Rescatan a tres nenas a las que obligaban a adorar a San La Muerte

Son dos hermanas de 7 y 8 años y una prima de ambas, de 15. El caso conmociona a Garuhapé. La mujer las castigaba brutalmente. Incluso a una de las pequeñas le llegó a clavar una aguja en la lengua. El caso es dramático por donde se lo mire. Mezcla maltrato con creencias paganas y las facultades mentales alteradas de una mujer que sin dudas necesitará un tratamiento.

Dos niñas y una adolescente fueron rescatadas del martirio al que las sometía su abuela materna. Aparte de golpearlas salvajemente, las obligaba a profesar devoción por San La Muerte.

La historia conmueve a Garuhapé, donde residían las pequeñas y la adolescente, quienes ya fueron rescatadas y ahora son asistidas en un hogar de Puerto Rico.
Las dos nenas tienen 7 y 8 años, respectivamente. Son hermanitas a las que la madre dejó al cuidado de la abuela. La chica de 15 es prima de las pequeñas.
Ellas, al igual que un nene de menos de dos años, vivían al cuidado de la abuela, a quien en la zona donde reside la conocen como la devota del esqueleto con la guadaña.
En las últimas semanas, dejó de ser solo pintoresca por su creencia y comenzó a preocupar la manera en la que trataba a las nenas.
Hace unos días, las hermanitas contaron en la escuela a la que asisten el drama que estaban viviendo. Entonces la directora tomó la valiente decisión de hacer la denuncia. La Unidad Regional IV de la Policía dispuso que ambas pequeñas fueran asistidas por una psicóloga, que corroboró la pesadilla que sufrían y recomendó que fueran sacadas de ese ámbito de inmediato.
La abuela, cuya identidad se mantiene en reserva para no difundir los nombres de las víctimas, sometía a las pequeñas a crueles castigos. Por ejemplo, las hacía arrodillar desnudas en días fríos en la lluvia. O les tiraba agua helada.
También se supo que les pegaba con un arreador, dejándole marcas en distintas partes del cuerpo. A una de las niñas incluso le llegó a clavar una aguja en la lengua.
Y no solo eso, también les exigía que adoraran a San La Muerte. Les enseñaba invocaciones y les indicaba que todo el tiempo debían orarle.
La mujer misma, cuando trata con la gente, menciona al santo pagano todo el tiempo.
Fuentes cercanas al caso indicaron que la adolescente llegó a registrar imágenes de los maltratos a los que sometían a las hermanitas de 7 y 8 años.
El lunes pasado, con intervención de la fuerza de seguridad provincial, todas fueron retiradas de la casa donde vivían y llevadas a un hogar de Puerto Rico. Allí agradecieron que les hayan salvado la vida y no ocultaron que están felices de haber abandonado el infierno que estaban atravesando.
“Por suerte las secuelas psicológicas se pueden revertir, comienza una nueva vida para ellas. Tanto desde la Comisaría de la Mujer como de la Defensoría les acercaron donaciones, de ropa por ejemplo y las sacaron a pasear, para que disfrutaran de cosas menores que para otros chicos son algo normal, pero que para ellos era algo lejano”, confió una fuente de la Policía.
Trascendió que el otro niño, de un año y siete meses, que estaba al cuidado de la abuela (hermano de la chica de 15 años) ya fue retirado del hogar y ahora está al cuidado de su madre (otra hija de la maltratadora).
Las fuentes destacaron el trabajo coordinado entre la Defensora de Menores y la Comisaría de la Mujer. También aclararon que la acusada no fue detenida y que tiene todos los síntomas de ser una persona con las facultades mentales alteradas.

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