Ninguno de los policías presos por apremios fue apuntado en rueda de reconocimiento

La causa abierta por la denuncia por apremios ilegales contra siete policías que prestaban servicios en la comisaría Primera de San Vicente está sin juez. El magistrado que intervino en las primeras actuaciones, Horacio Alarcón, de Oberá, fue recusado. Entonces, el expediente recayó en el juez Demetrio Cuenca, pero éste se inhibió. Ahora, las actuaciones fueron giradas a la magistrada Alba Kunzmann de Gauchat, quien deberá resolver si acepta encabezar la investigación. Mientras tanto, los acusados continúan entre rejas.

 

COMISARIA DE SAN VICENTE

 

Fuentes judiciales confiaron que parte de los acusados accedió a ser indagado y el resto mantuvo el silencio. Quienes declararon son aquellos acusados de encubrir a los presuntos autores de la paliza que sufrieron dos detenidos por robo que se encontraban en la mencionada seccional. Dijeron que ellos no vieron absolutamente nada fuera de lo normal y, por consiguiente, no encubrieron a nadie.

Dos de los uniformados, entre ellos el jefe de la comisaría, apuntados como quienes agredieron a los presos, se abstuvieron, añadieron los informantes.

Otro dato relevante que se conoció en las últimas horas es que todos los policías fueron sometidos a una rueda de reconocimiento de sospechosos y ninguno de ellos fue apuntado por los denunciantes como responsable de las vejaciones.

A fines de octubre, familiares y conocidos de los policías se movilizaron frente al juzgado de Instrucción Tres. Pidieron la liberación de los uniformados.

Desde Posadas viajó a San Vicente un grupo de investigadores de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC), que llevó adelante una inspección ocular y registros fotográficos en la seccional donde habrían sucedido los hechos. La intención era constatar y registrar los lugares donde los detenidos aseguran haber sido castigados por los policías.

Fuentes judiciales indicaron que hay coincidencia entre el relato de los denunciantes y los lugares mencionados.

Mario D. (33) y Gabriel T. (30) aseguran haber sido víctimas de agresiones por 24 horas seguidas. Dicen haber recibido patadas y puñetazos en las celdas y en una de las oficinas de la comisaría Primera.

El jefe de la repartición, José Fischer; otros dos oficiales, dos suboficiales y dos agentes, fueron pasados a disponibilidad y detenidos por el hecho, que se conoció el 23 de octubre. Trascendió que serían imputados de los delitos de vejámenes y torturas.

 

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