Chango Spasiuk presenta su nuevo disco el 3 de octubre en el Teatro Coliseo

El acordeonista y compositor Chango Spasiuk afirmó que está parado «sobre la tradición del chamamé» y que ese es su «mundo sonoro», pero evitó ver a la música solamente como un entretenimiento y sí como «una herramienta de reflexión colectiva».

Para este misionero, oriundo de Apóstoles, y que desde hace más de 30 años toca el acordeón, el chamamé no es solo «fiesta, fiesta y fiesta», y agregó: «como dijo alguna vez Atahualpa (Yupanqui), la música es una oportunidad de encontrar la sombra que el corazón ansía».

«No necesariamente esa búsqueda es algo tenso y aburrido, sino más bien esperanzador y la música es un terreno insondable y es un mundo maravilloso para explorar y no es necesario ser un entendido, sino que hay que tener una necesidad para acercarse a la música con ganas de saborear otras cosas, con un lenguaje sin voz», expresó Horacio «Chango» Spasiuk en una entrevista con NA.

Cuando se le pide la forma en que se presentaría para aquellas personas que no lo conocen, Spasiuk afirmó que está «parado sobre la tradición del chamamé y las polkas rurales».

«Del chamamé porque vengo de una región del chamamé y de las polkas porque dentro de esa región del chamamé hay otros ritmos menos criollos, un poco más europeos, pero que hacen a la cultura folclórica de la región también. Esos elementos y el acordeón hacen de un mundo sonoro que es mi música. Soy misionero. Toco el acordeón. Soy nieto de inmigrantes ucranianos», explicó.

Firme defensor, desde su arte, de las tradiciones, Spasiuk habla pausado y con cada palabra parece mostrar los caminos de su Misiones natal y su suelo de tierra colorada.

«El chamamé es un mundo sonoro muy complejo y muy amplio y sobre el cual estamos parados muchos en esa tradición que amamos y la respetamos. Cada uno tiene sus necesidades personales de expresar de decir y mostrar su tradición».

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Cuando se le consultó cómo tomó el público tradicional chamamecero el hecho de que ahora él haga un «acústico», Spasiuk indicó que «con el paso del tiempo» comenzaron a respetarlo.

«Tal vez no compren mis discos, ni sigan demasiado mi trabajo, pero de alguna manera ven que hay una cierta continuidad y coherencia y responsabilidad y cuidado, y más allá de eso, la gente me respeta», indicó.

El misionero reconoció que hubo «mucho stress» en la producción del disco «Tierra colorada en el Teatro Colón», que además viene acompañado de un DVD, dado que «se tuvo que trabajar mucho para dos horas de show, que además, iba a quedar grabado».

«La verdad es que hubo mucha psicosis, pero por suerte el concierto fue intenso y bello, y a la distancia, tras la post producción, me siento contento con el resultado. Suena bueno y es un contenido para el que me conoce y para el que no me conoce y quiere empezar a hacerlo con mi música», reconoció el Chango.

Sobre si alguna vez pensó en llegar a tocar en el Teatro Colón, en especial porque proviene de un género como el chamamé que no tiene ese tipo de ámbitos para expresarse, Spasiuk consideró que «uno siempre anhela algo así».

El músico y compositor litoraleño reconoció que luego de su disco «Tarefero de mis pagos» (2005) su sonido comenzó a ser más acústico y por ese motivo el llegar a tocar en el Colón o algún teatro con más acústica, no fue una utopía.

«En otros países tuve la ocasión de tocar en ámbitos más acústicos y me di cuenta que esos lugares eran apropiados para el tipo de música que estaba haciendo, tan camarística y prestando atención a cada detalle de los instrumentos utilizados», expresó.

Este es el primer disco en vivo de Spasiuk, de los 10 que grabó en su carrera, ligada siempre a la música del chamamé y las polkas, y ha recorrido lugares como Alemania, Francia, Inglaterra y Estados Unidos, llevando los sonidos de su litoral natal.

Ahora se prepara para el concierto que dará el próximo 3 de octubre en el Teatro Coliseo, donde presentará en vivo «Tierra colorada en el Teatro Colón», con el sexteto que lo acompaña.

Spasiuk, de 45 años, indicó que fue un «buen momento» en el que le llegó la invitación -dentro del ciclo «Intérpretes Argentinos»- para poder tocar en el máximo teatro nacional.

«No sé si es orgulloso, sí contento con lo que hicimos y con respetar el espacio en donde tocamos», expresó.

Cuando se le señala si en algún momento sintió que el chamamé fue «corrido» de la escena del folclore argentino, Spasiuk consideró que «en realidad ha tenido como una lectura superficial».

«A nadie se le ocurriría, en el ámbito del folclore, poner a (Tránsito) Cocomarola en la categoría de un (Atahualpa) Yupanqui, y sin embargo estamos hablando de un compositor impresionante, de una personalidad avasallante. De uno de los constructores de un mundo sonoro más populares de toda la argentina», afirmó.

Finalmente, indicó que la «tradicional oral» de las costumbres y las tradiciones «siguen vigente como antaño» en el país, aunque agregó que ahora está «la herramienta tecnológica», que a su criterio «a veces contamina» a los más pequeños en ese afán de conocer lo que los mayores les transmiten.

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