Desgarradores testimonios de sobrevivientes y de familiares de las víctimas de la Tragedia del Paraná

La primera audiencia del juicio por la Tragedia del Paraná, el cruce del río que el 16 de enero de 2010, se cobró la vida de ocho deportistas, tuvo esta tarde la primera rueda de testimoniales. Se escucharon desgarradores relatos de sobrevivientes y de familiares de las víctimas.

Luciana Bacigalupi, hermana de Mauro, quien pereció cuando rescataba a los nadadores que habían quedado en medio de esa trampa mortal en la que se transformaron las barcazas ancladas cerca de la costa de Encarnación y que provocaron un efecto succión por el viento. Ella centró sus críticas al accionar de la Prefectura Naval Argentina, tanto por haber dado luz verde a que se realizara la competencia como por el operativo de seguridad implementado.

Ella explicó que no participó de la competencia, sino que estaba en su casa y a las once de la mañana se enteró de que ocurrió un accidente en el cruce y se traslado inmediatamente hacia la zona del puerto de Posadas. Cuando llegó allí se enteró que había siete personas desaparecidas, todos los nadadores y acompañantes ya habían sido traídos a la costa posadeña. Ella participó de los equipos de búsqueda y rescate ese sábado saliendo tres veces en lancha y dos en el helicóptero de la policía.

Indicó que «no vi señalización de las barcazas, el clima estaba calmo. Luego hubo una tormenta que demoró la búsqueda a las dos de la tarde». Indicó que vio a Alfonso en el puerto y después en las reuniones al atardecer. Explicó que cuando llegó intentó hablar con un prefecturiano que le dijo que no sabia nada, lo siguió hasta la oficina de Prefectura y en la puerta la echaron, ahí oyó decir a los prefectos que «no había combustible y el jet sky estaba roto», luego el mismo prefecto al que le hablo al llegar le mostró una lista donde figuraban los desaparecidos.

En su declaración cargó contra el accionar de Prefectura al considerarla «fría» porque según ella «el trato era malo, nos decían retírense de acá no pueden estar acá» y hablo de que pusieron personal armado para alejar a los familiares de las oficinas. Explicó que se peleó con un prefecturiano que la echo de la oficina y con el que traía las embarcaciones y dijo que «me pareció que era una falta de respeto que nos digan que ellos estaban para buscar a las embarcaciones y no personas».

Indicó que en los días siguientes de la búsqueda, todo era organizado por los familiares y contaron con el acompañamiento de la Policía de Misiones que facilitó combustible y el helicóptero para recorrer la zona. Sobre Prefectura dijo que «el señor Lezcano nos dijo que el domingo iban a hacer la busqueda con buzos, pero nunca vimos a los buzos. No se veía movimiento de la Prefectura ni salidas de las lanchas o del helicóptero». recordó que los familiares les pidieron un mapa para poder trazar las búsquedas y le dieron una impresión de un mapa de google del año 2003 donde la costa era diferente a la de ese momento.

Al ser consultada por la defensa de Alfonso sobre la participación en la organización de Pedro González, Bacigalupi indicó que sabía que el quiso organizar un cruce de nenas, pero al no llegar a un acuerdo con Alfonso se bajo de la competencia. También recordó que Dante Pigerl director de Deportes de la Provincia estuvo el día de la Tragedia en el Puerto colaborando y remarcó que consiguió agua y una embarcación para la búsqueda.

Al final de su declaración narró como fue el encuentro de su hermano Mauro Bacigalupi, el día miércoles 27 de enero (10 días después de la tragedia) en la isla del Toro. Explicó que un arenero que pasaba por ahí vio un cuerpo y alerto de su presencia a Prefectura, que hace el rescate del cuerpo. Ella fue quien lo reconoció en la Morgue.

Después vino el crudo testimonio de Federico Solé Masés, hermano de otra de las víctimas fatales, Fernando. El muchacho también participó del cruce y no solo eso: fue «chupado» por las corrientes del río y pasó por abajo de las barcazas. Describió con detalle lo que sintió al pasar por debajo de las moles de metal. Él tuvo la fortuna de salir del otro lado y que lo rescataran.

Mostró una foto de cómo chocaba contra la barcaza y cómo sucedió todo. Fue un relato desgarrador, que mostró la real dimensión de la desgracia que sucedió ese día. Explicó que el iba como piraguero de acompañante de su hermano. Narró como fue ese día desde las siete de la mañana que se encontró con su acompañante Orlando Krieger.

Federico explicó que él y Krieger salieron de la playita Itacurubí (hoy desaparecida) en la piragua de Krieger a las siete de la mañana, fueron remando hasta el puerto de Posadas y allí se inscribieron e hicieron los trámites de rigor con el personal de Migraciones. Luego fueron remando hasta el punto de largada en el club Pacú Cuá, Recordó que el clima era bueno y no había viento. Cuando llegaron al club se pusieron a esperar a los nadadores.

Recordó que antes de la largada «Tyson intento dar una charla técnica y no se le entendió bien, entonces Mauro Bacigalupi que era el encargado de la llegada toma un megafono y explica como era la largada y la llegada». Afirmó «mi hermano no quería llegar primero, solo quería hacer el cruce, la corriente lo llevó a la trampa a unos 1500 metros de la largada unos 10 minutos después de salir». Para ilustrar su declaración pidió mostrar una foto que lo muestra a él en la piragua pegado a la barcaza y su hermano nadando detrás casi sumergido por la presión del agua.

Explicó que cerca estaba Paula Parra que quedó aferrada a la boya del ancla de la barcaza, para ayudarla le arroja el salvavidas circular que tenían en la piragua, pero no llega a alcanzarla. Indicó que «la barcaza no tiene nada de donde agarrarse, él y su acompañante querían salir de ahí pero la presión del agua hacia imposible mover la piragua. Al ver a mi hermano pasar al lado mio en la linea de la barcaza me tiro tras él y lo agarró».

Dibujando fue describiendo como iba desplazándose con su hermano a cuestas a lo largo de la barcaza, hasta el punto de mayor succión donde había una «especie de embudo» producida por que había dos barcazas una al lado de la otra. Indicó que ahí había una piragua trabada en la esquina y sobre ella dejó a su hermano, ahí había unas cuatro personas apoyadas por la piragua intentando no ser succionadas por el agua. Se colocó detrás de los que ahí estaban, reconoció a Ezequiel Molina que era el último de la fila, «me aferré a él y el agua me llevaba para abajo, Ezequiel me decía soltáme que nos hundimos todos, soltáme que nos vamos todos».

«Era una película de terror, todos gritando socorro, ayuda, no se cuanto duro lo único que le puedo decir que nadie vino a ayudarnos. En determinado momento una ola me sumergió y no me dio tiempo a tomar aire, me solté y me metí debajo de la barcaza, una vez abajo era todo oscuro, pensé que eran 25 metros y que yo podía pasar por debajo. No se cuando pero me deje llevar, tome agua y me despedí de todos, me relaje y en un momento vi un poco de luz y en un último esfuerzo pude salir del otro lado» narró el joven. Consideró que «me salve de milagro».

Continuó explicando que al salir al otro lado vió a otros nadadores y palistas que estaban conmocionados, se acerca una lancha que según lo que escuchó eran paraguayos que los rescataron y los dejan en un pontón que estaba ese lado de la barcaza. Tiempo después vino una lancha de Prefectura los trajo a la costa posadeña.

Para él «unas 25 personas habrán pasado por debajo de la barcaza». A la que consideró «una trampa mortal». Indicó que «el agua no tuvo nada que ver con la tragedia, esa barcaza fue una sorpresa desagradable, una verdadera trampa mortal, donde era muy fuerte la presión del agua. No nos habían avisado de el riesgo que eran las barcazas, distinto hubiera sido si nos hubieran alertado y dicho que no nos acerquemos a eso».

Para él «el agua no mata, pero había una trampa mortal que eran las barcazas, nunca nadie nos dijo de ellas».

Explicó que luego de ser rescatado y dejado en la costa posadeña buscó a su hermano que no apareció y pidió un gomon al Yatch Club para salir a buscarlo junto a su padre. Recordó que «cuando llegamos a las barcazas había un remolcador moviendolas, al sacar una de ellas comenzaron a salir a la superficie las cosas que estaban metidas debajo, entre ellos un jet ski, mochilas, ropas y pedazos de piraguas».

Declaró no ver lanchas de Prefectura realizando la búsqueda de los desaparecidos, si recordó ver una lancha de la Marina Paraguaya recorriendo sus costas. También afirmó que vió a Tyson recorrer el río en piragua, incluso a la tarde, ayudando en la búsqueda.

Remarcó que en la primera jornada Prefectura no acompaño la búsqueda de los desaparecidos, que oyó que no tenían combustible agradeció a la sociedad por colaborar en los días siguientes de la búsqueda que se extendió hasta el cinco de febrero.

Ante la insistencia de la defensa de Lezcano, Federico Solé Mases explicó que el rol del piraguero es la de acompañar al nadador y asistirlo si tiene sed o surge algún calambre o contratiempo. Explicó que se dejan llevar por la corriente acompañando a su nadador por eso terminaron encajonados por la barcaza al igual que los nadadores.

Finalmente testimonió Luis Solé Masés, padre de ambos jóvenes. El hombre recordó que solo 3 de los 10 nadadores que llevó para la competencia pudieron largar. Apuntó que había pocas piraguas para acompañar a los participantes porque una tormenta días antes había dañado las piraguas que estaban en el club Rowing y por eso se bajaron varios nadadores.

En una extensa declaración Solé Mases remarcó que su familia está relacionada al cruce desde los años 70, donde alguno de la familia participa como nadador o como acompañante de la academia de natación donde él da clases. Indicó que Fernando ya tenía edad para hacer el cruce y ellos lo acompañaron para hacer todo el ritual de la inscripción y los preparativos. «Era una fiesta familiar, pero nadie nos dijo que la torta estaba envenenada» indicó el dolido padre.

Su función en esa competencia era como palista acompañando a otro nadador, recordó que la charla técnica previa fue «algo confusa y fue escuchada principalmente por los que fueron en afán de competir y no solo cruzar». Indicó que hubo errores normales en la largada y que el pelotón se movía en conjunto hasta pasar el canal, no se notaron según él «estrategias de cruce diferente». Afirmó que «cuando comenzó el desastre ya habíamos pasado el canal de navegación. No había límites o canchas para cruzar, a los 12 minutos de comenzar la competencia comenzó el desastre».

También él recurrió a dibujos para mostrar como era la zona del cruce y como fue esa jornada. Dibujo las costas y marcó los puntos de largada y llegada. Mostró como fue la ruta tomada por todos los nadadores, que tenía forma de un cruce diagonal por el río para llegar desde Pacú Cuá hasta el puerto de Posadas.

Contó como él y otras dos piraguas pasaron la línea de las barcazas y allí vieron a nadadores que ya estaban «chupados por el agua contra las barcazas». Él decidió ayudar a una nadadora que estaba «arañando las paredes» acercándose y tirandole el salvavidas circular, Luego comienza a alejarse de la barcaza, allí un nadador intenta subirse a su piragua pidiéndole socorro. «Le dije que se baje y se agarre de la parte de atrás de la piragua» recordó. Allí la presión del agua lo «chupa» hacia la mole de metal, de donde no pudieron salir por la presión del agua que los llevo a ir a la par de la barcaza.

«Allí vi fragmentos de piraguas, personas agarradas que gritaba que paren el barco» indicó el profesor que explicó que esto era una ilusión que veían los nadadores porque la barcaza estaba anclada pero en un solo punto de fondeo, lo que hacia que la moviese y genere esa ilusión. Recordó que su acompañante en la piragua se tira y sale nadando, el pierde el control de la embarcación que se rompe y el nadador que venia prendido de la cola se hunde con una parte (luego se salvo buceando por debajo de la barcaza).

Él abandona la piragua y se aleja nadando de la barcaza, cuando «se acerca una lancha a cargo del señor Bossi», que le arroja un cable, al ver esta solución regresó al lado de la barcaza a buscar a Florencia Squinaci una de las nadadoras que estaba contra la barcaza y la rescata. Luego la sube a la lancha y les dice que se alejen de ahí. Sole Mases se quedó en el agua y se dejó llevar por la corriente aguas abajo de la barcaza, allí vió a su hijo Federico sostener a Fernando y dejarlo sobre una piragua que estaba contra la barcaza. Al pasar la línea de la barcaza nada hacia el otro lado de la misma y allí observó que iban saliendo personas de abajo de la misma.

Explicó que una lancha se acercó a ellos y los fue llevando al pontón ubicado de ese lado de la barcaza. El se negó a ser levantado, luego se acercó un jet ski de prefectura y una lancha. «La gente de Prefectura me dice que ellos llevan al primer muerto, ahí se me cruzaron varias ideas por la cabeza. Esperaba una lancha para volver del otro lado de la barcaza a sacar a los que quedaban, pero no llegó nadie».

Luego relato como fue subido a la lancha más grande de Prefectura y traído junto a quienes estaban en el pontón hasta la costa argentina. Recordó que el periodista de canal 12  Juan Domingo estaba en la lancha conmocionado y su cámara estaba tirada en el piso entre los charcos de agua. Recordó que «intentamos hacer una lista, pero nadie sabia nada, ahí me entere que estuve una hora en el agua».

Luego narró como fue la situación al llegar a la costa posadeña y los problemas de comunicación con el personal de Prefectura, así como fue a buscar a su hijo Fernando con su otro hijo Federico en un gomon. La noche del sábado volvieron al puerto y allí se quedaron toda la noche con las familias. Al amanecer del domingo vio como el remolcador se llevó toda la barcaza, «llevándose el lugar del hecho».

El profesor indicó que no hubo grupos diferentes de nadadores, solamente los primeros siete pudieron sortear la barcaza que comenzó a moverse con el viento, el resto fue chupado por la correntada contra la barcaza. «Estoy seguro que la rafaga de viento nos empujo contra la barcaza» dijo Sole Mases que afirmó «solo siete de los 47 nadadores pasaron la estructura de la barcaza y el último salio con un golpe en la pierna».

Recordó que Prefectura «siempre estuvo presente en la competencia desde el momento de la largada». Indicó que «no fui controlado por Prefectura pero llevaba todos los elementos de seguridad» y consideró que los que guiaban las embarcaciones de Prefectura no actuaron en el rescate «porque les faltó valentía y algunos otros atributos para hacer el rescate».

 

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