Se escucharon duras críticas a la Prefectura en la segunda audiencia del juicio por la Tragedia del Paraná

Nicolás Ruzecki fue el primer testigo que declaró este martes ante el Tribunal Federal de Posadas, que juzga a los dos imputados por la llamada Tragedia del Paraná, el fatídico cruce del río que el 16 de enero de 2010 terminó con la muerte de ocho nadadores. El hombre, familiar de Sebastián, una de las víctimas, criticó duramente a la Prefectura Naval Argentina por lo que sucedió tras el desastre.

Dijo que la PNA no tenía combustible para mover sus botes y buscar a los desaparecidos. «No sabían cuántos eran y solo se preocupaban en no dejar pasar a la gente», sostuvo.

“Desde temprano vi que ese día iba a estar complicado el clima. Yo andaba por el centro y cuando llegué a mi casa le dije eso a Seba. Seguro te vas a ir al pedo porque se va a suspender, le dije también. Al momento de llegar adonde sería la llegada de los nadadores, a los pocos minutos con un larga vista observé que no andaba bien la cosa. Veía piraguas dadas vuelta y un grupo de gente que le pedía a una lancha paraguaya, creo, que vaya hacia otra zona porque se estaba ahogando gente. Al rato vino Pedro González, uno de los que siempre organizaba la competencia, pidiendo a gritos unos guardavidas”, recordó el testigo.

 

 

“Luego de eso fui al puerto a ver qué pasaba y nadie me decía nada. Solo encontré a gente llorando y nadadores que habían salido del agua. Los de Prefectura no tenían ni idea de lo que pasaba y solo me empecé a dar cuenta cuando una persona me pidió prestado el celular. Llamó a sus familiares porque era de Santa Fe y les dijo que unos frontones, que terminaron siendo las barcazas, habían absorbido a muchos nadadores y piragüeros”, añadió.

“Nunca supe quién era Tyson, pero sí lo escuchaba nombrar mucho a la gente como el organizador. Cuando me lo identificaron le fui a preguntar qué pasaba y no supo qué decirme. Luego empezaron a circular unas listas con la gente que faltaba y en una de esas estaba mi hermano. Hasta las 12 de la noche de ese día no tuvimos novedades pero nos enteramos que como tres horas antes ya habían suspendido la búsqueda y nadie nos avisó. Al otro día de la tragedia aparecieron los primeros cuerpos, pero no el de mi hermano. Un día después sí y la forma que Prefectura le dijo a mis padres no fue la mejor. Yo no estaba porque había ido a reconocer unos cuerpos sin que se supiera de quiénes eran. En la morgue lo vi y no puedo explicar cómo estaba. Para ese entonces ya les habían dicho a mis padres que el cuerpo de su hijo se lo iban a dar en una bolsa y que ya estaría a su disposición”, dijo el joven.

Nicolas Ruzecky indicó: “Mi hermano tenía como ocho cruces del Paraná y competencias similares más de quince. Cuando ya se sabía que había fallecido, le dije a Tyson que yo en algún momento superaría la muerte de mi hermano, pero él tenía ya cuatro muertes en sus espaldas y que solo esperaba que no fueran más. Lamentablemente terminaron siendo ocho en total”.

Juan González era piraguero de Lucas Báez, un competidor. Relató que Prefectura nunca les controló si tenían los elementos de seguridad y que Mauro Bacigalupi le ayudó a conseguir algo que les faltaba.

“Nadie nos dijo nada sobre las barcazas que en un momento nos absorbió por la presión de agua que hacía. Nuestra embarcación se volcó y caímos en un embudo de gente que pedía auxilio en medio de las dos barcazas. El primero en llegar ahí fue Mauro Bacigalupi con una moto de agua junto a otra persona. Nos tiró una soga con un salvavidas, pero como eran tantos los que se prendieron la moto no pudo sacarlos y se dio vuelta. Ahí no los vi más. Me pude prender por una piragua rota pero la fuerza del agua nos golpeaba contra las barcazas y en un momento ya no me dio la fuerza y me aflojé. La corriente me llevó por debajo de las barcazas y aparecí del otro lado. Ahí vino una embarcación particular y me subió y luego me trasladó a una de Prefectura”. El relato de González fue estremecedor.

También declaró Cristian González Suda, compañero de piragua de Juan, quien relató casi lo mismo. Que fue desesperante el momento que su bote fue arrastrado por la corriente que generaban las barcazas. En un momento su nadador se había cansado y ellos pararon a asistirlo pero cuando se dieron cuenta ya estaban encima de las barcazas.

“En ese lugar había muchas personas ahogándose y pidiendo auxilio. Nos agarrábamos como podíamos. Después de que la moto de agua de Mauro se dio vuelta quedó a un costado de las barcazas y las piraguas rotas servían para sostenernos, pero no por mucho tiempo. Luego apareció un bote con un conocido profesor de canotaje de apellido Krieger y nos lanzó una soga con un chaleco salvavidas. Él estaba en un bote de Prefectura y sacó a cinco personas más o menos. Después cuando nos llevaron al puerto encontré a Lucas, mi nadador y a mi compañero de remo. Nunca nadie nos advirtió sobre las barcazas”, recordó.

Después estuvo Ezequiel Molina, acompañante de una nadadora. Relató el horror que fue ser arrastrado por las barcazas. Dijo que con la madre de Luciana Agüero la guiaban. En un momento la corriente fue muy fuerte y quedaron varados cerca de una de las puntas de las barcazas porque otros botes los colisionaron. No podían salir y la gente que estaba ahí se estaba ahogando. Había mucha desesperación y la absorción fue muy rápida. “Yo atiné a sacarme el chaleco por si la fuerza del agua me llevaba debajo de las barcazas y ahí no podría salir”, apuntó.

Después el joven recordó como los rescataron, lo mismo que había mencionado el testigo anterior.

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