Los padres mostraron su bronca contra los directivos del Instituto Santa Lucía

Sigue la indignación de los padres de alumnas que asisten al Instituto Santa Lucía luego de que varias de ellas denunciaran que su profesor de Informática las manoseaba en un salón contiguo al designado para dictar las clases.
Este lunes por la mañana, se apostaron frente al establecimiento, ubicado en el barrio Guazupí de Posadas (Aguado y Santa Cruz), pidiendo que aparten a la directora y a la vice por no informar de la situación pese a que lo sabían.
De acuerdo al relato del tío de una de las nenas, Guido Ibáñez, el miércoles de la semana pasada, las menores le contaron a la maestra lo que les estaba pasando. La docente dio aviso a la directora y la mujer reunió a los alumnos para decirles “que no se preocuparan que pronto iba a pasar todo”, según Ibáñez.
Lo que causó asombro primero y bronca después en los padres fue que jamás los llamó para notificarles formalmente de lo que ocurría mientras que el profesor acusado seguía al frente del aula. La acusan ahora de intentar “tapar” los abusos para cuidar a la institución. “Nos enteramos por rumores”.

 

PADRES PROTESTA 2

De acuerdo con los padres, la vicedirectora fue separada momentáneamente del cargo, no así la directora. Por eso los padres piden que deje la conducción del establecimiento. Para reclamar se movilizaron desde las 6.30 y coparon el frente del establecimiento, no impidieron las clases, pero no más de 30 alumnos ingresaron a las clases de la mañana.
 
Los papás cortaron la avenida Santa Cruz frente al establecimiento y quemaron cubiertas. Los docentes se quejaron ante los padres por está actitud y éstos les respondieron que  “no es nada comparado el humo de las cubiertas con lo que el profesor le hizo a las nenas en su salón”.Solange, una de las mamás, comentó que el salón de informática está en el primer piso a la entrada del edificio y que no hay otro aula o docente cerca, por lo que él se “sentía seguro y los alumnos estaban a su merced. Era raro, me contaban los chicos, que solo castigaba a las nenas, nunca castigaba a un varón y cuando las castigaba el siempre se iba con ellas al salón cerrado y dejaba a los otros chicos solos por un rato”.
En esa parte del colegio, en planta baja solo hay una oficina administrativa, que pocas veces está ocupada. Las aulas y el patio quedan alejados de la sala de Informática. Para llegar al salón desde la Dirección hay que recorrer más de 50 metros.

Las aulas más cercanas a esta sala de computación son las salitas del nivel inicial, a uno 15 metros, separados por la escalera, un pasillo y una puerta de madera que siempre permanece cerrada.

Otra de las madres indignadas contó: “Había dos nenas que siempre eran castigadas por este profesor, cuando las castigaba siempre las llevaba a su oficina y dejaba a los otros chicos”.

Los padres quieren que esta persona nunca vuelva a estar al frente de un aula. Además pidieron por la continuidad de la maestra de grado que se atrevió a contar los hechos luego que una de las nenas le relatase los abusos que sufría por el profesor.

 
El profesor Carlos Rey Leyes, supervisor del SPEMP, se presentó en el instituto y habló con los manifestantes para notificarlos de las medidas que se han tomado y luego ingreso al predio a hablar con la directora y los docentes.
El supervisor reconoció ante los padres que “esta es una situación horrible y el organismo que controla las escuelas de gestión privada tomó las primeras medidas, se separo al docente del cargo provisoriamente y se estableció un sumario”.
Pidió por favor a los padres que respeten los tiempos de los trámites administrativos y judiciales, porque ellos deben trabajar en base a la Justicia, las normas y respetando los tiempos legales. “No podemos actuar en base a las emociones”, explicó el funcionario ante los enojados padres que insistieron en su reclamo de separar del cargo a la directora y la vicedirectora por acusarlas de “intentar encubrir lo que hizo el profesor de informática”. «No podemos actuar por nuestra emoción”, repetía el supervisor. Entonces una de las personas presentes le recriminó: “Si a usted le ponen la mano en un genital, si usted fuera un nene de siete años, le parece que eso es emoción”.

Entre los testimonios se percibió tristeza, desilusión, impotencia y bronca.

“Las nenas están bien si no hablamos del tema”, sostuvo Guido quien agregó que indagando supieron que el profesor ya tenía una denuncia por abuso, al parecer de una sobrina».  
 
 Entre lágrimas Solange, una de las madres, reclamó: “Quién se hace cargo de esto, quién les devuelve a los chicos la inocencia, el haber pasado por esto, todo lo que vieron, todo lo que vivieron. Yo tengo tres hijas en esta escuela y estoy dolida y desesperada, nada va a reparar lo que vivieron los chicos, ni el profesor preso, ni la directora apartada del cargo. Él estaba en el piso de arriba solo con las nenas y nadie hizo nada”.
Este medio intentó esta mañana hablar con la directora pero ella se negó afirmando que ya dijo todo lo que tenía para decir. No obstante, los padres pedían que la prensa formara parte de la reunión con las autoridades del Spepm, reclamo que tampoco tuvo éxito.
 
 Por el momento las únicas medidas que se tomaron fueron un allanamiento a la vivienda del profesor, su detención mientras se investiga y desde el punto de vista administrativo separar momentáneamente del cargo a la vicedirectora.
Los padres esperan que el juez César Yaya disponga la declaración de las menores en Cámara Gesell y se defina la situación del profesor, como así también que se les brinde contención psicológica.
Fuentes del Juzgado de Instrucción Dos confiaron que la prioridad del magistrado es que las pequeñas que denunciaron los manoseos sean contenidas. Por eso, serán asistidas por el gabinete multidisciplinario del Poder Judicial, que además de disponer una serie de estudios médicos, determinará en qué momento las nenas deberán relatar lo sucedido.

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