Educación profundizará el control por ausentismo y descontará días no trabajados

El Consejo General de Educación y el ministerio de Educación dieron a conocer un memorándum por el cual solicita al personal directivo de cada establecimiento (director, vicedirector o docente a cargo de la dirección) de todos los niveles educativos y modalidades, remitir en forma semanal -en su último día hábil- las planillas con las novedades, en la cual consignarán a los docentes que no hayan prestado real y efectivo servicio educativo con motivo de su adhesión a paros docentes y con detalle de obligaciones no cumplidas en el caso de docentes remunerados por horas cátedras.
Los directivos de Nivel Inicial, Primaria y Primaria Adultos, deberán presentar los informes vía Secretaría Escolar Departamental. Mientras que los establecimientos de Nivel Secundario y Técnicas, por Supervisión Escolar y los directivos de instituciones de Nivel Terciario, deberán remitir las planillas a la Dirección de Educación Superior.
Cada supervisor deberá verificar que los directores de los establecimientos educativos cumplan con los informes o deberán ellos producir un informe, sin perjuicio del que pudiera realizar cada directivo.
La no presentación de la documentación requerida será pasible de las sanciones de acuerdo a las reglamentaciones vigentes.
El objetivo es evitar la ausencia sistemática de docentes que amparados en supuestos reclamos sindicales, deciden no asistir a las aulas a brindar clases, lo que fue motivo en los últimos días, de quejas de padres y de los mismos gremios reconocidos en la Mesa de Diálogo educativa.
El ministro de Educación, Luis Jacobo, explicó que están ajustando los mecanismos de control dada la preocupación planteada en reuniones de la denominada mesa de diálogo por los días de clases que se pierden.
“En estos tiempos aparecen con mucha ligereza cualquier grupo sin siquiera tener legitimidad gremial y convocan a un paro. A veces sin especificar los motivos, que son tan numerosos que no sabemos cuál de ellos tiene que ver con lo educativo. Y hay un grupo de algunos docentes que no van a la escuela y la sensación que tenemos es que no quieren trabajar. Estamos haciendo una lista de comprobación para ver a dónde se repiten las ausencias. Y lo peor es que este grupo levanta la bandera de la educación pública y pide a los demás docentes que no vayan a la escuela. Apreciamos que hay un daño concreto contra los alumnos porque se los perjudica al no haber clases”.
Jacobo señaló que a partir de ahora saldrán a controlar con mayor rigor el ausentismo docente y que serán descontados los días no trabajados. Incluso se verá qué habilita el estatuto docente para con aquellos educadores que no cumplen con su tarea.
Asimismo, indicó que la otra preocupación es que están apareciendo – fueron hasta ahora dos o tres casos – “mecanismos ilegales” para llevar adelante una protesta como la toma de una escuela. “Para nosotros significa vulnerar el derecho de los chicos a recibir clases, pero además en las escuelas están las personas y hay bienes que están bajo tutela del Estado, son espacios públicos”, dijo y agregó que utilizarán todos los mecanismos que la justicia les ofrezca para resolver estas situaciones de quienes están al frente de una protesta.
“El otro día lo decía en chiste pero es así, aumenta la chipa y no dan clases, hay mucha cola en el puente y no dan clases. ¿Qué tiene que ver la escuela, si no es un tema que afecta a los chicos, o no está el riesgo el servicio educativo? Lo que hacen es evitar que el servicio educativo se preste”.

Dentro y fuera

Jacobo reiteró su preocupación por los datos que indican que el 50 por ciento de los chicos abandona la escuela secundaria.
Coincidió en que pese a las decisiones y cambios que se han efectivizado en los últimos años para ayudarlos a permanecer dentro del sistema o bien que les resulte atractivo formar parte de él, como tutorías o el hecho de que puedan llevarse una previa más, “es una realidad que se da en todo el país”.
Sobre las razones de por qué los chicos abandonan la secundaria más en los primeros años, entendió que hay factores diversos, pero fue tajante al afirmar que muchos están dentro de la propia escuela.
“Estamos seguros de que no podemos cargar todo sobre las externalidades de la escuela, sería muy fácil decir eso, y como docentes debemos atender las situaciones que la escuela pueda estar generando. Estamos en un proceso de cambios profundos, trabajando mucho pero esta es la situación por la que atravesamos. Se hizo mucho pero no a niveles que consideramos adecuados. Hay ejemplos de escuelas que tienen buen nivel de terminalidad, nada tiene que ver con la condición social de los chicos, sino con la tarea de esa escuela, y esos son los ejemplos a seguir”.

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