Una víctima de trata declaró con Cámara Gesell en el juicio a los proxenetas

Una joven misionera de 35 años estuvo cautiva en una red de trata sexual en La Banda, Santiago del Estero. El caso salió a la luz cuando dos de los captores volvieron con ella a su ciudad originaria haciéndose pasar por su pareja y un amigo. Querían que la familia no sospechara que era obligada a prostituirse. Su hermano advirtió la mentira y los denunció. Fue en 2012. El caso llegó a juicio esta semana.
Se trata del primer juicio por trata sexual que se hace en esa provincia y tiene otro componente inédito: el Poder Judicial convocó a las profesionales del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata para que asistieran a la víctima en su declaración en Cámara Gesell. Es la primera vez que una psicóloga del equipo toma el testimonio de una víctima durante un juicio oral y público a través de este dispositivo judicial.
El camino hacia la declaración no fue fácil. Esta semana, cuando desde del Tribunal se comunicaron con la víctima -que vive en Misiones- para que viajara a Santiago del Estero a testimoniar en el debate oral, ella se asustó y escapó a Buenos Aires. Desde hacía un tiempo recibía amenazas de los imputados. Los operadores judiciales levantaron el teléfono y le pidieron ayuda a Zaida Gatti, quien está al frente del Programa Nacional de Rescate que funciona bajo la órbita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Gracias a la ayuda de una referente de la provincia del litoral ubicaron a la mujer. A partir de allí, una psicóloga se ocupó de acompañar a la víctima y prepararla para su declaración. La joven misionera tenía el desafío de contar cómo fue engañada por dos hombres para viajar desde su ciudad, Colonia Oasis de la Ciudad de Jardín América, hasta La Banda. Tenía que poner en fila los recuerdos del período que pasó encerrada y obligada a prostituirse. Y, además, superar los miedos que le provocaban las amenazas. Cuando estuvo preparada se dispuso el viaje hacia la provincia donde se desarrollaba el proceso.
El Tribunal entendió que necesitaba un acompañamiento profesional y convocó al Programa Nacional de Rescate para que dispusiera de otra psicóloga para que pueda tomarle declaración en Cámara Gesell. Dentro del equipo que dirige Gatti hay cuatro profesionales formadas para estos casos que suelen intervenir en la etapa de instrucción. “Es inédito que se tome en un juicio oral. Implica un cuidado especial porque se hace en un recinto diferente, la víctima no tiene contacto con los imputados. La Cámara Gesell está en otro edificio”, explicó a Infojus Noticias la coordinadora del Programa. Es la primera vez que el Poder Judicial convoca a las especialistas del equipo para esta tarea en particular.
La víctima viajó ayer a Santiago del Estero para declarar. Lo hizo acompañada de dos psicólogas. Pero una vez allá se volvieron a encontrar con obstáculos. El Tribunal exigía que la mujer se notificara en el mismo edificio en el que se estaba llevando a cabo el juicio. Las profesionales del equipo sabían que la joven misionera podía cruzarse con sus captores. “Si la víctima se descompensaba y no podía declarar responsabilizábamos al Tribunal por eso”, explicó Gatti, quien llevó adelante todas las gestiones. Finalmente, se dispuso de un dispositivo de seguridad especial para que las psicólogas la acompañaran a notificarse teniendo en cuenta extremos recaudos. “Con ustedes me siento segura”, les dijo la mujer.
El caso
Por la denuncia del hermano de la mujer, en marzo de 2012, no sólo se pudo rescatar a ella, sino que también se rescataron a cinco mujeres oriundas de la provincia de Santa Fe. “El caso demuestra las conexiones que hay entre las provincias en las distintas redes de trata”, explicó Gatti.
Las víctimas tenían una característica en común: todas eran mujeres solas con varios hijos y jefas de hogar. En el prostíbulo tenían que dormir en el mismo lugar en el que eran explotadas sexualmente. Los explotadores habían puesto tarifas que iban desde los 60 pesos por 15 minutos a 300 por una hora.
Para saber cuántos “pases” hacía le ponían una pulserita en la muñeca. Por la mañana, los dueños del prostíbulo contaban cuántas tenía en su brazo para controlar las veces que cada mujer había pasado a las habitaciones con un hombre. Las mujeres que sólo tomaban copas tenían pulseras de otro color.
Los rescates se hicieron hace dos años en el marco de distintos allanamientos en tres ciudades de Santiago del Estero. Gendarmería y la policía local intervinieron en cuatro lugares. Uno fue en la “Negro el 20”, en la ruta provincial 51. Allí las fuerzas de seguridad detuvieron a dos personas e incautaron dinero en efectivo, preservativos, el libro de pases, documentos y un arma. Además, allanaron otro prostíbulo, un hotel alojamiento, la casa de uno de los explotadores y un laboratorio de análisis clínicos, donde llevaban a las víctimas para hacerse chequeos médicos.
Los imputados que llegan a juicio son Carlos Horacio Cancino Franco, Samuel Emiliano Calderón y José Luis Luna.
Los investigadores llegaron a la conclusión que Luna era quien captaba a las mujeres en Misiones y las llevaba hasta la provincia de Santiago del Estero. En los prostíbulos, Cancino Franco-dueño del local- y Calderón-encargado- recibían a las víctimas. En el momento del allanamiento, las fuerzas de seguridad detuvieron a seis personas, pero sólo tres afrontarán el debate oral.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas