Masacre en Panambí: la defensa de Alegre asegura que hasta el momento no hay elemento que relaciones al chapista con el cuádruple homicidio

Sostiene que no hay pericia ni testimonio que lo incrimine. E indicó que el entrecruzamiento de llamadas solo no alcanza para sostener una imputación tan grave.

El abogado Ramón Grinhauz, defensor del chapista Marcial Alegre (45), uno de los imputados por la llamada Masacre de Panambí, indicó que hasta el momento no surgen elementos de peso en el expediente que liguen al mecánico con el cuádruple homicidio ocurrido el pasado 25 de Mayo.
“Esta semana estuve en el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá y todavía no anexaron al expediente el entrecruzamiento de comunicaciones telefónicas. Y precisamente fui a ver ese material, porque había versiones que indicaban que involucraban a mi asistido. Aún no está, pero lo que puedo decir es que una llamada o un mensaje tienen un significado en relación con otros elementos y solo con eso quieren armar una historia, eso se llama elucubración”, indicó el letrado en contacto con Misiones Online.
Grinhauz indicó que al chapista no hay pericia genética que lo ligue al caso. Tampoco testigos que lo hayan visto en el escenario del bestial asalto. “Solo está una llamada anónima que supuestamente orientó a la Policía hacia el taller de Alegre. ¿Y si esa comunicación tenía como objetivo desviar la investigación para que no encuentren a los verdaderos autores? Nunca se siguió otra pista seria. Me parece muy endeble sostener en una imputación este elemento”, cuestionó el abogado.
Hasta el momento, el mecánico, detenido en Garupá luego de estar varios días prófugo, prefirió no declarar. Sin embargo, le habría dicho a su abogado que él no tiene nada que ver con la masacre y que pueden investigarlo todo lo que quieran, porque no van a encontrar nada.
Sin embargo, Alegre deberá aclarar por qué escapó. Vino en camioneta desde San Javier, su localidad de residencia, hasta Posadas y desde allí hacia una pieza de alquiler de Garupá, donde finalmente lo sorprendió la Policía.
También por qué en su taller, allanado el 28 de mayo, encontraron armas de fuego de distintos calibres, municiones hasta para fusiles FAL, pasamontañas e insignias de fuerzas de seguridad. Habrá que ver si convence a la jueza la explicación de que él coleccionada armas. Si no logra justificar el arsenal, tendrá que responder por otros delitos vinculados a la tenencia ilegal de armamentos.
Grinhauz, de lo que pudo ver del expediente, coincidió con otro abogado que actúa como defensor en esta causa, Rodolfo Riotorto: “Tampoco hay prácticamente nada sólido contra el militar Rubén Orlando Bueno”.
Riotorto había dicho en la semana: “Bueno estuvo en la parada militar junto al jefe de Regimiento, luego de ahí fue a su casa y después al cumpleaños del suegro, donde estuvo hasta las 17.30. Regresó a su domicilio, donde fue visto por vecinos. Desde ahí no salio hasta las 22.30. Toda su actividad está claramente ubicada en San Javier, hay testigos que ratifican esto y prestaron declaración en la causa”.
“Hay un solo elemento que lo involucró en la causa. Se trata de un informe, de una especulación de los investigadores, diciendo que el chico Cristian podría haberse confundido, y en lugar de hablar de un prefecturiano, hablaba de un hombre del Ejército”, dijo el martes el letrado.
Fuentes judiciales indicaron que la jueza Alba Kunzmann de Gauchat resolverá la situación de los acusados una vez que tenga el entrecruzamiento de comunicaciones telefónicas, que está llevando a cabo la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC). Hace unos días este medio adelantó que les dictarían la prisión preventiva al ex prefecturiano Pablo Julio Paz, a Juan Ramón Godoy y a Alegre. Bueno sería excarcelado, aunque supeditado a la causa.
La Masacre de Panambí sucedió la tarde-noche del 25 de Mayo. Ese día, una banda de cinco asaltantes irrumpió en la casa de la familia Knack y agredió a cuatro de sus integrantes. Fue para robarles los 300 mil pesos que habían cobrado por la venta de una carga de madera. No contentos con sacarles el dinero, los ladrones le prendieron fuego a Oscar Carlos Knack (43), su mujer Graciela (42) y a dos hijos del matrimonio, Bianca (12) y Cristian (25). Con el correr de los días murieron los tres primeros. Cristian murió poco más de un mes después.

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