El Soberbio: se entregaron las donaciones de la movida Misión Solidaria Yaboty

El trabajo solidario se realizó el domingo 17 de agosto pasado, en el marco de la tercera edición de la Ultra Mataron Yaboty 2014 que se llevó a cabo en El Soberbio, con un gran esfuerzo frente a las condiciones climáticas que se presentaron en la oportunidad, con intensas lluvias sobre el área natural de la Reserva de Biosfera Yaboty.La Asociación de Guardaparques (AGUMIS) organizó junto al Equipo Yaguareté y la Fundación Vida Silvestre , que nuevamente apoyó esta iniciativa vinculando la solidaridad, el deporte y la conservación.

 

“La meta era ayudar a los damnificados por crecidas históricas de las últimas inundaciones que dejó sin hogar a cientos de personas, y el resultado de la misión fue un éxito gracias a la solidaridad de los casi mil competidores y particulares que colaboraron”, sostuvo en contacto conArgentinaForestal.com el presidente de la AGUMIS, Diego Ciarmiello.

El guardaparque se enfrentó a un doble desafío, ya que también es un apasionado del atletismo y se sumó a la competencia para correr el trayecto de los 90 km de la Ultra Maratón completándola en algo más de 14 horas. También participaron en distintas distancias una docena de corredores del Equipo Yaguareté, resultando segunda en su categoría Maira Beltramo Bringas  y en cuarto lugar en su categoría Andrea Cáceres (en la categoría de 21 km).

 

 

Donaciones

Los destinos de las donaciones fueron relevados con anterioridad a la organización de la Misión Solidaria, y entre lo recibido fueron ropas, calzados, artículos de limpieza, pañales, alimentos no perecederos, medicamentos, juguetes y útiles.

La donación del artista Marcelo Zorzit del cuadro excepcional de un yaguareté resultó en una subasta por 9 mil pesos, lo que permitió que se hiciera realidad la compra de una impresora para la escuela provincial N° 76 de Colonia Primavera.

Además, por medio de un Bono Colaboración lograron recaudar 2 mil pesos que fueron destinados a la compra de neumáticos del camión de Bomberos Voluntarios de El Soberbio.

“Realmente fueron días de un trabajo intenso solidario con los guardaparques y vecinos, pero agradecemos especialmente la colaboración de Mario Pereira, Alejandra Romero, a los bomberos de El Soberbio, y el apoyo del Club Vélez Sarfield y la Consultora Cataratas SA”, remarcó Elizabeth Gimenez, del Equipo Yaguareté.

 

 

Compromiso y pasión

“Correr 90 km es el final de un camino y el comienzo de otro”, dice Diego Ciarmiello. “Eran 8 puestos de control en la Maratón, cada uno representaba una meta para mí, paso a paso

, sin pensar todavía en el arco de llegada. La selva de Yaboty que amo, donde junto a tantos compañeros guardaparques venimos protegiendo desde hace muchos años, encierra recuerdos. Mientras realizaba el recorrido disfrutaba del entorno. Podía ver las huellas en el barro de los seres que la habitan, quizás uno de sus últimos refugios donde salvaguardarse del avance del hombre y sus mezquindades. Casi 300 mil hectáreas de verdemonte lucha en Yaboty por preservarse, allí donde solo habitan comunidades guaraníes y una pequeña población campesina, existe también un puñado de hombres que dedicaron y dedican buena parte de sus vidas a proteger ese ambiente único; pienso en ellos y en el privilegio de estos casi mil corredores, que consientes o inconscientes, fueron testigos de una selva que se va”, reflexiona el guardaparque tras la experiencia vivida en la maratón.

“Seguramente todos los corredores recordaremos el trayecto del puesto de control 6 al 7, porque el sendero sobre las barrancas del Arroyo Yaboty fue duro y peligroso. El paisaje que se presentaba ante nosotros era difícilmente valorado en una instancia de la carrera donde las piernas comenzaban a abandonarnos y la mente demandaba plena atención en cada pisada.  El deseo de llegar bien físicamente a los 60 km parecía hacerse realidad pero a los pocos kilómetros del puesto de control 7(km 70) un ligero dolor en la parte externa de mi rodilla derecha empezó a hacerse sentir, poco tiempo después la carrera me regalaría una sorpresa, que como la vida, siempre para bien o para mal te sorprende”, relató.
“El dolor en mi rodilla derecha crecía y me impide seguir, pero continué la marcha caminando, pensando en mantener calientes los músculos hasta llegar al puesto de control. Un rato después ya en el puesto los chicos de La Plata me ofrecen diclofenac, me tomo dos pastillas juntas, rápidamente me vendo la rodilla, y empiezo a andar. Camine unos 5 kilómetros, nunca pensé en abandonar, algo que siempre me pasa en las carreras que hice, jamás pienso en abandonar. El efecto del medicamento comenzó a aparecer, la ciencia y la voluntad se pusieron de acuerdo y me regalaron la posibilidad de terminar los últimos 15 kilómetros de esta aventura sin dolor. Corrí hasta la meta casi sin parar, a mi paso saludaba a corredores que me habían alentado en mi rengueo y se alegraban al verme correr así. Estaba eufórico, feliz y agradecido…Levantarse y seguir corriendo; pequeño ensayo de nuestra cotidiana existencia”, fue el mensaje que finalmente compartió Ciarmiello.

 

DiegoC

 

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas