La mentira verde llegó a Misiones

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Escribe Matías Pandolfi (Doctor en Ciencias Biológicas) [email protected]

En una campaña presidencial sumamente adelantada, el Ingeniero Mauricio Macri ha visitado la ciudad misionera de Posadas. Es válido, por supuesto, que cualquier candidato a presidente haga su campaña a lo largo y a lo ancho del país. Lo que no es válido es que quién gestiona la Ciudad Autónoma de Buenos Aires descuidando sus espacios verdes y amenazando con recortes en Ciencia y Tecnología se declare públicamente como “un fanático de lo verde” y hable de supuestas políticas públicas “ecológicas.” Como biólogo siempre he visto críticamente y con preocupación la gestión de los espacios verdes urbanos y el cuidado de los recursos naturales en los distintos puntos del país. A lo largo de los años he aprendido que el capitalismo salvaje y el ambientalismo fanático no son compatibles con el desarrollo sustentable en los países de nuestra región. Frente a estas declaraciones “ecológicas” sorpresivas me parece oportuno recordar cómo, a mi entender, el PRO gestiona los espacios verdes de la CABA. Es importante antes resaltar que la provincia de Misiones cuenta con una cuantiosa diversidad biológica que la hace única y, a su vez, sumamente codiciada por los depredadores de la construcción que se esconden detrás de algunos políticos. Cuando en la CABA se realizó la obra del Metrobus en la Avenida 9 de Julio, según el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, era necesaria la eliminación de 28 árboles que estarían en malas condiciones fitosanitarias y el trasplante de otros 277 ejemplares. Inmediatamente los expertos advirtieron que la forma y modalidad del trasplante llevaría a una mortalidad de más de la mitad de los ejemplares en menos de dos años, pero fueron desoídos. El gobierno porteño admitió recientemente el déficit de espacios verdes en Buenos Aires (una de las ciudades de Latinoamérica con menos espacios verdes/habitante) y lanzó un proyecto para hacerle frente a este problema siete años después de haber asumido la gestión y responsabilizando casi exclusivamente al cambio climático de esta situación. Paradójicamente, inmediatamente después de estos anuncios, el Gobierno de la Ciudad presentó dos proyectos de ley que pretendían quitarle 7,5 hectáreas a la Reserva Ecológica Costanera Sur, uno de los principales pulmones de la ciudad, para convertirlas en un depósito de vehículos livianos y pesados y también un basural. Además de esto, la Legislatura Porteña sancionó este año una ley que promueve la construcción de bares en los espacios verdes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. No se ha tenido en cuenta que cuando construyen bares en un espacio verde, el mismo comienza a parecerse cada vez menos a un espacio natural, y por lo tanto, las malas costumbres urbanas y la contaminación del mismo se incrementan. Veo con gran preocupación que este “ecologismo PRO” que transforma espacios verdes en gris cemento y que los porteños conocemos desde 2007 se extienda también a Misiones poniendo en peligro al Parque Nacional Iguazú, al Parque Provincial Moconá, a la Reserva Natural San Antonio o incluso a los espacios verdes de cada una de las ciudades y pueblos misioneros que tuve el gusto de conocer.

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