Disconformes con un cambio aplicado por la Dirección Nacional de Migraciones en la forma en la que se controla el ingreso y egreso de personas al país, comerciantes y vecinos de Bernardo de Irigoyen mantuvieron parcialmente interrumpido el paso fronterizo que une a esa ciudad del nordeste misionero con su vecina brasileña Dionisio Cerqueira ayer. El corte se desarrolló entre las 8:30 y el mediodía.
Según señalan los empresarios locales, la burocracia en los controles provocó una merma del ingreso de brasileños y tuvo como efecto una caída del 70 por ciento en las ventas en Bernardo de Irigoyen.
Jorge Feldman de la Cámara de Comercio de esa localidad, explicó que desde hace unas dos semanas, Migraciones instrumentó controles más estrictos al ingreso de personas al país a través de ese paso fronterizo, lo que -asegura- provocó demoras y una reducción pronunciada en el número de brasileños que diariamente ingresan a Irigoyen.
“El paso fronterizo para los brasileños de Dionisio Cerqueira y Barracao (otra localidad cercana a la frontera) siempre fue muy sencillo, bastaba con mostrar el documento desde el auto y pasar, hace unos 15 días eso cambió y desde entonces se los obliga a bajar de los autos y hacer el trámite de ingreso, lo que genera demoras interminables, porque la infraestructura del paso no está preparada para manejar ese volumen de burocracia», indicó en declaraciones a Misiones On Line.
Feldman aclaró que no están en contra de que se realicen los controles que la Dirección de Migraciones considere pertinente, pero consideró que la rigurosidad del control debería ajustarse a la infraestructura existente, para evitar demoras excesivas.
Aseguró que por causa de la burocracia, los brasileños ahora cruzan en número mucho menor y que eso repercute negativamente en la actividad económica local. “El brasileño tiene que hacer colas a las que no está acostumbrado, lo obligan a bajarse del auto pero no hay un lugar definido para el estacionamiento, entonces dejó de venir”.
El comerciante resaltó que la actividad en Irigoyen cayó 70 por ciento a raíz de la reducción de compradores brasileños. “Dependemos directamente de nuestros vecinos, acá no hay fábricas, todo es comercio y los brasileños son nuestros principales clientes”, indicó.
Los impulsores de la protesta elaboraron un petitorio en el que solicitan que se vuelva al sistema de control anterior y se lo entregaron al intendente, Edgardo Aquino. Esperan que el jefe comunal inicie gestiones con funcionarios nacionales. Afirmaron que de no haber respuesta favorable, retomarían las medidas de fuerza.
La semana pasada hubo una reunión en el Casino de Gendarmería, con la presencia del delegado Márcio Anater de la Polícia Federal brasileña; Arnaldo Borteze de la Administración de Impuestos; autoridades argentinas da AFIP, Migraciones, Gendarmeria, Municipalidad y Cámara de Comercio; además de Marco Aurélio Zandoná, alcalde de Barracão y vicepresidente de la CIF. En el encuentro se analizó como mejorar el ingreso de turistas brasileños con más agilidad en el territorio argentino.
Después de algunas horas, se acordó que los ciudadanos fronterizos tendría libre acceso a la Argentina, lo mismo que para los argentinos del otro lado de la frontera.
Para Koki Sosa, presidente de la Cámara de Comércio de Bernardo de Irigoyen, el comércio es lo que genera ganancias para la ciudad y con el parate, que afecta al turista brasileño, se afecta a la economía local.
“En este momento es el argentino el que necesita del brasileño. No entiendo al gobierno puesto que con los turistas y compradores brasileños todos ganam, y principalmente el sistema, pues cuanto más ventas, más impuestos se cobran”, se quejó.
