“La clave es una mejor distribución territorial del turista”

Las Cataratas del Iguazú son la perla de Misiones”, define Sergio Dobrusin, flamante ministro de Turismo de la Provincia. Pero más allá del atractivo central coronado como una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo, pretende imprimir un nuevo concepto desde la gestión. “La clave es que el turista termine en Iguazú y fortalecer la distribución territorial”, anticipa como uno de los ejes de lo que será su tarea al frente de la cartera.

Dobrusin acumuló años de experiencia vinculada al sector. Ingresó a la gestión pública en Misiones como el encargado de revitalizar lo que por entonces se conocía como las Ruinas de San Ignacio hace más de 20 años. Dejaron de ser ruinas para ser las Misiones Jesuíticas, uno de los atractivos centrales de la provincia.

Su primer antecedente es haber sido la contraparte de la Provincia a través de Gestión Estratégica en el plan estratégico de turismo en 2000. Desde ese organismo desarrolló el trabajo de creación de nuevos destinos, como Santa Ana o El Soberbio, donde nacieron varios lodges asociados a la selva y el río Uruguay.

A sus 52 años asume el desafío de potenciar todo lo aprehendido con una visión general a la que pretende involucrar como actores centrales a los empresarios privados que manejan el pulso turístico día a día.

El turismo en Misiones es un negocio que factura 2.250 millones de pesos al año. El objetivo es que esa facturación crezca, pero mejor distribuida en los distintos puntos turísticos.

«Debemos garantizar que funcione el equipo público-privado», señala Dobrusin, quien alimenta la idea de crear una Agencia Turística de Misiones, que esté conformada por funcionarios y con empresarios, muchos de los cuáles comienzan a incursionar en una actividad que hasta hace no muchos años estaba en manos de cuatro o cinco nombres conocidos.

«El turismo está asociado al viaje, al placer, a una fantasía, pero en realidad, es una industria y como tal hay que trabajarla. Por eso es necesario sentarse con el sector privado y definir acciones», sostiene el ministro. Una de sus ideas es fortalecer los cuadros medios de la actividad empresaria, para lograr fusionar la incorporación de nuevas miradas a la realidad de un negocio que es global. «Debemos sumar y compartir decisiones y espacios», argumenta.

Como ejes de la distribución turística, Dobrusin plantea a Oberá y zona centro, El Soberbio, San Ignacio, Eldorado-Montecarlo, Iguazú y Posadas. «Debemos llegar a todos para que el turismo sirva como sustento de la economía local», explica.

Otro de los objetivos de su gestión será que «el misionero adquiera una conciencia turística, que se apropie de la actividad», para lo cuál entiende que hay que trabajar fundamentalmente con Educación y otras áreas del Estado.

En una escala menor, también pretende interactuar con los propietarios de servicios de ecoturismo y turismo rural.

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Como una de las falencias del sector, el funcionario admite la falta de recursos para la distribución interna del turismo. Es decir, no hay un servicio de transporte regular turístico desde los centros urbanos. «Hay que fomentar los paquetes para el misionero, con una red de traslado acorde y precios especiales, que ya hay en algunos hoteles, pero fundamentalmente asociados a organismos o agencias y no al público particular», indica.

Números de calidad

Misiones recibe 1,5 millones de turistas al año es un concepto repetido en medios de comunicación y por los propios empresarios de la actividad. En realidad, esos números quedan cortos, porque se refieren exclusivamente al ingreso al área Cataratas. Se estima que por lo menos 500 mil más realizan turismo sin pasar por Cataratas, visitando esa ciudad o alguno de los otros atractivos misioneros.

«A septiembre, tenemos una baja del tres por ciento en la cantidad de visitas a Cataratas en relación con el año pasado. ¿Eso es malo? No. En realidad, la facturación creció, porque aumentó la cantidad de visitantes regionales, de Brasil, Paraguay o internacionales, que gastan más dinero y tienen un nivel de consumo superior. Por eso debemos apostar a la regionalización de la promoción y al exterior, porque el que hace un viaje de lejos, no se queda una sola noche, como puede pasar con el argentino o el misionero», analiza Dobrusin.

En ese contexto, sostiene que «no hay que analizar sólo los números fríos, sino la calidad del gasto turístico». De todos modos, admite como una falencia la escasez de datos oficiales sobre la actividad en las distintas ciudades y la discriminación por origen. Por eso, se fortalecerá el rol del Observatorio Turístico, ya conformado, pero con escasa presencia hasta ahora.

«El número de turistas está bien para Misiones, por la cantidad de servicios que ofrece. Pero está mal distribuido, porque hay una macrocefalia en Iguazú, lo que es un problema incluso para el alojamiento en feriados largos, vacaciones de julio o Semana Santa. La clave es terminar en Iguazú y en eso vamos a poner énfasis», explica.

«Iguazú es la perla, pero debemos fortalecer la distribución territorial», insiste.

Una de las claves pasa por el transporte y por eso considera vital el aumento del número de vuelos federales, como el que se sumó entre Rosario y Córdoba con dos frecuencias semanales y el tercer vuelo diario que tiene Posadas desde el 1 de este mes.TAPA vuelo iguazu

En relación con la «toma de conciencia» del misionero, también habrá que trabajar en fortalecer el rol de actores clave como los responsables de estaciones de servicio, mozos, taxistas, con capacitación e idiomas. En cuanto a la gestión, se sumarán personas calificadas en turismo y con conocimiento de idiomas.

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