El Tribunal Penal Uno de Oberá tiene todo listo para la realización del juicio oral y público por el asesinato de la adolescente Silvia Andrea González (15), ocurrido en Campo Viera en octubre de 2001. El debate comenzará el martes 4 de noviembre y estiman que desfilarán alrededor de 55 testigos.
Quienes juzgarán a los nueve imputados que tiene el voluminoso expediente son los magistrados José Pablo Rivero (presidente del tribunal) y los subrogantes Demetrio Cuenca y Graciela Ivonne Heppner. En la Fiscalía estará su titular, Estela Salguero de Alarcón. Los acusados serán asistidos por distintos abogados.
El caso Silvia Andrea llegará a juicio trece años después de sucedido el crimen. El camino lo despejó este año cuando el Superior Tribunal de Justicia rechazó un planteo de prescripción de la causa.
Hay mucha expectativa en torno al debate, que se extenderá por, al menos, dos semanas, En principio se prevé que habrá nueve audiencias de testimoniales. Luego vendrán los alegatos y la sentencia. Todos los acusados llegan en libertad. En algunos casos, como los de Marciano Benítez y Fabiana Cantero, ambos pasaron alrededor de ocho años presos esperando el debate y luego los excarcelaron.
Benítez llega al banquillo imputado del delito de “privación ilegítima de la libertad, abuso sexual y homicidio”. Misma calificación pesa para Hugo Dante “Willy” Ríos, el hijo del intendente de Campo Viera, Juan Carlos Ríos.
Cantero, en tanto, deberá responder por una acusación de “privación ilegítima de la libertad”.
Benítez y Cantero fueron hasta 2003 los únicos imputados. Ese año empezó a juzgarse el asesinato de Silvia Andrea, pero en pleno debate una testigo, llamada Norma Ríos, comprometió a Willy Ríos y a otras personas. Entonces, el tribunal dispuso que se ampliara la investigación. Después de eso, imputaron a Ríos y a un grupo de policías por “encubrimiento e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Se trata de los oficiales Miguel Ángel Silvera y Cristian Morel, que trabajaban al momento del crimen en la comisaría de Campo Viera; y los suboficiales Pablo Miquetán y Ramón Zaya, de la misma repartición.
La adolescente fue vista con vida por última vez el 11 de octubre de 2001. Ese día fue a una FM de su pueblo, donde se hacía un concurso para elegir a una chica que ilustrara la tapa del CD de un grupo musical de la zona. Una vez que salió de la radio, perdieron sus rastros. Apareció el 18 del mismo mes, asesinada. El cadáver se hallaba en avanzado estado de descomposición. Se estableció que la chica fue asfixiada. También creen que la violaron, pero por el estado del cuerpo no se logró confirmar esto en la autopsia.
