Jorge Armando Piñero da Silva es hábil a pesar de su 1,88 metro. Será la apuesta de «Chaucha» Bianco mañana cuando enfrente a las 17.30 a Nueva Chicago, para ocupar la posición de centrodelantero. «Lo que nos falta es alguien que la meta», repite Bianco desde hace varias fechas en las que, en lo futbolístico, Guaraní parece merecer algo más de lo que obtiene.
Piñero da Silva, 27 años, misionero -oriundo de Candelaria- sabe que mañana Guaraní se juega una de sus últimas chances de estar «a tiro» del quinto puesto, que también viene con el premio del ascenso a la Primera División. ¿Podrá el «grandote» aprovechar la oportunidad?
En la tercera fecha, Guaraní empataba 0 a 0 con Aldosivi y en el segundo tiempo «Chaucha» mandó a Piñero a la cancha en el segundo tiempo. A los pocos minutos tuvo un mano a mano ante Pablo Campodónico, el arquero del «Tiburón», Piñero miró al arquero, abrió el pie zurdo y su remate se fue por poco. No definió mal, pero la suerte no lo acompañó. «Creo que en el último instante, por mirar al arquero, le saqué un segundo la vista a la pelota y cuando le pegué se me levantó un poco», recuerda Piñero en diálogo con MOL tras un entrenamiento a mitad de esta semana, en el césped de Villa Sarita. «También escuché los abucheos y las puteadas, es una lástima, porque podría haber cambiado la historia del partido y me hubiera servido para presentarme», dijo.
Poco después, Piñero se lesionó y recién pudo volver en la mini-gira que Guaraní hizo por Córdoba y Jujuy. Ante Instituto, Piñero metió un golazo de volea, tras centro de Narese. Y en la «Tacita de Plata», el «grandote» que además sabe jugar bien, le dio una asistencia a Elian Kopp, para el empate transitorio.
Así llega Piñero a este partido decisivo de mañana, donde se definirá buena parte de la suerte de la Franja y también del propio jugador en este torneo de transición. ¿Pero quien es Piñero da Silva?
El oriundo de Candelaria nació hace 27 años en la antigua capital de Misiones. «Mis padres, tíos, abuelos, viven allí», cuenta. Jugó en Candelaria y en la filial de Argentinos, que funcionaba en esa localidad. Pero todavía adolescente se fue al club Mac Allister, de La Pampa. Allí lo vio un coordinador de la CAI (Comisión de Actividades Infantiles) de Comodoro Rivadavia y se lo llevó al club patagónico, en un entorno tan distinto a la húmeda y calurosa Misiones. «Jugué en la liga local y al poco tiempo me pasaron al plantel de Naiconal B y allí me convertí en un jugador profesional», cuenta.
Piñero da Silva jugó casi cuatro temporadas en la CAI, luego se fue a Godoy Cruz de Mendoza, que le compró el pase. «Llegué a jugar cinco partidos en primera, no convertí, todos entrando en el segundo tiempo», relata. El «Tomba» lo cedió a préstamo a Aldosivi. Su vida tiene varias casualidades con La Feliz. su esposa es de allí, pero la conoció en Comodoro Rivadavia, cuando jugaba en la CAI.
El destino quizo que jugara luego en Aldosivi, el principal club de Mar del Plata,que años después lo iba a marcar en esa jugada fallida en su primer partido en Villa Sarita. Tras pasar por Aldosivi, volvió a Godoy Cruz que lo volvió a ceder a préstamo a Patronato de Paraná. Ahora recaló en Posadas, con el pase en su poder y un contrato a préstamo por 18 meses, como el resto de los jugadores que se sumaron al plantel franjeado.
-¿Venías por Misiones todos estos años que estuviste en otras provincias?
-Yo venía siempre, una o dos veces por año, por ahí me quedaba en Mar del Plata porque tengo mi señora que es de allá y más que nada, quería jugar acá. Tomamos la decisión de venir acá y pelearla con un grande como es Guaraní, para estar en los primeros planos.
-En lo personal, te fue bien en los últimos dos partidos, un gol, una asistencia…
-Por suerte tuve la oportunidad, por ahí Chaucha me está dando mas la confianza y (quiero) tratar de retribuirlo en la cancha, me siento bien de la lesión. Vengo arrastrando una desde la pretemporada, después me desgarré el aductor, como soy grande me cuesta más ponerme bien, pero ahora a tratar de seguir por esta senda, servirle a él ahí arriba, y ganar los tres puntos que necesitamos.
-¿Te ganaste la titularidad?
-Sí, por suerte me está dando la chance en los entrenamientos y bueno, tratar de no desaprovechar eso, y ya que me da la camiseta, no largarla y tratar de hacer lo que me pide, estar en el área y tratar de hacer lo mío para que nos vaya bien, al equipo y a mí.
-¿Sos nueve-nueve o jugás en otra posición, adelante?
-Soy un nueve grandote y por ahí me tiro un poco atrás, lo hice mucho en la CAI que jugaba mucho por abajo, uno ahí aprende a trabajar en espacios reducidos, a mi me gusta mucho tener la pelota. Yo veo que por ahí el central me sigue y ahí queda un hueco para la diagnoal de elian o el pollo tenemos que aprovechar eso, es importante que tengamos esas opciones para poder lastimar al rival.
-¿Te acordás de esa jugada acá, contra Aldosivi…?
Sí…
-Tuviste un mano a mano, tomaste la decisión correcta, pero la pelota no entró…
-La verdad fue una jugada que me marcó bastante por como se dio el partido, era mi debut en el estadio, la gente no me conoce y fue justo la jugada esa que ahí empezó el abucheo y las puteadas, que uno lo siente, y fue así. Por ahí pierdo de vista la pelota cuando miro al arquero, le quise pegar al primer palo fuerte. Por ahí la decisión correcta es decir, cruzala, lo que más le duele al arquero. Por ahí uno se queda pensando, hubiera sido muy lindo, entrar, y hacer un gol y que la gente te vaya conociendo, ahora hay que revertir todo eso.
