El Tribunal Penal de Oberá condenó a prisión perpetua a un hombre que en enero de este año atropelló y mató a dos chicas. Para los jueces, Hugo Ángel Vareiro (44) actuó para vengarse, porque una de las jóvenes era hija de su ex pareja y él la señalaba como responsable de la separación.
Según el fallo de los camaristas Lilia Avendaño, Francisco Aguirre y José Pablo Rivero, se trató de un “homicidio calificado” por haberse cometido contra una mujer en contexto de violencia de género y un “homicidio simple” en concurso real.
Las víctimas de Vareiro se llamaban a Cinthia Gómez (22) y Yessenia Filippín (21).
Una sola audiencia fue necesaria para que los magistrados del Tribunal Penal condenen a este hombre a la pena más dura prevista en el Código Penal Argentino.
El juicio oral se realizó este martes desde las 8.30. Declararon siete testigos, que aportaron datos que permitieron reconstruir lo sucedido el domingo 5 de enero de este año, previo al choque que derivó en la muerte instantánea de las víctimas.
El hecho ocurrió en Campo Ramón pasadas las 23.15 sobre ruta provincial 103, cuando Hugo Vareiro, conduciendo en estado de ebriedad, colisionó de manera frontal contra la motocicleta 110cc en la que circulaban Yessenia y Cinthia, quien era madre de un nene de 4 años.
Los testigos presentes en la audiencia, con sus declaraciones, permitieron a los magistrados reconstruir que Vareiro estuvo todo ese día tras los pasos de Cinthia, quien era hija de su ex pareja, Miriam Álvarez de Olivera.
Los relatos también coincidieron en que vieron al autor del homicidio consumiendo bebidas alcohólicas previo al choque. Dos propietarios de bares de la zona sostuvieron, por ejemplo, que Vareiro estuvo en sus respectivos locales tomando cerveza y que lo notaron intranquilo respecto a ocasiones anteriores (era asiduo concurrente de bares y locales nocturnos).
En el juicio, se pudo conocer que el ahora condenado era alcohólico y eso motivó varias discusiones con las hijas de su ex pareja, quienes cansadas de los litigios cotidianos pidieron a su madre que echara de su casas al hombre, porque los conflictos que generaba para Cinthia, María y sus otras dos hijas de 10 y 11 años, futro de una relación anterior.
Luego de que Vareiro fue echado de la casa, en diferentes oportunidades manifestó a su pareja que sus hijas eran las culpables de su separación, que por este motivo tenía que vivir en malas condiciones y por ello se iba a desquitar con ellas.
Durante la tarde del día en que ocurrió el hecho, Vareiro estuvo persiguiendo a Cinthia, la joven al percatarse de ello estuvo inquieta, con miedo e intercambió mensajes con su hermana María, a quien le comentó sobre la situación. Este fue un elemento clave en la investigación.
Familiares de Cinthia Gómez, conocidos y vecinos, coincidieron en que Vareiro era una mala persona, de carácter fuerte, mal vecino, alcohólico, violento y “agrandado”.
En el debate se supo que el imputado, dos horas después del choque, tenía 1,20 grados de alcohol en sangre, siendo que lo permitido por ley en Argentina es 0,5 para conducir.
Al momento de los alegatos, la fiscal Estela Salguero de Alarcón expuso de manera magistral sus fundamentos para solicitar que Vareiro fuera condenado a prisión perpetua por el homicidio calificado en contexto de Violencia de género contra Cinthia Gómez y homicidio simple en perjuicio de Yessenia Filippín.
En tanto que el abogado defensor, Luciano Luna, descartó el femicidio porque consideraba que no hubo sometimiento de su cliente para con la víctima y que el agravante de estar alcoholizado era cotidiano para Vareiro porque era adicto. De todas maneras solicitó que su cliente fuera condenado por homicidio culposo, al máximo de la pena, que se le retenga la licencia de conducir y prohíba por 10 años manejas cualquier tipo de vehículos.
El Tribunal, presidido por Avendaño, coincidió con el enfoque de la fiscal y condenó a Vareiro.
Los fundamentos de la sentencia serán leídos el 12 de noviembre a las 12.
