EEUU y las naciones aliadas atacan por segundo día consecutivo al EI y a la filial de Al Qaeda en Siria

La operación de aniquilamiento en territorio sirio de la organización yihadista Estado Islámico y la filial de Al Qaeda conocida como Khorasan, y con anuencia de Damasco, causaron al menos 58 bajas entre los extremistas.

Paralelamente, el gobierno de Irak reveló que el EI mató con gas de cloro a unos 300 militares iraquíes que se encontraban acorralados y sin munición cerca de su base en la provincia de Anbar, según informó la agencia oficial de noticias Nina.

Frente a esta nueva realidad, el Ministerio de Asuntos Exteriores sirio confirmó hoy que Estados Unidos le informó del comienzo de la ofensiva en la provincias sirias de Al Raqqa y de Deir al Zur.

«La parte estadounidense informó al enviado permanente de Siria ante la ONU (Bashar al Yafari) que iba a golpear al EI en Al Raqqa», informó la Cancillería siria en un comunicado publicado por la agencia de noticias oficial Sana.

«EEUU lanzó ocho ataques contra el grupo Khorasan al oeste de Alepo en campos de entrenamiento, almacenes de explosivos e instalaciones de control y comunicaciones», explicó el Mando Central estadounidense en un comunicado.

Esta operación fue exclusiva de las fuerzas de Estados Unidos, mientras que que en los ataques aéreos contra el EI participaron también las «naciones aliadas» de Bahrein, Jordania, Qatar, Arabia Saudita y Emiratos Arabes, según confirmó el Pentágono en el comunicado publicado por la agencia de noticias EFE.

Se considera que el grupo Khorasan pertenece al Frente al Nusra, la mayor filial de Al Qaeda en Siria, y que combatió tanto contra el gobierno de Bashar al Assad como contra el EI por territorio en el norte del país.

Este grupo no era en principio objetivo de la ofensiva que lidera Estados Unidos para frenar al EI y que ayer pasó a una nueva fase con el inicio de los bombardeos en Siria.

«Fuerzas de EEUU y de naciones aliadas comenzaron los ataques contra el EI en Siria usando una combinación de cazas, bombarderos y misiles Tomahawk», anunció en un comunicado el portavoz del Departamento de Defensa, el contralmirante John Kirby.

Con el inicio de los ataques en Siria ya están en marcha todas las operaciones de la ofensiva contra el EI anunciadas por Obama en un solemne discurso a la Nación el pasado 10 de septiembre.

«Los ataques (contra el Estado Islámico) dañaron múltiples objetivos de los yihadistas en las proximidades de Al Raqa (bastión principal del EI), Deir al Zur, Al Hasaka y Albu Kamal», indicó el Mando Central estadounidense en su nota.

Obama se había resistido hasta ahora a atacar en Siria, donde hace un año se negó a intervenir contra Al Assad por el uso de armas químicas.

Por su parte, las Fuerzas Armadas jordanas confirmaron que lanzaron esta madrugada ataques aéreos contra posiciones de grupos extremistas, lo que confirma su participación en los bombardeos en Siria de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

En un comunicado difundido por la agencia oficial Petra, una fuente de la Jefatura General del Ejército explicó que la aviación jordana destruyó «varios objetivos» de los extremistas.

Sin citar directamente a Siria, la nota subrayó que los bombardeos tuvieron como blanco «posiciones de grupos terroristas que son usados como plataformas para lanzar operaciones contra territorio jordano».

Paralelamente, el vicepresidente iraquí, Usama Nuyaifi, se refirió al asesinato de 300 militares a manos del EI y con el uso de gas cloro y lo calificó como un «crimen atroz perpetrado por terroristas» en las regiones de Saqlawiyah y Alsger, en Anbar.

«Los medios informan de otro terrible crimen cometido por los terroristas del Estado Islámico, donde acorralaron a una unidad militar que hacía su trabajo defendiendo al país y los ejecutaron tras quedarse sin munición», explicó Nuyaifi en un comunicado.

En los últimos meses, el avance del EI, grupo fortalecido en la guerra civil siria y la brutalidad de sus acciones, como las decapitaciones de occidentales televisadas, obligaron al mandatario a lanzar una nueva operación militar en Medio Oriente tras una década de guerras en Irak y Afganistán heredadas del ex presidente George W. Bush.

Obama insiste en que esta operación será diferente de esas guerras porque en ningún caso implicará el despliegue de tropas de Estados Unidos sobre el terreno, pero se enfrenta al escepticismo de quienes creen, incluso dentro del Pentágono, que es imposible vencer al EI sin combates en tierra.

El día 15 Estados Unidos lanzó el primer ataque contra el EI cerca de Bagdad en el marco de la ampliación de su ofensiva en Irak con el envío de 475 militares más, una cifra que completa un total de más de 1.600 desde el inicio de los ataques aéreos en ese país el pasado 8 de agosto.

Hasta entonces, la ofensiva estadounidense contra el EI en Irak se había limitado a posiciones de los yihadistas en el norte del país para proteger a su personal o por razones humanitarias.

Tres días después, el Congreso estadounidense autorizó el armamento de los rebeldes sirios que luchan contra el Estado Islámico, un «elemento clave» para Obama en su estrategia para frenar al grupo yihadista.

Asimismo, Washington continúa construyendo una coalición lo más amplia posible de países para vencer a los yihadistas, porque una de las líneas rojas de Obama es que Estados Unidos, a diferencia de lo ocurrido en los años de Bush, no actúe en soledad.

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