Caso Angélica Ramírez, el juicio: declararon ex novios de la víctima y un sereno que vio esa noche a la chica con un hombre

Cerrando una nueva semana en el debate oral y público que busca determinar si fue el panadero Francisco Bourscheid el que mató a Angélica Ramírez (14), declararon este jueves ante el Tribunal Penal Uno de Posadas nueve testigos.
Uno de los comparecientes fue Gilberto Cubi, que está preso en la Unidad Penal de Eldorado y estuvo detenido en la comisaría de Puerto Rico junto al acusado por la muerte de Angélica, ocurrida en Puerto Rico en septiembre de 2012.
El hombre dijo en primera instancia que Bourscheid era un preso “normal”, que se comportaba como casi todos y que por momentos se mostraba nervioso, pero que nunca fue violento ni comentó nada sobre su situación.
El testigo reconoció también que sabe que el panadero está en la misma cárcel que él pero últimamente no tuvieron contacto, y que en una oportunidad dentro de la Enfermería de la unidad carcelaria, el acusado de matar a Angélica le dijo que estaba enojado porque él había declarado en su contra. Cubi dijo que supuestamente a él la policía lo obligaba a decir cosas sobre Bourscheid pero no dio nombres y tampoco se estableció en la sala del tribunal si habrá una investigación sobre eso.
La investigación que sí se hará es una impulsada por la fiscal Liliana Picazo, ya que la mujer entregó unas fotos impresas tomadas frente al tribunal el miércoles, en donde se ve a algunas testigos con familiares del acusado, cuando en su declaración ellas habían asegurado no conocerlo.

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Siguiendo con la ronda de testigos, se presentó Manuel Espíndola, quien era compañero de gimnasia de la víctima y confesó que mantuvo una corta relación amorosa con la joven. “Fue un toque nomás. Luego le dije que venía de una relación hacía poco y en cualquier momento volvía con mi pareja”, dijo el joven.
También aseguró que Angélica le pareció una chica muy carismática, pero que tenía actitudes de una persona mayor. Le sorprendió su forma de andar por la calle a cualquier hora.
Respecto a cómo la conoció, dijo que fue en el gimnasio que ambos iban y un día él la acercó en la moto. Primero hasta la Municipalidad, donde quedaron charlando y luego la llevó a su casa. Después se vieron un par de veces, pero él le pidió no tener nada serio por lo antes mencionado.
Otro que reconoció tener una historia con Angélica fue Emiliano De Camargo. El joven también declaró y dijo que conocía a la víctima porque era amigo de su hermano. Que varias veces fue a la casa y en una oportunidad tuvo algo con la menor salvajemente asesinada. Además dijo que un día antes que se la encontrara muerta había ido a la casa de Carolina, una amiga en común a ambos a mirar películas y tomar mate, pero que no vio a Angélica.
A la hora de relatar cómo era la menor, Emiliano dijo textualmente: “Era una chica fácil y le gustaban muchos los hombres”.
Posteriormente testimonió ante los magistrados un hombre que trabaja como sereno en la nueva terminal de Puerto Rico, aún por habilitarse. Se trata de Adán Valentim. Dijo que vio la noche previa a su asesinato a una joven con sus características físicas encontrase con un hombre, pero que no pudo reconocerlo porque fue a una distancia de al menos 70 metros. Posteriormente dijo que se saludaron y luego de algunos segundos se fueron del lugar, entre las 22 y 23, sin recordar precisión de lo sucedido.

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Otro que declaró fue Esteban de Camargo. También conocido del hermano de Angélica y de ella. El joven relató que un día antes que pareciera muerta fue a la casa de Carolina, pero no estuvo mucho tiempo. Esto fue en horas de la tarde: entre 19 y 19.15 Angélica pasó por ese lugar y enseguida se retiró porque dijo que iba a hockey, precisó el joven.
Luego el muchacho dijo irse a su casa y posteriormente a lo de un amigo en otro barrio, donde quedó a dormir.
También brindó declaración hoy un profesor de educación física de nombre Carlos Ávalos, quien conocía a Angélica de la escuela primaria y que a quien el día que la vieron por última vez, la chica le fue a pedir un palo de hockey, ya que este hombre entrenaba ese deporte en el playón del barrio San Francisco. El testigo dijo que solo fue unos segundos, porque le dijo que no podía prestarle el elemento que ella requería y se marchó sin pedir muchas explicaciones. Esto en horario cercano a las 20 del día 26 de septiembre de 2012, un día antes que la encontraran muerta.
Además prestó su colaboración en la causa, aunque no dejó datos relevantes, Juan Alvarenga, quien dijo que en la tarde noche del 26 de septiembre vio a Angélica cerca de la entrada al barrio San Francisco y que en un cruce solamente la saludó. Dijo que la conocía de vista del barrio y no mucho más.
Finalmente llegó el día en que se presentó Sergio Cardozo, quien fue novio de la joven, aunque este dijo que solo fue una relación corta y el no la tomó como tal. Reconocía que mantuvo relaciones sexuales con la víctima, pero que tres meses antes de su muerte ya no tenía contacto con ella. Que una vez le llevó a su domicilio una pastilla para “el día después” ya que habían tenido relaciones sin cuidarse y temía que quedara embarazada.
Pasó por el tribunal también José Valenzuela, quien reconoció ser un hombre de salir mucho por la noche y que rondaba clubes donde había juegos y otras cosas, en los cuales solía ver al panadero. Sin embargo no describió mucho su personalidad. Dijo también conocer al hermano, pero todo en calidad de “compañeros de salidas” y que a la menor asesinada no la conocía.
Por último, declaró una tía de a víctima, quien es prima de la madre de Angélica. Dijo que cuando ya había pasado el hecho, la hermana de la mamá, Viviana, quien declaró hace unos días, le contó que se sabía que había un panadero que la molestaba porque estaba enamorado de ella. Que la rondaba todo el tiempo, sin embargo esto nunca fue comentado por Viviana el día que prestó su declaración.
El debate continuará recién el lunes a las 8.30 y en la semana próxima sería una de las últimas con testimonios. Desde el Tribunal, integrado por los jueces Martín Errecaborde, Angel Dejesús Cardozo y Eduardo D’Orsaneo, destacaron que por primera vez en Posadas, con este debate, se implementó una especie de compensación económica a los testigos, que muchas veces tienen que solventar gastos importantes teniendo en cuenta que residen muy lejos de donde se define la causa. Lo entregado ronda entre los 250 y 300 pesos a modo de viático para gastos de pasaje o comida en sus estadías en la capital provincial.

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