Caso Angélica Ramírez, el juicio: pusieron en apuros a un prefecturiano que conocía a la víctima

En lo que fue el último día de testimoniales, al menos en Posadas, en el juicio por la muerte de Angélica Ramírez (14) ocurrida en septiembre de 2012 en Puerto Rico, hoy pasaron ante el Tribunal Penal N°1 las dos mujeres que presenciaron el allanamiento realizado en la casa de Francisco Bourscheid, único imputado por el hecho. Además la dueña de un hospedaje que aseguró que la menor nunca concurrió ni tampoco el panadero.

Monica Geisler dijo que nunca vio a una joven con características similares a la de Angélica llegar hasta su hospedaje de Puerto Rico, que solía funcionar como albergue transitorio. Sí dijo la testigo que un hombre de apellido Bastarrechea, prefecturiano, fue su cliente y concurrió con distintas personas. La referencia para ese hombre es porque el prefecturiano también declaró y se lo vincula con una relación amorosa con la víctima.

 

 

En cuanto a las dos mujeres que presenciaron el allanamiento realizado en la casa del imputado el 3 de octubre de 2012, una de ellas, Elga Handorf dijo no acordarse de que llevaran del domicilio dos pares de zapatillas como hay en la causa como pruebas. Tampoco que le mostraban todas las cosas que secuestraban y en medio de algunas dudas, ratificó que el panadero le había dado en un momento una suma de dinero que tenía guardada para su custodia. La mujer confió que ella en un momento se retiró del procedimiento a llevarle la llave a su hija ya que vivía a la vuelta del imputado como así también lo hizo la otra testigo que vivía al lado.

La referencia es para Andrea Holzbech, quien sí dijo que las dos zapatillas estaban en la casa de Bourscheid y que los policías trabajaron normalmente y sí mostraban las cosas que se tomaban en cuenta para la causa. También dijo que su vecina salió en un momento del allanamiento y que ella hizo lo propio con autorización de la Policía para ir a buscar a su hija menor que reclamaba por ella.

Llegaría el turno de Alberto Bastarrechea, efectivo de la Prefectura a quien había indicado Carolina Barboza (amiga de Angélica) como la persona que una vez la llevó en moto a su casa y que la había manoseado. El hombre comenzó con más dudas que certezas y dijo que una sola vez vio a la víctima cuando esta se fue al puesto en donde trabajaba en horas de la madrugada. Que nunca mantuvo relación con ella ni su amiga. Dijo que no hubo llamados ni mensajes de textos, algo que inmediatamente le hizo saber que sí uno de los jueces del Tribunal. El magistrado Eduardo Dorsaneo le detalló una larga lista de mensajes que figuraban en un registro de la empresa Claro donde había cruces entre el teléfono de Carolina y el prefecturiano como también con Angélica.

Sin dar detalles de lo que decían, el hombre empezó a cambiar su declaración y reconoció que una vez lo habían llamado a la guardia para ofrecer la compañía de una mujer. Que siempre lo hacían y no se tomaban tan enserio y que en la madrugada del 24 de septiembre, llegó Angélica en un remís. Reconoció que pagó ese servicio y que después la llevó a donde ella le indicó, la casa de su amiga (Carolina).  Esta joven en su declaración de jornadas anteriores había dicho que la víctima contó que cuando la traía a su casa el hombre la manoseó.

Ante un pedido de falso testimonio por la defensa del imputado, Mario Cáceres, los jueces quedaron en expedirse después. Es que el prefecturiano no supo explicar cómo conoció a la víctima y por qué ante un llamado aceptó que fuera a su lugar de trabajo. El contacto, según él fue hecho por Carolina, y aseguró que nunca supo cómo se llamaba. Incluso hay un mensaje con la víctima poco más de una hora antes que ella llegara a ese lugar.

También declaró un joven de nombre Emanuel Rodríguez, alias “Chino”. Reconoció que tuvo relaciones sexuales varias veces con Angélica y que la última vez que la vio fue en la mañana del 26 de septiembre cuando ella se había quedado a dormir en su casa. Fue a través del facebook que la conoció y luego de algunos encuentros pudo concretar, según el testigo, lo antes mencionado.

Otro que prestó su testimonio fue Ricardo Graef, primo de Rocío Cardozo, también amiga de la chica asesinada. El joven dijo que la conoció a través de su prima y que en varias oportunidades tuvo relaciones sexuales con la víctima. Incluso, según sus dichos, una vez en compañía de un primo y los dos al mismo tiempo. La última vez que la vio fue cuatro o cinco días antes de que se la encontrara muerta.

Apuntó que un lunes antes de su muerte (entre miércoles 26 y jueves 27 de septiembre 2012) cruzó algunos mensajes para encontrarse, pero como no coincidían los horarios de ambos no se pudo dar y que el luego viajó a Buenos Aires a trabajar con un amigo camionero.

Luego declaró Gastón Dujaut, a quien se lo tenía como un novio de Angélica pero hoy en el debate el joven dijo que solo eran amigos. Que es primo de Carolina Barbosa y así la conoció. Recordó que una vez ella quería conocer Posadas, donde él reside y entonces la invitó a su casa. Según dijo, se quedó una semana y fue un tiempo antes de su fallecimiento, pero no recordaba la fecha exacta. Indicó que nunca tuvo relaciones con la víctima más allá de una amistad y tampoco ella le comentó sobre algún novio que pudiera tener.

Por último declaró Diornela Ledesma, una mujer a quien Bourscheid mencionó en su relato y dijo que lo vio en la noche del 26 de septiembre de 2012 cuando regresaba a su domicilio. Se conocían de antes porque la mujer había trabajado con él cuando tenía una pinturería en Puerto Rico.

Casi todo esto la testigo ratificó excepto la cantidad de minutos que dialogó con el acusado (él dijo 10 minutos) y ella que no fueron más de dos o tres. No pudo especificar si alguna vez la víctima frecuentó la pinturería pero sí dijo que solían ir menores a pedir monedas y el hombre aceptaba que se las den. Otra cosa que no coincidió con lo dicho por el imputado en su momento fue el día. Dijo que cuando lo vio a su ex patrón, era el 27 de septiembre por la noche porque hace dos días que su marido había salido de viaje y lo recordaba bien. Es decir, cuando Angélica ya estaba muerta y el caso se había disparado.

Lo que queda pendiente ahora son cuatro testimoniales que se harían en Puerto Rico, al parecer el viernes 14 de noviembre cuando el Tribunal, las partes y el acusado se trasladen a esa localidad. Se trata de los testigos Vanesa Graef y Jacinta Cleimburg, dueñas de la panadería para la cual trabajaba Bourscheid. El otro es un hombre identificado como Ramón Maidana, cuidador del playón en donde se practicaba actividades deportivas en el barrio San Francisco. También tomarán el testimonio de Inés Marley, cuyos datos se desconocen o qué puede aportar en la causa.

El 17 de noviembre es la fecha indicada para los alegatos de la defensa y la fiscal. Ese día se sabrá también cuándo se leerá el veredicto.

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