Crece el temor a un atentado contra el Papa Francisco

Cada vez hay más preocupación por las amenazas terroristas que recibe el Papa del Estado Islámico. Se teme el accionar de un «lobo solitario» y hasta el ataque con un drone.

El principal temor del pequeño ejército de gendarmes y guardias suizos de civil que se distribuyen en torno al Papa en todas las ceremonias, es que el atentado lo consume el «lobo solitario» tan dificil de controlar, pese a que para entrar en el Vaticano y en la plaza San Pedro o en la basílica cuando hay actividad del pontífice, existen rigurosos controles electrónicos. El gran problema es que hay muchos adeptos a los terroristas del Estado Islámico conquistados por su propagando en la misma Europa.

También se teme que el atentado provenga de un pequeño drone que sobrevuele la zona donde se encuentra Francisco. «Hay una atomización de las técnicas del terrorismo», explicó con preocupación un especialista en seguridad de una embajada occidental en Roma.

La vigilancia es aún más complicada cuando el Papa hace sus viajes fuera de Italia. La semana próxima Francisco irá a Estrasburgo para hablar ante el Parlamento Europeo en una breve visita de cuatro horas. El fin de semana hará una gira apostólica de tres días a Turquía, en la zona caliente de la frontera con Siria.

Jorge Bergoglio se niega a aceptar vehículos blindados y utiliza al mínimo los helicópteros, obliga además a los encargados de su seguridad a abrir los papamóviles cuando desfila junto a la multitud. Francisco «quiere ser patrón de su tiempo y de su agneda, celoso de su propia libertad», señala Massimo Franco.

Hay hipótesis de trasladar al Papa a los apartamentos pontificios del tercer piso del Palacio Apostólico si ocurre algo imprevisto que aconseje abandonar a la Casa de Santa Marta, el hotel interno vaticano donde reside Francisco. Pero al parecer el Papa argentino no está dispuesto a cambiar de lugar: ya se negó a ocupar los apartamentos pontificios al iniciar su pontificado, para no estar solo y de paso para evitar un atentado que viniera «de adentro» del Vaticano. En esto Santa Marta es mucho más segura, con tanta gente en torno.

 

«Es lo mejor que me podría pasar»

«¿Jorge te protegen bien?», le gritan los fieles argentinos cuando Francisco les pasa cerca saludándolos y hasta intercambiando algunas frase con ellos o un sorbo de los tantos mates que le extienden durante la audiencia general de los miércoles. En todos crece la preocupación por las amenazas de atentados terroristas que le lanzan los fanáticos del Estado Islámico y las anédoctas de las respuestas de Jorge Bergoglio.

«Es lo mejor que me podría pasar», le dijo a un cura amigo, dando un sentido de misión y martirio a su brindarse a la gente con un estilo religioso «que destruye cualquier diafragma entre el Papa y sus fieles», como afirma en una larga nota hoy en el «Corriere de la Sera» una de sus firmas principales, Massimo Franco, especialista en temas religiosos.

Las últimas imágenes terribles en la televisión, que muestran a varios «yihadistas» (yihad quie decir guerra santa) del Estado Islámico durante la decapitación de un prisionero norteamericano y 15 soldados sirios, han puesto los pelos de punta a todos en Europa, cercana al teatro de guerra de Irak y Siria.

Jorge Bergoglio no cesa de lanzar condenas contra los autores de las masacres, entre los cuales han sido identificados fundamentalistas de origen europeo, sobre todo de Francia y Gran Bretaña, que por centenares emigraron de sus países para reunirse con el Califato.

Massimo Franco señala que hay «un desorientamiento psicológico además de geopolítico en Occidente» bajo el shock de las decapitaciones filmadas y difundidas por televisión y las redes sociales en Internet.

El Estado Islámico «supera en crueldad a Al Qaeda y, además de hacer prosélitos en Europa, alimenta los temores de un ataque contra el Pontífice que ha unido en la oración a judíos, musulmanes y ortodoxos».

El Califa del Estado Islámico, Al Bagdhadi, lanzó la semana pasada, después que varias fuentes señalaron que se salvó por un pelo de sucumbir a un atentado que le lanzaron con un misil que provenía de un drone, nuevas amenazas y promesas de que «reconquistaremos Roma».

La revista on line del ISIS (sigla en inglés del Estado Islámico de Irak y Siria), que se llama «Dabiq», difundió en su portada digital de octubre un fotomontaje de la plaza de San Pedro al Vaticano, en la que campea en la punta del obelisco egipcio que está en el medio del lugar una bandera negra del movimiento y el título: «La Cruzada fracasada».

«Dabiq» promete en nombre del califa Al Bagdhadi que no detendrá la guerra santa, la Yihad, «hasta que no nos encontraremos bajo los árboles de olivo de Roma y habremos destruido ese edificio obsceno que se llama Casa Blanca», dice.

El espectro del atentado no forma parte solo del imaginario colectivo. El 13 de mayo de 1981, el extremista de derecha musulman turco Alí Mehmet Agcá, disparó dos balazos contra Juan Pablo II durante la audiencia general de los miercoles en plaza San Pedro. Karol Wojtyla se salvó por poco: llegó desangrado a la sala de operaciones del policlínico Gemelli donde fue salvado por los médicos que lo operaron.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas