En un clima de tensión, Rusia y Ucrania canjean soldados detenidos

La relación entre Putin y su par ucraniano, Petro Poroshenko, parecía haber mejorado un poco a principio de esta semana cuando se reunieron por primera vez a solas en Minsk para discutir el conflicto que tiene convulsionado el este de Ucrania desde hace más de cuatro meses.

En un sorpresivo gesto de distensión, Rusia y Ucrania intercambiaron soldados detenidos por cruzar ilegalmente a ambos lados de la frontera, en el marco del conflicto que mantiene Kiev con las milicias separatistas pro rusas que hace cuatro meses.
Poco después, el presidente ruso Vladimir Putin habló sobre el conflicto vecino en la televisión pública, instó a Kiev a convertirse en una federación que dé autonomía a las regiones ruso parlantes del este de ese país y volvió a desatar la tensión entre los dos gobiernos.
«Hay que proceder de inmediato a abrir negociaciones sustanciales, pero no sobre temas técnicos, sino sobre cuestiones de la organización política de la sociedad y el modelo de Estado en el sureste de Ucrania», aseguró Putin, citado por la agencia de noticias EFE.
«Por alguna razón, nuestros socios ucranianos le tienen miedo a la federalización. Esa es su elección. Nosotros, en ningún caso, interferiremos. Pero en el mundo hay muchos países federales», agregó.
La relación entre Putin y su par ucraniano, Petro Poroshenko, parecía haber mejorado un poco a principio de esta semana cuando se reunieron por primera vez a solas en Minsk para discutir el conflicto que tiene convulsionado el este de Ucrania desde hace más de cuatro meses.
Desde que el Ejército ucraniano lanzó su ofensiva para recuperar el control de las provincias de Donetsk y Lugansk, tomadas por milicias pro rusas sin casi disparar un tiro en mayo pasado, miles de personas murieron y cerca de 300.000 tuvieron que abandonar sus hogares y huir para escapar de los combates.
Inmediatamente después de la cumbre en la capital bielorrusa, la situación diplomática entre Kiev y Moscú empeoró. El primero acusó al segundo de invadir el sur de su territorio con una columna de tropas regulares y le pidió a la OTAN «ayuda militar» para enfrentar el supuesto avance ruso.
Pese a esta escalada verbal, esta madrugada los dos ejércitos vecinos anunciaron que concretaron uno de los acuerdos que habían sellado Putin y Poroshenko en Minsk: el intercambio de soldados detenidos.
El Ejército ucraniano entregó a los diez soldados rusos detenidos el 25 de agosto pasado cuando cruzaron ilegalmente la frontera. Los paracaidistas entraron fuertemente armados, pero no ofrecieron resistencia cuando fueron detectados junto a la localidad de Dzerkalni, a unos 20 kilómetros de la frontera con Rusia.
Según Kiev, su presencia demostró que Rusia viola su soberanía territorial e infiltra sus tropas regulares en el este del país. Según Moscú, los soldados se perdieron porque esa parte de la frontera «no está bien señalizada».
El Ejército ruso, en tanto, entregó a sus pares ucranianos a 63 miembros de la Guardia Nacional, una milicia creada tras el derrocamiento del presidente pro ruso Viktor Yanukovich en febrero pasado, que habían cruzado la frontera tras solicitar autorización rusa para huir de los combates con los insurgentes.
El gobierno ruso recordó que la de hoy no fue la primera vez que devuelve a combatientes ucranianos que cruzaron ilegalmente la frontera. En una ocasión, un contingente militar de más de 450 soldados cruzaron a Rusia. Mientras que medios rusos sostuvieron que habían desertado, Kiev aseguró que intentaban escapar de los combates con las milicias separatistas.

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