Gaona Miranda: dictan sentencia en el caso del nieto restituido 106

Después de 36 años llegó la hora de la sentencia por el nieto restituido 106, en otro caso de apropiación de bebés durante la última dictadura militar. Hoy a partir de las 9.30 el Tribunal Oral Federal Número 5 escuchará las últimas palabras de los imputados y, luego, entre las 13.30 y las 14, se prevé que dé a conocer el veredicto en el juicio por la apropiación de Pablo Gaona Miranda, secuestrado junto a sus padres al mes de vida, en 1978, y restituido el 1º de agosto de 2012.
Tanto la querella de Abuelas de Plaza de Mayo como la fiscalía solicitaron a los jueces Oscar Hergott, Gabriel Nardiello y Adriana Palliotti penas de 12 y 13 años, respectivamente, para Haydeé Raquel Ali Ahmed y Salvador Norberto Girbone, los apropiadores, quienes inscribieron a Pablo como hijo biológico, y de 15 años para el teniente coronel retirado Héctor Girbone, acusado de ser el entregador.
En tanto la defensa, encabezada por el destituido ex juez Guillermo Tiscornia, pidió la absolución de los tres imputados. En su alegato, el abogado de los acusados atacó a la víctima e hizo una defensa del terrorismo de Estado y de la teoría de los dos demonios.Descalificó a los juicios de lesa humanidad como “trajes a medida influidos por la ideología para perturbar el proceso de pacificación” que se había iniciado con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, cuestionó su imprescriptibilidad y acusó a Pablo de ofrecer una declaración judicial “guionada” por el gobierno nacional y Abuelas de Plaza de Mayo.
El ex juez fue destituido en 2007 por el Consejo de la Magistratura por “mal desempeño de sus funciones”. Y sobreseído en 2011 de una causa judicial en la que se lo acusaba de pedir coima a una empresa de juegos de azar por 4 millones de dólares. En su alegato, se obsesionó en desvincular a la guarnición de Campo de Mayo dentro de la represión ilegal y el rol particular del entonces teniente Héctor Giribone dentro de la Escuela de Caballería que estaba en las 80 hectáreas del predio.
Héctor Giribone – que además es primo del apropiador y padrino del nieto restituido- participó en el Operativo Independencia, fue jefe del Comando de Operaciones Tácticas y 12 destinos militares más. Estuvo en el Ejército hasta 2012. Su defensor dijo que no era un experto en la “lucha antisubversiva” y no supo de torturas y desapariciones. Para probarlo, citó una declaración del ex jefe del Ejército y actual embajador en Costa Rica. “Martín Balza, que era jerárquicamente superior, declaró que sólo supo de la represión con la llegada del gobierno de Alfonsín”. ¿Cómo iba a saberlo un entonces teniente primero?, se preguntó Tiscornia.
El caso
Pablo nació el 13 de abril de 1978 y fue secuestrado el 14 de mayo de 1978, al mes de vida, junto a sus padres, los militantes políticos delEjército Revolucionario del Pueblo (ERP) María Rosa Miranda y Ricardo Gaona Paiva. Ese día, las víctimas habían participado de un encuentro familiar en la casa de los padres de Ricardo. Se despidieron y nunca más se supo de ellos.
Hasta los 22 años, Pablo creyó que su adopción era legal: le habían dicho que lo habían traído de Misiones después de un día de viaje en colectivo, como a sus hermanas de crianza. Pero empezó a dudar cuando descubrió que la información de su partida de nacimiento decía que había nacido en Virreyes, provincia de Buenos Aires. Después de una discusión que tuvo con sus padres apropiadores en 2008, Pablo vaciló cuatro años para hacerse los estudios de ADN. El resultado señaló que era hijo de María Rosa Miranda y Ricardo Gaona Paiva. Ella tenía 28 años y él 21 cuando fueron vistos por última vez, a un mes de haber sido padres. “No sabemos en qué punto fue secuestrado el matrimonio Miranda–Gaona, pero sí sabemos que Héctor entregó el niño y que sabía sobre su origen”, dijo el abogado querellante Alan Iud.
La coartada de los acusados sobre cómo llegó el chico al matrimonio Giribone despertó numerosas dudas. Dijeron que fue un acuerdo entre el padre de Salvador, Ángel Giribone, que era almacenero y repartidor de garrafas, y el padre de Héctor. Ninguno puede responder a esas acusaciones: están muertos.
El juicio
El juicio empezó el lunes 11 de agosto. Ese mismo día declaró Pablo frente a los imputados, con quien mantiene una buena relación: “Por más que sea un proceso doloroso, creo que es necesario contar y estar acá. También lo hago por mis padres, que continúan desaparecidos”.
Los tres imputados, a lo largo de las audiencias, negaron los cargos en su contra. “No tuve absolutamente nada que ver con este caso”, aseguró el teniente coronel Girbone ante los jueces Gabriel Nardiello, Oscar Hergott y Adriana Palliotti.
En el mismo sentido, Salvador y Haydée dijeron que antes de “obtener” a Pablo, habían traído a dos chicas de Misiones y que las anotaron como hijas adoptivas. Salvador contó que un tío – ya fallecido- le hizo el contacto con una mujer de San Martín, que fue la que le entregó el bebé de tres meses, en julio de 1978. Al niño lo fueron a buscar a la casa de la mujer, pero Salvador no recuerda la dirección de la casa.
El certificado de nacimiento lo firmó el médico militar Ricardo Nicolás Lederer. El falso documento decía que el niño había nacido en un hospital de Virreyes. El 22 de julio, el niño fue anotado como Leandro Daniel Girbone en el Registro Civil de esa localidad. Lederer había trabajado con Héctor en una guarnición militar en la provincia de Salta unos años antes.
En mayo de 1978, Ricardo tenía 21 años y María Rosa, 28. Eran militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en el partido de Vicente López. A un mes de ser padres, el 14 de mayo de 1978, salieron de su departamento de Barrio Norte y fueron a visitar a un familiar, en Villa Martelli. En algún punto del regreso a su casa, miembros del Ejército los secuestraron a los tres. A Ricardo y a María Rosa nadie los volvió a ver, y hoy, después de décadas de búsqueda, los familiares de Pablo cerrarán una etapa sobre la apropiación de Pablo.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas