La hinchada, «Chaucha» y Nazer, todos tuvieron presente a Roberto Enríquez, que ayer optó por no ir

Roberto Enríquez, el todavía gerenciador de Guaraní A. Franco hasta diciembre no fue ayer a la cancha. No se lo vio en el costado de la platea de la visera, desde donde suele ver los partidos. Pero igual estuvo presente. Había una gran expectativa ayer para ver, primero, qué decía la hinchada de Guaraní. Sobre todo la popular, que una semana antes había criticado con banderas la idea del gerenciador de construir, más adelante, un estadio pensando en un Guaraní de Primera División.

Pero aquellos insultos de los hinchas fueron «la gota que rebalsó» el vaso, para un gerenciador que ya venía cansado luego de 6 años de gerenciar el club de Villa Sarita. Que no gana dinero con la ardua tarea (al contrario, dijo que Guaraní genera déficit, aunque ahora menos que durante el Argentino A) y además le quita mucho tiempo a su familia y a sus empresas. En la semana, Juan Nazer, a cargo de Guaraní, avisó que «tenemos 3 meses para tratar de convencerlo», ratificando el trabajo de Enríquez y preocupado, como toda la Comisión Directiva, porque la tarea del empresario es vital para recaudar el presupuesto de entre $1,5 y $2 millones al mes que insume participar en el Nacional B.

Pues bien, ayer comenzó el operativo «disuasión». Por empezar, el equipo ganó un partido, el primero desde su regreso a la divisional tras décadas de ostracismo futbolístico. Además, no fue cualquier partido, fue una victoria milagrosa. De esas especiales, que dejan un mensaje.

Al término del cotejo, con los tres puntos en el bolsillo, Chaucha recordó a Enríquez al toque, con afecto y reconocimiento, en sus primeras declaraciones, en medio de la alegría.

«Ojalá que Roberto se haya puesto contento con este triunfo, que haya aplacado su ánimo y sepa que nosotros vamos a responder», dijo Chaucha, quien al rato se abrazó largamente con Juan Nazer al costado de la cancha. Fue un abrazo de alivio, la victoria, si bien no cambia nada en lo deportivo, significa mucho porque revierte una semana que empezó complicada y auguraba el comienzo de una etapa oscura y llena de dudas para el club.

«Vamos a tratar de que Roberto se quede, es nuestra primera intención», dijo Nazer visiblemente contento tras la victoria, ratificando lo que había anunciado en la semana.

bianco y nazer
Chaucha y Nazer se mostraron unidos, se fundieron en un largo abrazo y tuvieron palabras de reconocimiento para Enriquez. ¿Lograrán convencerlo de que se quede?

En cuanto a los hinchas, no hubo banderas atacando aquella idea, que apenas fue un esbozo «primitivo» de algo que ni siquiera era un proyecto. No se trató nunca de un plan urdido de espaldas a los socios e hinchas, sino solo una idea que ni siquiera se había tratado en Comisión Directiva. Esto ya fue un gesto, como reconociendo el trabajo de la Gerenciadora. La principal bandera rezaba: «somo Misiones», un mensaje de unidad.

Porque otras hinchadas hubieran colgado nuevamente la bandera de la polémica, que decía: «El Clemente no se negocia». Lo harían desafiando a los que conducen el club, como diciendo: «nos cargamos al que quería trasladar al estadio».

Pero esta vez fue distinto. Como si los hinchas, a pesar de la pasión, reconocieran que estar en el Nacional B es una empresa costosa y Guaraní necesita de todos los que han aportado con su esfuerzo desde distintos lugares. Como el aporte de Roberto Enriquez, y su rol fundamental para cuidar las finanzas del club, en un fútbol argentino signado por las instituciones hipotecadas o quebradas.

Como dice «Chaucha Bianco», y ayer se vio en el Clemente Argentino: «Tenemos que estar más unidos que nunca». La hinchada, los socios, el equipo, el cuerpo técnico, los dirigentes… y el gerenciador, claro. Que ayer no estuvo, pero estuvo.

 

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