La Universidad Nacional de Misiones (UNAM) entregó el título de “Doctor Honoris Causa” con Mención Especial al Mérito Intelectual y Académico, al vicepresidente de Uruguay, Danilo Ángel Astori, por su vasta trayectoria profesional. El economista uruguayo brindó por la tarde una conferencia magistral sobre “Principales características económicas y sociales de la América Latina actual”, focalizando sus reflexiones en que frente al escenario de la región “el crecimiento con inclusión deber se la condición de las políticas económicas de los países de América Latina”.
Durante la distinción, el profesor destacó el papel de la educación en el desarrollo de los países latinoamericanos y la importancia de destinar recursos del Estado para garantizar la educación pública promoviendo el acceso a los diferentes niveles educativos.
Astori fue ministro de Economía del país oriental e implementó la reforma impositiva, caracterizada por la inclusión de un Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y una reorganización y modernización del sistema tributario uruguayo.
Además, fue decano de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República Oriental del Uruguay , profesor titular de Economía del Uruguay en la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la UDELAR ; y profesor de Economía y Planificación en los cursos de ILPES, Comisión Económica para la América Latina y el Caribe (CEPAL) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la alimentación (FAO).
El distinguido profesor brindó por la tarde, en el Aula Magna de Ciencias Económicas, una conferencia magistral sobre “Principales características económicas y sociales de la América Latina actual”. En la oportunidad, focalizó sus reflexiones en que frente al escenario de la región “el crecimiento con inclusión deber se la condición de las políticas económicas latinoamericanas”.
Escenario de alerta
En la introducción de la charla, sostuvo que los países de América Latina pasaron en la última década por una buena época: “En términos económicos tuvieron años de crecimiento, manteniendo un ritmo importante en la región. Desde lo social, cayó significativamente la pobreza en muchos países latinoamericanos. También la indigencia, aunque estos dos flagelos aun padecen sectores de nuestros países donde hoy es muy difícil lograr insertarse. Por otra parte, fortalecieron la democracia, y por ende, la institucionalidad”, remarcó.
Desde el punto de vista político, dijo que “también fueron buenos tiempos en algunos casos. Crecieron los gobiernos con políticas macroeconómicas equilibradas. Hoy es raro encontrar países en América Latina en desequilibrio, con inflación galopante. Esto no ocurre desde hace varios años en la región”, consideró.
Pero advirtió que este escenario “se alejó de América Latina en los últimos tiempos. Quizás al período al que me estoy refiriendo quede registrado como una de las mejores épocas. Por un lado, en la actualidad estamos percibiendo algunos síntomas que podrían marcar el fin de esa etapa tan positiva. En segundo lugar, como una consecuencia del proceso de crisis, en los países más avanzados de la región se registra una declinación comercial, con aspectos negativos que llaman la atención”, indicó el vicepresidente uruguayo.
A este contexto, agregó la incertidumbre de la política monetaria de los Estados Unidos, completando así un «panorama de alerta» sobre aquella etapa de crecimiento marcado. “En la actualidad, podemos estar entrando en la trampa del desarrollo de los países de ingreso medio”, dijo. En este sentido, explicó que “hay países de la región que han logrado un crecimiento en este segmento, pero hay gobiernos que pueden caer en la tentación de poner el “piloto automático” sin intentar las transformaciones profundas necesarias”, apuntó el especialista.
Crecimiento «más» humanizado
En las actuales circunstancias, para Astori hay dos caminos alternativos que se abren para región. “Considero que para encarar esta nueva etapa, en primer lugar hay que incorporar el concepto de políticas de crecimiento inclusivo, hay que crecer incorporando a la sociedad. No primero crecer y después pensar como incorporamos al entorno social. No se puede ignorar, ni incluso cuando haya caído los números de la pobreza, que nuestra región es la más injusta del mundo, desde el punto de vista de la distribución del crecimiento económico”, cuestionó. “África es más justa que América Latina, vista desde la distribución del crecimiento económico”, agregó.
Al respecto, pidió diferenciar la pobreza con “injusticia” en la distribución del crecimiento económico. “Sin dudas, este será uno de los caminos para encarar esta etapa de incertidumbre, trabajar en políticas inclusivas”, recalcó Astori.
En segundo lugar, consideró que será necesario apuntar a la alternativa de la cadena de valor, el conocimiento, la innovación, la eficiencia, la productividad, y la competitividad. “Desde lo estratégico, esta es una apuesta a la calidad para salir desde la región al mundo”, aseveró.
En ese contexto, explicó que “el concepto de crecimiento inclusivo debe ser por medio de la incorporación del protagonismo de políticas económicas. En Uruguay hemos comprobado la experiencia de muchos que hicimos lo contrario, donde primero apostamos a crecer con los grandes capitales y quisimos traer la inversión para el crecimiento, pensando en la incorporación después; pero esto no funcionó, no hubo derrame de las condiciones que trajo el crecimiento económico. Al contrario, esto trajo concentración, desigualdad e inequidad”, admitió el economista.
De esta manera, insistió en su mensaje en que “el crecimiento con inclusión social es todo lo contrario, va de la mano, y ésta tiene que ser la condición del diseño de las políticas económicas de los países latinoamericanos, ya que el rol del Estado en la definición de las políticas publicas, con un escenario que debe ser encarado con medidas concretas para construir igualdad de derecho y oportunidad, en un marco de libertad y democracia”, expresó.
Generar oportunidades
Por otra parte, reflexionó también sobre la necesidad de “cambiar la visión acerca de la asistencia a aquel que se quiere incluir. Nosotros proponemos el reconocimiento como ser humano, no por su condición de pobreza, sino por el derecho que tiene a mejorar sus condiciones de vida. A su vez, el Estado también podrá exigirle obligaciones. Hay que revisar el asistencialismo, hay que generar oportunidades, no solamente destinar fondos”, opinó.
De esta manera, Astori en su conferencia se refirió a las experiencias en políticas económicas impulsadas en Uruguay, los cambios que el gobierno fue construyendo en el enfoque del derecho con nuevas herramientas como las leyes sobre aborto, minorías sexuales, violencia de género, discriminación, regulación de la marihuana, entre otras.
Un capítulo aparte de la conferencia fue sobre política tributaria necesaria de aplicar en los países de la región, la clave del gasto e ingreso público, y la recomposición necesaria en el destino de los recursos. “En Uruguay, en los últimos 10 años hemos logrado duplicar la tasa de inversión, del 12% hoy alcanzamos el 24%”, destacó.
Finalmente, sobre el fortalecimiento de la inversión pública en la educación, el vicepresidente uruguayo resaltó que «la educación es el arma más formidable y duradera de construcción de justicia social». Por lo tanto, para avanzar en esta línea alternativa de políticas que promuevan la cadena productiva, el conocimiento, la innovación, eficiencia, productividad, competitividad que mencionaba anteriormente, dijo que “será por medio de la educación la construcción de calidad, y la base para que nuestros pueblos apuesten a la excelencia. Hoy juega un papel fundamental en todos los sentidos del proyecto latinoamericano», concluyó.
Por Patricia Escobar
