evacuadas la embajada de Estados Unidos, situada en las inmediaciones, y la ópera de Sydney.

«Aún no sabemos si esto está motivado políticamente, a pesar de que obviamente hay algunos indicios de que podría estarlo», dijo en conferencia de prensa el primer ministro Tony Abbott. Y agregó: «Australia es una sociedad pacífica, abierta y generosa. Nada debería cambiar eso y por eso urjo a todos los australianos a seguir con su vida como siempre». Australia señaló que en septiembre, gracias a una de las mayores redadas antiterroristas de su historia, logró desarticular varios atentados al estilo del Estado Islámico de Irak (ISIS, por sus siglas en inglés). Las autoridades quitaron incluso sus pasaportes a algunas decenas de ciudadanos sospechosos para evitar que se sumaran a la milicia terrorista en Siria o Irak.

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