Forense detalló en el debate que Angélica Ramírez recibió cinco golpes en la cabeza

Este martes se concretó una de las últimas rondas de testimoniales en el juicio por la muerte de la adolescente Angélica Ramírez (14), a quien encontraron muerta a golpes el 27 de septiembre de 2012 en Puerto Rico. Mañana están citados otros 15 testigos y luego el Tribunal Penal Uno de Posadas decidirá si viaja para tomarle declaración a otros dos que no pudieron viajar a la capital provincial por problemas de salud. Estiman que los alegatos se conocerán el 17 de septiembre y en esa jornada se determinará la fecha en la que se leerá el veredicto.
El único imputado por el asesinato es el panadero Francisco Bourscheid, de 52 años.
El primero en declarar hoy frente a los jueces Martín Errecaborde, Angel Dejesús Cardozo y Eduardo D’Orsaneo fue el perito del Cuerpo Médico Forense Carlos Wolhein, quien participó de la segunda autopsia practicada sobre el cuerpo de la víctima el 1 de octubre de 2012, cinco días después de la primera necropsia.
El especialista, entre otras cosas, detalló que la chica presentaba cuatro golpes en el cráneo, tres en la parte derecha y uno en la izquierda. Todos con suficiente violencia para provocarle graves daños, como así también un fuerte traumatismo en la zona de las fosas nasales.
Estimó que ese golpe en la nariz le causó una gran conmoción y que los demás fueron el remate de un feroz ataque. Dijo que por la violencia, difícilmente se hayan producido con la mano de una persona.
Wolhein explicó que no observó signos de abuso sexual, algo que ya había pensado en primera instancia cuando le exhibieron las fotos de la primera necropsia. En este mismo sentido ratificó que las lesiones que en su momento se pensó que pertenecían a quemaduras de cigarrillos, pertenecían en realidad a picaduras de hormigas, algo que aclaró en su paso ante el Tribunal la entomóloga Daniela Isaurralde.
Otra de las consideraciones de Wolhein fue decir que la menor no estaba drogada ni bajo los efectos del alcohol. Remarcó que ella nunca presentó defensa, por lo que el primer golpe pudo haber sido sorpresivo y desde entonces ya no recuperó la conciencia.
Luego llegó el turno del perito forense Carlos González, quien fue el encargado de practicar algunos estudios referentes a sustancias (tierra) que presentaba el cuerpo de la víctima dentro de las fosas nasales.
Consideró que la víctima estaba con vida y respiraba, tal vez con cierta dificultad por el golpe, al momento de ser arrastrada o dejada en el lugar donde la encontraron muerta.

Otro que declaró fue Julio Villalba, vecino del barrio San Francisco de Puerto Rico. Dijo haber visto la camioneta del panadero en el mismo lugar que otros testigos mencionaron (calle Alejo Rauber y subida que entra al barrio San Francisco). Esto cuando se dirigía hacia el centro a jugar al fútbol y el día 26 de septiembre del 2012 entre las 20 y 20.20, aproximadamente. Que conocía de vista al imputado y a la víctima ya que vivía a algunas cuadras de su casa, pero que nunca escuchó nada sobre su vida personal.
Posteriormente llegaría el turno de Gerardo Dieterle. Transportista que trabaja para la empresa Alto Paraná y el día 26 de septiembre dijo regresar a su casa cerca de las 22 y vio que el rodado de Bourscheid ya estaba guardado y limpio en el garaje. Eran vecinos y el hombre aseguró que una vez que el panadero depositaba el vehículo no salía más y que de hacerlo se escucharía porque su portón hacía mucho ruido.
Otra de las cosas que el testigo dijo fue que su mujer había sido protagonista del allanamiento en la casa del acusado, en calidad de testigo. Que en un momento dado, cuando esto se realizó días después del crimen, su esposa le contó que había salido por un instante del allanamiento a buscar a su pequeña hija y que la otra testigo también, aparentemente por permiso de la policía que estaba en el lugar. Sin embargo, en su declaración durante la instrucción había dicho que se enteró al otro día de todo cuando volvió de viaje y no al momento en que viajaba como dijo en la mañana de hoy.
Otro que dijo que aquel 26 de septiembre el vehículo del acusado estaba guardado fue un vecino de nombre Juan Martínez. Supuestamente este hombre pasaba todos los días por ese lugar al regresar del trabajo y ratificó que ese día lo hizo entre las 20 y 21:15, no recordando con exactitud, y que vio la camioneta guardada.
En su momento cuando Bourscheid declaró dijo que ese día regresó cerca de las 21 a su domicilio y se fue a un mercado cercano a comprar comida. Justamente el dueño de esa despensa pasó por el tribunal a contar su versión. Además de contar que sí fue su vecino ese día a comprar algo de comida, dijo que escuchó cuando luego de salir de su negocio ingresó a su casa porque ya había guardado el auto. Se trata de Eduardo Hand quien también dijo que al otro día, cuando ya se supo la muerte de la chica, comentó el hecho con el panadero como otros que habían pasado esa jornada, un incendio y un accidente grave.
También añadió que sabía el problema de alcoholismo que Bourscheid había tenido y que hace algunos años le compraba bebidas pero luego de un tratamiento dejó de tomar. Que nunca lo vio agresivo ni violento y que no conocía que llevara mujeres a su vivienda.
Por su parte, declaró un joven que dijo conocer a Angélica por medio de un amigo en común. El mismo es Carlos Pérez, quien reconoció que a veces había llevado a la víctima a diferentes lugares como la escuela o su casa pero nunca dialogó profundamente de sus temas. Surgió en este contexto que el testigo había recibido un mensaje amenazante a su celular y que aparentemente era dirigido para Angélica. Al respecto dijo que ella le pedía su teléfono para mandar mensajes como a otros. Que nunca le dio importancia a este tema y tampoco le preguntó a la víctima.
Por último declaró Tilo Eichelberger, padrastro en su momento de Florencia Acuña, la testigo que contó la semana pasada que Angélica llevaba dinero en la escuela, decía tener un novio policía y otro con mucha plata pero que no reconoció como sus dichos que la víctima le contara que andaba con un panadero, algo que figura en la declaración en el juzgado. Justamente el hombre acompañó en esa declaración a la joven y recordó algunas cosas, aunque no que la joven haya declarado bajo presión. No mencionó lo del novio panadero, pero sí el policía y que su hijastra confió que ella siempre tenía plata y que solía fabular mucho en sus relatos.
Este último testimonio fue pedido por la fiscal debido a que consideró que pudo haber falso testimonio en Florencia y que encima luego de su declaración se la vio hablando con familiares del acusado a quien dijo no conocer.
Para hoy estaba prevista la declaración de Leonela Ledesma, pedida por la defensa y que habría visto a Bourscheid el día anterior al hallazgo del cuerpo. Finalmente la mujer no se presentó pero cerca del cierre de la jornada informaron que el domicilio fijado no existía, pero pudieron dar con ella en otro lugar y se comprometió a prestar declaración mañana, donde se espera una lista de más de diez personas, en lo que sería el último día de testimoniales.

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