Chacal de Villa Cabello: Mirta se recupera lentamente, pero continúa con sus “crisis de ausencia”

Es la mujer que fue sometida sexualmente por su padre durante 23 años. Su abogado indicó que continúa desnutrida y que está siendo tratada por distintos profesionales. Su padre está preso en la comisaría Séptima.

El Chacal de Villa Cabello sigue preso en la comisaría Séptima. Hasta el momento no quiso declarar ante el juez de la causa, Marcelo Cardozo. Se estima que seguirá allí hasta que resuelvan su situación procesal. La contracara de esta historia es Mirta Noemí, hija del detenido, quien se recupera lentamente de los malos tratos y vejaciones que sufrió durante los 23 años que su padre la redujo a condición de esclava.
Cristian López es el abogado que representa a la mujer en la causa penal que se instruye en el Juzgado de Instrucción Uno. “Nos hemos constituido en querellantes para poder seguir de cerca la marcha del proceso. En este sentido, vamos a pedir distintas medidas y aportar a la Justicia todos los elementos necesarios para demostrar que este hombre no debe volver a la calle, ya que en Justicia Penal tiene que haber certeza para condenar a un imputado”.

Héctor Boo, alias “Chinoco”, está acusado de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y privación ilegítima de la libertad agravada”. Si lo encuentran culpable, cómo mínimo le esperan 15 años de cárcel.
“Mirta ya declaró, fue en una jornada extensa en la que detalló de manera coherente y minuciosa todo el calvario que fue su vida por culpa de esta persona. La causa se está tramitando y en esto destaco el trabajo del juzgado, que justo en los últimos tiempos ha tenido hechos otros hechos gravísimos que también le ha insumido mucho trabajo”, indicó en relación al crimen del albañil Carlos Raúl Guirula (30), ultimado a patadas tras ser detenido por la Policía.
Fuentes cercanas a la víctima confiaron que hay disconformidad con la Fiscalía de Instrucción Uno, que habría mostrado muy poco interés por el caso.
“Nosotros estamos haciendo el seguimiento del estado de salud de Mirta. Ella sigue con un cuadro grave de desnutrición. Los últimos exámenes que se han hecho determinaron que presenta anemia. Ella continúa con la contención psicológica con profesionales de la Línea 102 y también con el tratamiento que le preparó una licenciada en nutrición, quien de manera espontánea se acercó para darle una mano. Personas solidarias como ella han aparecido de a decenas desde que el caso se conoció el caso”, precisó López.
El abogado agregó que “ella también está asistiendo a distintos profesionales, porque el deterioro físico y mental que ha padecido fue enorme”. Este miércoles, sin ir más lejos, acudió a un neurólogo en el hospital Madariaga, debido a las crisis de “ausencia” que sufre. Son como ataques de epilepsia, en los que sufre lagunas mentales de unos minutos, acompañados de temblores y sensación de aflicción. “Estamos preocupados porque en los últimos días evidenció ataques más de seguido”, apuntó el letrado.
López contó asimismo indicó que junto con su colega Gladys Rodríguez están gestionando ante el Ministerio de Derechos Humanos una pensión para Mirta, ya que actualmente vive de la caridad y la ayuda social, porque no tiene ningún tipo de ingresos.
“Queremos sumar al expediente los informes de los médicos que examinaron a Mirta. Por ejemplo, los que registraron las lesiones que presentaba en la zona genital. También el trabajo que ha hecho hace unos días una licenciada en Trabajo Social sobre las condiciones en las que vive esta chica”, remató López.

Una historia de terror

Chinoco se dedicaba a la pesca de subsistencia en la franja del río que iba desde la zona de El Laurel hasta las inmediaciones del anfiteatro Manuel Antonio Ramírez. Como vivía cerca de la costa, fue indemnizado por la Entidad Nacional Yacyretá y abandonó la ribera. Estuvo en pareja y hace 35 años se convirtió en papá de Mirta Noemí. Pero el hombre apenas vivió con su mujer e hija dos años. Por los maltratos, su concubina lo abandonó y la nena quedó al cuidado de la abuela paterna.
Mirta Noemí se crió con la abuela. Tuvo una vida normal en la chacra 149 de Villa Cabello hasta que cumplió 12 años, cuando su papá empezó a vivir en el mismo departamento que ella. La mujer declaró en el juzgado que durante 23 años, el papá la violó de manera reiterada, le impidió salir de la casa y la humilló cada día de su vida.
El lunes 21 de julio, Mirta fue rescatada por una vecina, Nélida Dutra, quien llamó al 911. Fue luego de que escuchara que Chinoco quería agredir a su hija. El hombre terminó preso por violencia doméstica. Al día siguiente Mirta se quebró y contó el resto de la historia. Entonces Héctor Boo dejó de lado el apodo de Chinoco para ser conocido como el Chacal de Villa Cabello.

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