Luego de diez meses pudo regresar a su casa, Facundo (20) acompañado de sus padres Elsa Datske y Mario Kurtz quienes estuvieron presentes desde el primer día junto a su hijo, oficiando de contenedores y amigos.
A Facu, le detectaron leucemia el 12 de diciembre pasado, dos días después en el hospital Italiano de Buenos Aires ya comenzó con las primeras sesiones de quimioterapia y a la espera de conseguir un donante de médula ósea que pueda ayudarlo a salvar su vida.
Ese gran día llegó el 16 de junio, cuando se conoció la noticia de que en Europa existía una persona con el 100% de compatibilidad, lo que alimentó las expectativas de toda su familia. Desde ese día comenzaron a preparar el cuerpo de Facu para la intervención, que se realizó el 23 de ese mismo mes con total éxito.
Luego del trasplante el aspirante a bombero voluntario debió permanecer dos meses internado para una mejor recuperación porque su cuerpo acumula quimioterapias y otros medicamentos que dejan sus defensas muy bajas. También debió luchar contra dos virus intra hospitalarios que complicaron su estado de salud, pero con voluntad, esfuerzo y fe pudo salir adelante.
Hace un mes comenzó con salidas ambulatorias, realizando dos visitas semanales al hospital para realizarse controles. Entre las complicaciones por causa de las fuertes medicaciones, padece de inconvenientes renales.
El pasado 21 de septiembre, Mario sufrió un infarto y debieron colocarle un estén, “toda esta presión que pasamos explotó en mi corazón, pero por suerte estoy bien”, manifestó el papá de Facu.
Un grupo de amigos, familiares y bomberos voluntarios esperaron a Facundo frente al ingreso de Guaraní, donde lo recibieron y luego realizaron una caravana de bienvenida hasta su casa. Al pisar en tierra misionera, Facu expresó “emociona ver a toda esta gente, que sin ellos capaz que yo no iba a estar acá. Cuando tenía la posibilidad leía los diarios y veía las cosas que hacían para que yo esté bien. Hay que tener fe para poder superar esto”.
Entre las cosas que más extrañó dijo que “el aire es diferente, hay menos humo que en Buenos Aires, además es muy ruidoso, vivíamos a dos cuadras del hospital y todo el tiempo escuchábamos las sirenas. Acá se escucha el sonido de los pájaros y la naturaleza”.
Facundo estará en su casa por al menos un mes, con muchos cuidados en su alimentación y relación con las personas. Además deberá realizarse análisis sanguíneos todas las semanas. Pero no hay nada más lindo que estar en casa, así lo piensa toda su familia.
