Si bien en Misiones desde el año 2007 cuenta con la ley que previene y dictamina la atención médica para las personas con obesidad y sobrepeso, aun no está reglamentada. Grupos de autoayuda, profesionales médicos y nutricionistas plantearon sus trabajos y posiciones respecto a la problemática.
“Obesidad, al pandemia del Tercer Milenio” fue el nombre de la disertación del médico José Marelli y la licenciada en nutrición Andrea Vinzeler. La iniciativa que se desarrolló con el apoyo del diputado Ramón Velásquez en la misión de comenzar a trabajar fuertemente en la concientización sobre la problemática.
Por su parte Carlos Moroz del grupo Obesidad Misiones recordó que si bien en distintas instancias se trabaja con las personas que padecen de este flagelo la necesidad hoy es reglamentar la ley para poder brindar la asistencia médica necesaria en todos los rincones de la provincia. Así recordó que combatir la obesidad no es un tratamiento corto ni simple, requiere de una preparación previa, en muchos casos intervenciones quirúrgicas y el posterior seguimiento. La no reglamentación de la ley es una traba real a la hora de las coberturas a lo largo del tratamiento ya que si bien se logran excepciones, no es lo correcto.
De su lado el doctor Marelli planteó el peligro de las dietas mágicas que pululan por estos días en vísperas del verano donde los cuerpos están más expuestos. El peligro significa que en la vida moderna una madre cambie la leche y los cereales por “chizitos y gaseosas”. Habló de la voluntad y de la necesidad de cambiar la forma de pensar respecto a la comida, los hábitos y la cultura que liga a los alimentos tanto a situaciones festivas como a otras no tanto. “Desde un tiempo a esta parte la industria de los alimentos los ha modificado de manera tal de que entre el 60 y el 70 por ciento de lo que consumimos es grasas y azúcares”. Habló de la necesidad de dialogar sobre el tema en todos los ámbitos e incluso del trabajo que hacen con la comida regional, buscando que sea más sana pero conservando el sabor. Las bases de este camino están sentadas en una reeducación alimentaria que no solamente servirá para prevenir enfermedades sino también para mejorar la calidad de vida de las personas.
