“Lo peor que nos podría pasar sería otra devaluación”

Lo afirmó la doctora en Economía Mercedes D´Alessandro. Consideró que hay “malas señales” en relación a una posible depreciación del peso y dudó respecto a la posibilidad de llegar a un acuerdo con los fondos buitre. Anticipó que 2015 será “un poco más difícil” que este año en materia económica, pero descartó que se produzca una catástrofe. Consideró positivo avanzar en alternativas que posibiliten el ingreso de dólares, como el swap de monedas con China.

De paso por Posadas donde presentó su disertación “Economía y Crisis Económicas: Claves para entender el presente y pensar en el futuro”, la doctora en Economía (UBA) Mercedes D´Alessandro dialogó en exclusiva con Misiones Online. En sus proyecciones para el año próximo, se mostró poco confiada en que se logre un acuerdo con los holdouts y pronosticó que la inflación seguirá siendo un problema, pero disminuirá como consecuencia de la caída del consumo. “No estamos en una situación en la que vamos a una hecatombe total, si en una situación de cuidado en la que hay que prestarle atención a la economía porque no está en su mejor momento”, definió.

Aunque no se animó a decir qué camino debería tomar el Gobierno, si se ocupó de dejar en claro su preocupación por la posibilidad de una nueva devaluación. “La peor alternativa de todas sería otra devaluación, es la receta que siempre aplica Argentina, en el ‘89 con el plan de convertibilidad, en 2001 con la salida de la convertibilidad y ahora es lo que algunos sectores esperan, porque una devaluación es una entrada de dólares, pero no por un buen motivo, sino porque cortás tu salida de dólares a través de las importaciones. Tiene un alto costo social, aumenta precios, deteriora salario de los trabajadores y no resuelve los problemas de fondo”, razonó.

Interpretó que la actualidad ofrece señales negativas en relación a una próxima devaluación. “Después de la devaluación de enero, el Estado no asumió que salió a devaluar, dijo que hubo un movimiento especulativo y le puso nombre y apellido, ahora están meta decir que hay movimiento especulativo, esa es una señal de que puede haber devaluación”, dijo.

Recordó que Argentina llegó a la situación actual luego de una década en la que la economía creció de manera record, a tasas de más de 9 por ciento. “Esto hizo que el país se desarrollara con política industrial, de distribución de ingresos, pero de 2011 en adelante, los indicadores más relevantes cayeron: pasamos a crecer al 2 por ciento, hubo una caída en la creación de empleo, la inflación despegó y el poder adquisitivo del salario dejó de crecer. El comercio exterior también cayó, durante 8 años hubo superávit gemelos, el estado recaudaba más de lo que gastaba y exportaba más de lo que importaba, lo que dejaba muchos dólares para ampliar el gasto público. Esos superávits se hicieron muy pequeñitos y se están poniendo negativo, el comercio internacional se retrajo, hoy la economía no crece, hay inflación”, enumeró.

En ese marcó cobró mayor relevancia la restricción externa generada a partir del conflicto con los fondos buitre. La economista explicó que los dólares pueden ingresar por tres vías: exportaciones, inversiones o privatizaciones y deuda. Consideró que dadas las condiciones actuales la posibilidad más viable sería la toma de deuda, pero esa opción también se termina cerrando por el conflicto con los buitres.

“El Estado venía con un proceso de desendeudamiento, Néstor empezó con una deuda de 160 por ciento del PBI, ahora estamos cerca del 40 por ciento y mucha de esa deuda está en pesos. Después se arregló con el Club de París y con Repsol, el proceso estaba bien encaminado hasta que apareció el juez Griessa y con su fallo rompió el último eslabón de esa cadena de desendeudamiento. Esto hace que Argentina no pueda salir a pedir créditos porque le aplican tasas muy altas, porque está calificado como mal deudor”, explicó.

Se mostró poco confiada en una solución a corto plazo en el conflicto con los holdouts. “Todos tienen expectativas que se va a resolver pronto, yo no estoy tan segura que eso sea así, el Gobierno ha sido muy claro durante toda la negociación en que ellos no estaban dispuestos a pagar los que los buitres reclaman, siempre dijeron que van a pagar lo mismo que recibieron quienes sí aceptaron la restructuración es decir una ganancia de alrededor de 300 por ciento, pero los fondos piden 6000 por ciento de ganancia. Es mucha la diferencia”, argumentó.

Señaló que hay alternativas para que ingresen divisas sin necesidad de acordar con los buitres. “El swap con China es una, son negociaciones pequeñas que no aportan los montos que uno espera: los fondos necesarios para las inversiones en Vaca Muerta y otras necesarias en infraestructura y para financiar el gasto público”.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas