Para González Fraga, el objetivo de Cristina es entregarle el poder a la derecha y volver en 2019

El economista de cabecera de UNEN consideró que el objetivo del gobierno nacional es llegar al fin de su mandato “con lo mínimo posible” para que el próximo presidente esté obligado a aplicar un ajuste. Afirmó que lo peor que le pasa al país en materia económica se debe a la inflación y a las medidas que adoptó el gobierno para mitigar sus efectos. Pronosticó que en 2015 continuará la recesión y la inflación estaría en torno al 32 por ciento anual. Recomendó a los empresarios hacer inversiones estratégicas. Destacó que los equipos económicos de los principales candidatos a presidente, coinciden en casi todos los temas centrales.

El economista Javier González Fraga, admitió que una de las lecciones más difíciles que le tocó en su paso por el Banco Central, fue aprender que la economía siempre está subordinada a la política y que los gobernantes suelen tener objetivos de corto plazo, que los llevan a políticas que a la larga resultan costosas para la economía. Siguiendo el razonamiento, argumentó que para saber qué va a pasar con la economía de país, primero hay tener en claro cuáles son los objetivos políticos que se plantea la presidenta.

En una conferencia brindada en Posadas, el referente del equipo económico del Frente UNEN consideró que, tras haber fracasado en su intento por resolver el litigio con los fondos buitre, el gobierno se plantea ahora llegar a diciembre de 2015 sin descontento social, pero con la menor cantidad de recursos posible para obligar al próximo gobernante a asumir el costo político de un eventual ajuste. “El objetivo es entregar el gobierno a la derecha, porque si ganaran Scioli o Massa perdería el manejo del PJ y sería el final de su carrera política, pero si ganara Macri ella seguiría instalada como la principal figura del aparato del PJ. Apuesta a replicar lo que pasó en Chile con Bachelet, que entregó el poder a Piñera y luego lo recuperó. Quiere que venga la derecha, haga un ajuste del gasto, elimine subsidios y se le arme un zafarrancho social y político que le lleva a perder en 2017. Ella piensa en volver en 2019”, arriesgó.

En materia económica, pronosticó que el año que viene “se parecerá bastante a este, con un deterioro contenido, una inflación en torno al 32 por ciento, frenada por la recesión”. Recomendó a los empresarios, reducir las inversiones a aquello que sea considerado estratégico y adelantó que será un buen año para comprar porciones de mercado. “Va a ser un buen momento para comprarle al competidor. Para comprar un loca por ejemplo, va a salir más barato que dentro de un año. Pero no para gastar en lujos, no cambiar la camioneta. Los grandes saltos se dan en años de recesión, porque es cuando crecer en más barato”, señaló quien además de economista es productor ganadero.

Advirtió empero que en los próximos 90 días habrá riesgo de conflictos políticos y sindicales. “Hay gente que apuesta a ganar políticamente algo con eso”, disparó.

Peor el remedio que la enfermedad

Opinó que los problemas que presenta la economía nacional surgen de las políticas de expandir el gasto público e incentivar el consumo al mismo tiempo que se adoptaban medidas que desalentaban la producción y la inversión. Recordó que en 2003 la Nación tenía un gasto público del 16 por ciento de su PIB y llegó a 35 por ciento en 2014. “Si duplicás el gasto público algo pasa. Muchos nos beneficiamos con este boom de consumo, pero las fiestas hay que pagarlas, cuando uno solo estimula el consumo y no la inversión, ni la producción, ni la exportación, tenemos los desastres que estamos viviendo”, señaló.

Explicó que hubo un crecimiento en la demanda de productos, de la mano del alza del gasto público, que no fue acompañado por un aumento de similar proporción en la oferta, lo que generó inflación. Fue muy crítico al analizar las medidas adoptadas por el gobierno para contener la inflación, al punto de considerar que lo peor no fue la inflación en sí, sino las consecuencias que generaron las políticas adoptadas para contenerla.

Recordó que una de las primeras medidas adoptadas en ese sentido fue la aplicación de trabas a las exportaciones de carne, que se aplican desde 2005 ante una escalada de precios que se produjo en ese año. Indicó que la medida tuvo un resultado positivo en el corto plazo, porque los precios dejaron de subir, pero tuvo un impacto nefasto en el mediano plazo, porque ante las dificultades para exportar, más de 17 mil productores dejaron la actividad, se perdieron millones de cabezas de ganado y los precios volvieron a subir.

“Luego se aplicaron retenciones móviles a las exportaciones de lácteos, también en búsqueda de frenar la inflación. En enero de 2007 se produjo la intervención del Indec, directamente para mentir, eso nos sacó de los mercados internacionales. El cuento del desendeudamiento fue la consecuencia de que el mundo nos dejó de prestar plata porque nadie va a invertir en un país cuyos números no se conocen. Se sumaron trabas en la exportación de cereales, se aplicó la política que se llamó ‘mesa de los argentinos’, mediante la cual se castiga a quienes producen alimentos básicos, eso terminó generando una escasez y tuvimos el pan más caro del mundo y la carne más cara de la región, eso fue un fracaso espectacular”, enumeró.

Acusó al gobierno actual de cometer el disparate de hacer un “culto al desendeudamiento”. Indicó que Argentina mantiene hoy una deuda de 10 por ciento de su PBI, número al que consideró como “ridículamente bajo” y destacó que con un nivel de 35 por ciento, similar al de países como Chile o Perú y muy por debajo de Brasil, Argentina no sufriría por escasez de dólares y no tendría necesidad de limitar importaciones ni aplicar un cepo a la compra de divisas.

Panorama optimista

A pesar del análisis negativo en relación al curso actual de la economía, González Fraga fue optimista en un análisis a mediano plazo. Resaltó que hay dos datos que resultan muy positivos, el primero es que el bajo nivel de endeudamiento permitirá al próximo gobierno superar la transición sin sobresaltos, porque tendrá margen para tomar deuda. El segundo dato positivo según el economista de UNEN, tiene que ver con una coincidencia por parte de los equipos económicos de todas las fuerzas políticas, en cuanto a rechazar las recetas de la derecha ortodoxa.

“Ideas como la convertibilidad, un tipo de cambio fijo, corsés monetarios o un Banco Central totalmente independiente, cosas que fueron nefastas en los últimos 40 años, hoy están fuera de espectro. Nadie piensa en eso”, afirmó.

Destacó además que “todos los economistas que integramos equipos de Scioli, Massa, Macri y UNEN, estamos 90 por ciento de acuerdo, tratamos de parecer que no lo estamos por un tema de marketing, pero la realidad es que coincidimos en muchos aspectos como reducir impuestos y retenciones, eliminar las trabas al comercio interno y externo, reinsertarnos en el mundo financiero y comercial, reinsertarnos en el Mercosur y arreglar de alguna manera con los fondos buitre”.

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