Alerta de verano: cómo evitar un golpe de calor y sus trastornos

El golpe de calor es un riesgo serio que puede provocar fallos en órganos vitales. Niños y ancianos son los colectivos más vulnerables, pero también afecta a jóvenes que practican deporte sin protección. En el bebé, letargia y pérdida de conciencia pueden confundirse con el sueño.

Llega la primera alerta por calor del verano en buena parte del país. Conviene recordar una vez más las medidas preventivas que debemos adoptar. Lo básico es beber abundante agua, evitar la exposición al sol y llevar ropa ligera.

En verano, al calor generado por nuestro organismo se suma el de las elevadas temperaturas del medio ambiente, y es cuando se pueden producir diversos trastornos que se caracterizan por el aumento de la temperatura corporal, lo que se conoce técnicamente como hipertermia. El golpe de calor clásico afecta predominantemente a ancianos con una patología previa.

El aumento de temperatura progresivo que sufre el organismo agrava los síntomas de su enfermedad, produciendo una merma en su condición de salud general. También, explican desde Sanitas, los niños son especialmente vulnerables al golpe de calor debido a que su sistema respiratorio no se ha desarrollado aún por completo, y favorece la pérdida de líquidos.

El agotamiento por calor se caracteriza por la pérdida de líquidos y sales en situaciones de agresión por el calor y que se producen por la no reposición de líquidos de las personas expuesta a ambientes muy calurosos. Típicos son los que pueden aparecer en los jornaleros o deportistas que no reponen adecuadamente sus pérdidas.

Cuando estas circunstancias van a más se puede llegar al golpe de calor, que constituye una urgencia médica. Las recomendaciones básicas para evitar la hipertermia y sus trastornos son: Evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12:00 a 17:00 horas) y, en general, evitar exposiciones prolongadas al sol. En caso de sentir cansancio o mareo, retirarse a un lugar fresco y ventilado, y aflojarse la ropa.

Las salas con aire acondicionado son útiles. Cubrirse adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol. Consumir abundantemente agua, líquidos y bebidas isotónicas. Evitar las comidas pesadas de difícil digestión que hacen aumentar la temperatura interna.

Llevar ropa ligera que permita la transpiración, el principal mecanismo de refrigeración de nuestro cuerpo. Prestar especial atención a los ancianos y niños. En concreto, los niños menores de tres años no deben exponerse al sol. También deben tener cuidado los trabajadores expuestos a altas temperaturas y los deportistas que practiquen al aire libre. Pasar tiempo en locales con aire acondicionado.

En casa, regular la temperatura por la noche, ya que el cuerpo se enfría durante el sueño. Cómo actuar en caso de sufrir un golpe de calor En caso de golpe de calor, recuerdan los expertos de Sanitas, es importante trasladar a la persona afectada a un lugar a la sombra y colocarla en posición tumbada con la espalda recta y las piernas levantadas para favorecer la circulación de la sangre e iniciar maniobras de refrigeración lo antes posible.

Humedecer el rostro con una esponja o paño húmedo debe ayudar y no conviene dar de beber si la persona afectada si se encuentra inconsciente. Si la temperatura corporal no desciende, presenta pulsó débil y palidez o se sabe si sufre de enfermedades cardíacas, hay que acudir inmediatamente al médico o a un centro hospitalario.

 

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