Testigos ratificaron que vieron la camioneta del panadero cerca del barrio de Angélica el día del crimen

Arrancó la tercera semana del juicio por el asesinato de Angélica Ramírez (14). Los testimonios de este lunes apuntaron a confirmar si la camioneta del único imputado, Francisco Bourscheid (52), estuvo cerca del barrio de la víctima el día en que ocurrió el homicidio. Y también pintaron las costumbres de la jovencita, a la que muchos dijeron haber aconsejado para que se cuidara más y no se moviera sola en horarios nocturnos.
Antes de que empezara la ronda de testimonios, el Tribunal Penal Uno de Posadas rechazó el pedido del abogado Mario Cáceres, defensor del imputado, de que citaran a declarar a un vecino de la víctima con la que esta supuestamente tenía mala relación.

La primera testigo en declarar fue Elena Báez, una mujer que aseguró que vio la camioneta del panadero cerca de la entrada al barrio San Francisco el 26 de septiembre del 2012. La misma entraba al vecindario, según sus dichos, para dejar a una amiga. Sostuvo que en la esquina de la calle Rauber y la subida que conecta con el mencionado barrio, estaba una camioneta tipo utilitario de color roja, como la que el panadero utilizaba para hacer su trabajo. Esto fue entre las 20 y 20.30 de aquel día, y también ratificarían esa versión otras dos testigos.
Báez reconoció que no conocía al imputado y que solo un comentario de una de las amigas que iba en el vehículo lo relacionó con el hecho. Una de ellas trabajaba en un mercado de Garuhapé y reconoció como el auto de quien repartía pan en dicho comercio y además observó al señor que hacía ese trabajo.
Luego fue el turno de Gisela Blanco, quien iba en el auto con Báez. En coincidencia con la anterior testigo, esta mujer dijo que había dos ocupantes dentro del rodado y que uno era mayor que el otro. Sin embargo, no pudo dar precisiones de sus aspectos físicos.
Después testimonió Vanina Aranda, la mujer a quien llevaban al barrio San Francisco y que dijo reconocer el auto de Bourscheid. Dijo que vio que era el señor que llevaba pan al supermercado donde trabajaba y que era el mismo vehículo. No sabía en ese entonces el nombre, pero que días después lo vio con una herida en el brazo izquierdo.
Inmediatamente la mujer confió que la situación y el de le dio para pensar algo más y que comentó con sus amigas. Pero a su vez dijo que nunca el hombre le había faltado al respeto ni se mostró agresivo. Que lo veía todos los días, pero que nunca se interiorizó en aspectos de su vida personal.
El cuarto testigo de la fecha generó cierta polémica, ya que la fiscal Liliana Picazo pidió su detención por falso testimonio antes que la defensa pudiera hacer uso de la palabra. Se trata de Anibal Stofd, a quien el panadero mencionó en el comienzo como la persona que estuvo con él en la entrada del barrio San Francisco el 26 de septiembre de 2012, antes de la muerte de Angélica.
El joven dijo que el acusado era conocido de su padre y por eso Bourscheid lo llevó cuando él se dirigía a la casa de un tío a celebrar su cumpleaños. Que en la curva mencionada, el panadero estacionó el vehículo y quedaron hablando por aproximadamente media hora. También dijo que lo vio lastimado, algo que en la instrucción no había mencionado, pero según su versión era porque en la comisaría le querían obligar a decir algunas cosas.
El pedido de la fiscal será tratado en su momento y el testigo se retiró luego de reconocer que incluso fue a visitar algunas veces a la cárcel al imputado con su padre.
Inmediatamente llegó la oportunidad de Víctor Stofd, quien ratificó la versión de su sobrino que en horas de la noche del 26 el mismo llegó a su domicilio, cercano al barrio San Francisco, para celebrar su cumpleaños con una cena familiar. A su vez dijo conocer al panadero y que no cree que haya sido el asesino pero que confía en la justicia.
También prestaron declaración dos efectivos policiales, que en su momento eran encargados de la oficina del Círculo de Suboficiales de la fuerza en Puerto Rico. Uno de ellos es el sargento ayudante Lino Zarza, quien manifestó que en 2010 conocieron a Angélica, junto a su compañera, porque era una niña muy dada que siempre merodeaba la zona. Apuntó que fue en donde estaba la pinturería de Bourscheid en su momento.
El hombre dijo que a veces la vio por la noche andando en bici y que le daban consejos para que se cuidara un poco más. Que vestía como señorita y que siempre se iba a buscar pan o facturas que le regalaban en una panadería y que a veces traía dinero o compraba jugos en sobre.
Respecto a si le preguntaron alguna vez a la menor de dónde conseguía las cosas, solo dijo que ella relataba que era un amigo de su mamá el que las entregaba, pero nunca dio nombres. Sí que su compañera lo vio hablando con el acusado en alguna oportunidad al igual que con el resto de los comerciantes de la zona.
Justamente la compañera de Zarza, también pasó ante el tribunal y declaró con similitud al otro policía respecto a cómo era la chica. Se trata de Norma García, quien dijo que en varias oportunidades le decían a la niña que se cuidara un poco más y que no anduviera de noche sola. Que a veces llevaba a su hermanito más chico porque su madre tenía que trabajar. Que luego la oficina se cambió de lugar y perdieron contacto con la chica y volvieron a saber de ella cuando apareció la noticia de su muerte en los medios y decidieron ir a declarar por los momentos que hace unos años habían vivido con ella.
Otro que declaró fue Horario Luft, vecino de Bourscheid cuando este tenía la pinturería sobre la avenida 9 de Julio de Puerto Rico. Confesó que a veces lo ayudaba con algunas cosas porque vivía enfrente y que conocía a Angélica, pero de verla por la zona. Que ella hablaba con todos los comerciantes pero eran saludos y diálogos cortos.
Luego vino el turno de Enrique Morán, quien dijo haber visto a la víctima en la tardecita del 26 de septiembre. Que portaba un buzo de color rosa y un pantalón que no pudo recordar precisión. Solo que tenía un celular en las manos y que se la cruzó cuando el regresaba a su casa con una moto mientras la menor caminaba. Que casi siempre la veía pero no sabía cómo se llamaba y cuando vio la foto en los diarios se acordó de ella y se sorprendió mucho.
Por último declaró Ramón Pieczack, recolector de residuos que hacía el recorrido en la zona de barrio San Francisco y en donde Bourscheid tenía la pinturería. Dijo que lo vio varias veces hablar con una chica a la que conocía de vista y supo luego que se llamaba Angélica.
El juicio continuará mañana desde las 8,30 y, de acuerdo a lo informado, los testimonios serán hasta el miércoles y luego los alegatos recién el día 17 de noviembre. Sin embargo, hay una cuestión pendiente que el Tribunal resolverá respecto a ir a tomar declaración a dos comerciantes que residen en la zona y no pueden venir a Posadas, aparentemente por cuestiones de salud de uno de ellos.

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