Docentes, autoridades educativas y legisladores dieron el puntapié inicial para actualizar el estatuto sancionado hace más de medio siglo. Los debates se harán en comisiones que sesionarán en la Cámara de Diputados y en paralelo, en talleres en las escuelas.
La actualización cuenta con el respaldo de la Unión de Docentes de la Provincia de Misiones -gremio mayoritario- y de los gremios integrantes de la Mesa de Diálogo Educativa, pero los sindicalistas disidentes hicieron una protesta en la misma Legislatura, mientras que otro grupo hizo un piquete en Montecarlo, respaldado por diputados de la oposición, como el candidato a gobernador por el radicalismo, Gustavo González, quien se mostró en contra de la modificación del estatuto.
El ministro de Educación, Luis Jacobo, señaló que “los derechos de los docentes van de la mano con los de sus alumnos”.
La presentación realizada en el Salón Dos Constitucionales de la Cámara de Representantes, estuvo a cargo de la diputada Lucy Gryceniuk, presidente de la comisión de Educación, el diputado Marcelo Rodríguez, de la comisión de Presupuesto y Horacio Mielniczuk, a cargo de Trabajo y Régimen del Empleado Público. También estuvieron la diputada nacional y presidenta a cargo de la comisión de Educación de la Cámara Baja.
Los diputados destacaron la posibilidad de contar con un espacio abierto para considerar y reflexionar acerca de los puntos que deben ser actualizados en la ley que rige el trabajo de los educadores misioneros.
Leverberg señaló la voluntad política, tanto nacional como provincial, por incluir derechos, revisar las prácticas y buscar consensos para una mejor regulación del trabajo docente. “No se trata de precarización laboral sino de incluir los logros de muchos años de lucha”, sostuvo la gremialista y diputada nacional. Y agregó: “La actualización del Estatuto Docente es el reflejo del compromiso de todos los trabajadores docentes del país. No es oportunismo, se trata de un acuerdo homologado en la paritaria nacional”.
El titular de la cartera educativa provincial fue contundente al señalar que serán profundizados derechos de los educadores pero entendiendo que sus derechos son inexindibles de los derechos de sus alumnos. Jacobo subrayó que en este tiempo extraordinario de la educación en el país, afortunadamente también fueron cambiando los derechos de los alumnos, haciendo clara referencia a la educación secundaria obligatoria, la ampliación de modalidades (encierro, hospitalaria, rural, intercultural bilingüe, especial, técnica, etc.) y la educación a temprana edad (universalización de salas de 4), entre muchas otras acciones.
Jacobo se refirió también a los pequeños grupos que alientan y fomentan la inasistencia a la escuela sin razones fundadas al decir que “No puede un docente hablar de cómo debe ser la escuela si no va a la escuela, ni de cómo tratar a los alumnos si no está en contacto con los suyos. Ni tampoco puede opinar sobre cómo mejorar un estatuto si está en la calle y no compartiendo los espacios que se habilitaron para la reflexión, debate y consenso”.
Finalmente, el ministro y presidente a cargo de la dirección general del CGE, ofreció las escuelas “corazón del sistema educativo” para que todos los educadores puedan expresar sus propuestas desde sus instituciones educativas. “¿A quién se le ocurre que podamos tener el éxito que buscamos en la escuela si nuestro estatuto está hecho para otros tiempos?”, indagó.
Un asado en repudio
Negados al debate, los sindicalistas enrolados en el autodenominado movimiento “pedagógico” de Liberación, rechazaron la propuesta de reforma del estatuto docente con un piquete en la ruta nacional 12 a la altura de Montecarlo. Aunque acostumbrados al accionar de este grupo, los automovilistas que tuvieron que esperar por varias horas para poder circular, dejaron ver su enojo por lo que fue considerado una burla: en medio de la “protesta”, los docentes almorzaron asado a la estaca a la vera del principal corredor misionero y lo deglutieron escuchando los acordes de un grupo musical chamamecero.
Desde la Unidad Regional III de la Policía informaron que el grupo piquetero estaba integrado por unos 60 sindicalistas de distintos puntos de la provincia y unos 30 tareferos, incluidos mujeres y niños. La Gendarmería Nacional llegó al lugar, pero no despejó la ruta, sino que el corte se levantó a las 16, cuando comenzó a llover.
