Caso Angélica Ramírez: condenaron al panadero a prisión perpetua por homicidio calificado por alevosía

El Tribunal Penal Uno que juzgó al panadero Francisco Bourscheid (52) por el asesinato de la joven Angélica Ramírez (14) lo encontró culpable del hecho y lo condenó a prisión perpetua por el delito de homicidio calificado por alevosía. La pena era la que había solicitado la fiscal Liliana Picazo
La jornada de alegatos empezó a las 9.30, una hora después de lo previsto, en el Salón de Usos Múltiples del subsuelo del Palacio de Justicia. En primer término, se leyó el pedido de resarcimiento del actor civil (la familia de la jovencita en este caso): 1.200.000 por daños.

JUICIO

Después empezó la fiscal. Sostuvo que hubo testigos aportados por la defensa que mintieron descaradamente. Apuntó a aquellos que presenciaron el allanamiento en el que incautaron las zapatillas del sospechoso en la que peritos encontraron sangre de la víctima. Deslizó que esos declarantes pretendieron echar un manto de sospechas sobre el accionar policial. Rechazó cualquier irregularidad en la requisa. Incluso mostró un video del operativo, para sostener sus argumentos.
Picazo basó su acusación contra Bourscheid en las pericias puntualmente. Detalló el hallazgo de la sangre de Angélica en el calzado del panadero y también la coincidencia establecida entre una huella encontrada en la escena del hallazgo del cadáver y las improntas que deja las zapatillas del acusado; es decir, las marcas eran coincidentes.
Entre otras cosas, sostuvo que el día anterior al que aparezca el cadáver de la adolescente de 14 años a un costado de la avenida Pionero Khun de Puerto Rico, fue vista la camioneta del imputado, mal estacionada, en la entrada del barrio San Francisco, donde residía la chica. “Estaba mangueando”, afirmó la titular del Ministerio Público.
Finalmente pidió la prisión perpetua por «homicidio calificado» para el acusado.
Angélica fue ultimada a golpes entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2012. El homicida le aplicó una serie de golpes con un tronco de pino.
En cuanto a la defensa, a cargo del abogado Mario Cáceres, aseguró que la causa comenzó con irregularidades ya que el llamado que alertó la presencia del cadáver de la joven, fue poco antes de las 6.45 y la comisión policial del comando Radioeléctrico de Puerto Rico llegó cinco minutos después pese a tener una distancia importante del lugar. Tampoco se supo quién llamó según el defensor.
También Cáceres remarcó que el allanamiento se hizo en forma irregular ya que en un momento las testigos abandonaron la casa del panadero y ese momento pudo ser utilizado para “plantar pruebas” con el solo fin de encubrir algo o alguien.
En cuanto a las pruebas, consideró que no se establecieron las suficientes como para la condena y que se obviaron algunas, como marcas de neumáticos de moto en el lugar del hecho, algo que nunca estuvo, según él, en el expediente. Las mismas no coinciden con el vehículo de Bourscheid como así tampoco las huellas levantadas en la escena del crimen, con el calzado del imputado.
Otro punto que remarcó el defensor fue que nunca se estableció la hora del crimen y en el caso de que la posibilidad fuera entre las 20 y 21 del 26 de septiembre de 2012, su defendido tenía acreditado que estaba haciendo pese a estar medianamente cerca del lugar. Todo esto en alusión a su declaración que entre las 20.15 y 20.45 estaba conversando en su camioneta con un conocido y luego se fue a su casa donde vecinos lo vieron llegar. Incluso un almacenero que dio fe que Bourscheid fue a comprar comida y luego regresó a su domicilio, que queda en inmediaciones al comercio.
Por otra parte, remarcó con mucha fuerza la no existencia de otros rastros de sangre de la víctima en el cuerpo del acusado o en la camioneta. Además hizo mención a un testimonio que según él cuando se presentó mintió descaradamente. Se trata del cura Carlos Chatelain. Según el letrado, recibió una llamada del religioso donde le dijo que sabía el nombre del verdadero asesino porque la esposa y su marido se habían confesado. Al momento de presentarse al declarar, el sacerdote solo dijo que le había expresado que tenían que seguir otra línea investigativa y no la que se llevaba.
El defensor afirmó que nunca se siguió otra línea investigativa y menos cuando en cuestión apareció el nombre del hijo del juez Éctor Acosta. Que hubo otras personas sospechadas que se sabían que tenían relación con la chica, pero nunca se avanzó en eso.
Como conclusión Cáceres pidió la nulidad del procedimiento policial respecto al allanamiento y levantamiento de pruebas, algo que fue rechazado por el tribunal. Inmediatamente Bourscheid hizo uso de la palabra y como al inicio del debate, dijo ser inocente y que no mató a la chica. Que él y toda la sociedad de Puerto Rico esperan que se encuentren a los o el verdadero culpable.
Luego llegó la sentencia. El Tribunal integrado por Martín Errecaborde (presidente), Ángel Dejesús Cardozo y Eduardo D’Orsaneo condenó al panadero a prisión perpetua por hallarlo responsable del delito de homicidio calificado agravado por alevosía.
Después del fallo se informó que los fundamentos de la condena se leerán el 2 de diciembre en el Tribunal en horario matutino. Así también que el resarcimiento económico a la familia de la víctima será de 450 mil pesos.
Escenas de tensión se vivieron luego de la lectura de la sentencia. Una hermana de Bourscheid cuestionó a los gritos la decisión y debió ser contenida por otros parientes que se encontraban en la sala.
El condenado seguirá recluido en donde se encuentra alojado desde semanas después del hecho: la Unidad Penal Tres de Eldorado.

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