El hombre que atropelló y mató con su auto a dos chicas deberá pasar en prisión 35 años

LAS CHICAS

El Tribunal Penal de Oberá dio a conocer los fundamentos del fallo por el que condenó a Hugo Ángel Vareiro (44) a prisión perpetua, el pasado 29 de octubre. El hombre fue hallado culpable de haber matado con su auto a dos chicas, por venganza.
Las víctimas se llamaban a Cinthia Gómez (22) y Yessenia Filippín (21). La primera era hija de la ex mujer del condenado.
Los camaristas Lilia Avendaño, Francisco Aguirre y José Pablo Rivero cimentaron su resolución en las siguientes pruebas:
– El comportamiento comprobado del acusado antes y después del hecho.
– La acreditación de las amenazas que el hombre había proferido a Cinthia, vía mensajes de texto.
– El seguimiento que Vareiro había hecho de las víctimas. Hubo testigos que lo vieron en el predio donde ellas habían jugado al voley las horas previas al crimen. Es más, al hombre lo vieron salir inmediatamente después de que ellas tomaran la ruta 103 a bordo de la moto en la que se movilizaban.
– Las comunicaciones entre Cinthia y su hermana, en la que la chica le decía que tenía miedo de lo que podía haber su ex padrastro. En uno de esos contactos, la joven le pidió que no le contara nada a su madre, para que no se preocupara.
– Los testimonios que indican que Vareiro acusaba a su ex hijastra de haber sido la responsable de la ruptura de la relación sentimental entre él y la madre de Cinthia. Ese quiebre se produjo unos meses antes del doble homicidio.
Para los camaristas, el hombre planificó el hecho y ese día encontró las condiciones propicias para concretar la venganza: la oscuridad de la noche y sin testigos (5 de enero de este año a las 23.15).
Fuentes judiciales indicaron que la ley establece que los condenados a prisión perpetua deben pasar entre rejas 35 años, aunque cuando reúnan las condiciones pueden pedir el beneficio de la libertad condicional.
En el juicio hecho el 29 de octubre pasado, los testigos presentes en la audiencia, con sus declaraciones, permitieron a los magistrados reconstruir que Vareiro estuvo todo el día del asesinato tras los pasos de Cinthia, quien era hija de su ex pareja, Miriam Álvarez de Olivera.

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Los relatos también coincidieron en que vieron al autor del homicidio consumiendo bebidas alcohólicas previo al choque. Dos propietarios de bares de la zona sostuvieron, por ejemplo, que Vareiro estuvo en sus respectivos locales tomando cerveza y que lo notaron intranquilo respecto a ocasiones anteriores (era asiduo concurrente de bares y locales nocturnos).
Se pudo conocer en el debate que el ahora condenado era alcohólico y eso motivó varias discusiones con las hijas de su ex pareja, quienes cansadas de los litigios cotidianos pidieron a su madre que echara de su casas al hombre, porque los conflictos que generaba para Cinthia, María y sus otras dos hijas de 10 y 11 años, futro de una relación anterior.
Luego de que Vareiro fue echado de la casa, en diferentes oportunidades manifestó a su pareja que sus hijas eran las culpables de su separación, que por este motivo tenía que vivir en malas condiciones y por ello se iba a desquitar con ellas.
Durante la tarde del día en que ocurrió el hecho, Vareiro estuvo persiguiendo a Cinthia. La joven, madre de un nene de cuatro años, al percatarse de ello estuvo inquieta, con miedo e intercambió mensajes con su hermana María, a quien le comentó sobre la situación. Este fue un elemento clave en la investigación.

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