Una de las calles principales del barrio llega hasta el salón comunitario del barrio Belén, que hasta hace pocos días no se diferenciaba mucho de las demás casas de ese sector de Itaembé Miní. Sin embargo ahora luce llamativamente distinta, porque los participantes del Hogar de Día llenaron de color y alegría a la construcción que sirve para dictar talleres y donde los vecinos se reúnen para muchas otras actividades.
En el marco de las actividades de la Subsecretaría de Atención Integral Comunitaria de la Niñez, Adolescencia y Familia, a cargo de la magister Alicia “Tequi” Duarte, se realizaron diversos talleres comunitarios en el mes de la familia durante octubre, además se brindó atención primaria de la salud y charlas sobre prevención del cáncer de mama. Como parte de las actividades, con los niños que participan del taller de muralismo en el Hogar de Día, que depende de la mencionada Subsecretaría, nació la idea de pintar el salón.
Valeria Garibotti y Osvaldo Gómez, responsables de las clases, entusiasmados llegaron al barrio con un grupo de niños participantes del Hogar, donde enseguida se comenzó a plasmar la idea de la familia, la contención y la alegría en las paredes exteriores del salón. Los chicos vecinos del barrio no tardaron en sumarse y también el proyecto fue muy bien recibido por los habitantes de la zona.
Sandra Vallejos es una de las vecinas del barrio Belén y responsable de un comedor y destacó ayer la tarea que se realizó con la participación de los chicos del Hogar, así como los del barrio, que se integraron y rápidamente para dar color a las paredes del salón.
Vallejos, quien hace seis años que reside en el lugar, agregó que “para nosotros significa mucho contar con este apoyo por parte de la Subsecretaría, porque es importante que vengan los profesionales al barrio, así como ocurrió con los operativos para asesorarnos. También fuimos nosotros al Hogar, cuando hubo el agasajo a las mamás”.
Cerca de la hora del almuerzo Garibotti, junto a los niños, dieron por terminada la tarea de pintura. Varios de los chicos que ayudaron a pintar el mural quisieron dejar su “firma” en las paredes del salón, que ahora se destaca entre todas las casas a partir del sello de creatividad que quedó plasmado en vivos colores.
