Caso Barrufaldi: Condenaron a 15 años de prisión a Antonio Méndez y a Christian Pacheco

Luego de una ronda de cinco testigos, que no aportó mucho, en el Tribunal Penal Dos de Posadas se escucharon los alegatos de las partes en el juicio que siguió a los dos imputados por el asesinato del comerciante Jorge Oscar «Kuki» Barrufaldi. En el fallo, los jueces decidieron una pena de 15 años de prisión por el delito de partícipes necesario en delito de homicidio en ocasión de robo. A los autores materiales jamás los apresaron.

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Familiares y amigos de Kuki Barrufaldi dijeron presente en el último día de juicio

 

Christian Marcelo Pacheco y Damián Antonio Méndez fueron los enjuiciados. El primero, en su indagatoria durante la instrucción, se autoincriminó y también acusó al segundo. También aportó los apodos de los presuntos asesinos, Sansón y El Rosarino, de los que jamás se tuvo datos. Sin embargo, en una ampliación de indagatoria, el hombre, que era habitué en el complejo de paddle que explotaba Barrufaldi, dijo que había dicho eso porque lo habían «apretado» en la Dirección Investigaciones de la Policía.

 

Pacheco, según declararon el jueves los familiares del fallecido, se había ganado la confianza del comerciante y hasta tenía acceso a la casa de este. Ya que en alguna oportunidad había ido a buscar elementos que el fallecido le requería.

 

Luego de los últimos testigos en lo que fue el tercer día de debate, el primero en alegar fue el fiscal Rolando Oliva. El titular del Ministerio Público pidió 17 años de cárcel para los acusados, porque los consideró responsables de la figura partícipes necesarios del delito de «robo con homicidio resultante».

 

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Alivio y tranquilidad para los familiares del hombre asesinado el 30 de junio del 2003

 

Oliva precisó que era una causa muy difícil pero que tenía la certeza que sin la participación de Pacheco y Méndez no se podría haber llegado a la muerte de Barrufaldi. “Fue un hecho sincronizado como el mejor reloj suizo, los datos aportados de Pacheco a Méndez para que este mande a hacer, fueron impecables. Los conocimientos amplios de los movimientos de la víctima por parte de uno de los imputados fueron trascendentales para que se ejecute la obra”, agregó.

 

En este sentido, el fiscal no dejó pasar por alto testimonios de familiares y amigos del comerciante, que aseguraron que Pacheco concurría mucho al lugar y era de  confianza del dueño. La ex esposa, por ejemplo había detallado que un acceso a la vivienda era solamente accesible para “Kuki” y ella, incluso en otra puerta que había mandado a cambiar la cerradura ni siquiera el asesinado tenía copia de las llaves, pues estaban en plena etapa de divorcio.

 

Esto se reforzó con los dichos de los hijos de Barrufaldi, Jorge y Mónica, que indicaron que su padre en algunos momentos le refirió que dejaba en manos de Pacheco sus llaves para que le fuera a buscar cosas en la vivienda de avenida Rademacher mientras él estaba en el negocio. Algo que ratificó también Jorge Demaría, cuñado de la víctima.

 

Después llegó el turno de la defensa, en primer término con la doctora Celina Silveira Márquez, defensora oficial de Antonio Méndez. La letrada consideró que nunca hubo pruebas en contra de su cliente y que solo se remitió a su participación en declaraciones del otro imputado. Es así que pidió la absolución, que finalmente no fue concedida.

 

Lo mismo obró para la suerte de Pacheco, defendido por el abogado Pablo Luján, quien consideró que el caso atravesó inmensas irregularidades desde su etapa de instrucción. El defensor indicó que nunca su pudo comprobar siquiera si hubo robo en el caso y que la figura de partícipes necesarios no le correspondía a su defendido porque nunca se comprobaron las indicios, débiles a su criterio, en su contra.

 

El Tribunal estuvo integrado por los jueces Marcela Leiva (presidenta), César Yaya y Fernando Verón. Tras deliberar por espacio cercano a una hora, decidieron condenar tanto a Pacheco como a Méndez a 15 años de prisión, por ser encontrados de partícipes necesarios en el delito de robo con muerte resultante.

Los consideraron los «entregadores» de Barrufaldi. Los fundamentos de la sentencia se conocerán el próximo 5 de enero, a las 11, en el Tribunal actuante.

 

El hecho

Barrufaldi fue encontrado muerto en su casa de la avenida Rademacher la noche del 30 de junio de 2003. Lo habían matado esa madrugada anterior. Primero le golpearon el cráneo y luego le colocaron un repasador en la boca, que lo terminó asfixiando. Todo indica que fue un asalto que terminó en tragedia.

 

 

Reacción de los familiares

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Jorge Barrufaldi (derecha) se abraza con un familiar tras el fallo y a su costado, otros familiares muestran los signos de alivio por la condena.

 

Tras que se conociera el fallo, los familiares y amigos de Barrufaldí explotaron en una mezcla de emoción y alivio. Porque sabían que parte de los responsables en la muerte del comerciante, recibieron la pena de prisión.

 

Uno de los que habló fue Jorge Barrufaldi hijo. El joven mostró alivio y tranquilidad afuera del tribunal e instó a seguir en la lucha para que aparezcan los que ejecutaron el homicidio de su padre.

 

“Sabemos que pasaron muchos años, que es difícil que encuentren a los que fueron porque no son de acá, pero hoy sentimos que se comenzó a hacer justicia. Esto es el inicio para llegar a la verdad total y pese a que en un momento perdíamos las esperanzas que se haga el juicio, llegó. Si los autores no pueden pagar por esta causa, en alguna otra recibirán justicia porque la vida da muchas vueltas”, dijo.

 

Jorge Barrufaldi, hijo de la víctima (Radio Libertad)

 

Dolor en los allegados a los imputados

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