Investigadores de la SAIC trabajan en Iguazú para esclarecer el crimen de la pasera

Revisaron el escenario del hallazgo, los videos de las cámaras de seguridad de la zona donde fue vista por última vez y también entrevistaron a testigos. El homicidio de Lepoldina Rojas de Ferreya sucedió hace casi un mes y no hay detenidos.

Para trata de esclarecer el enigmático asesinato de la pasera Leopoldina Rojas de Ferreyra (50), el juez de Instrucción de Puerto Iguazú, Juan Pablo Fernández Rissi, convocó a la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC), que ya está trabajando en la localidad.
Los detectives, que pertenecen a una repartición del Poder Judicial que está al servicio de los juzgados de toda la provincia, ayer recorrieron el escenario del hallazgo: un trillo cercano a la zona de las 600 Hectáreas. También revisaron el contenido de las cámaras de seguridad que tienen imágenes de la zona céntrica donde la mujer, oriunda de Puerto Presidente Franco (Paraguay), fue vista con vida por última vez. Y también se entrevistaron con testigos y hasta con el único demorado que hasta el momento tuvo la causa: un puestero de la llamada “Feiriña”, al que supuestamente la pasera fue a ver el día en que desapareció.
Los funcionarios analizaron todos los datos que recabaron los investigadores policiales. Hasta ahora, las averiguaciones habían apuntado en dos direcciones: hacia el puestero, quien fue liberado luego de que las pericias hechas en su negocio y en su casa no arrojaran ningún indicio que lo ligara con el homicidio; y hacia los dueños de dos coches que fueron tomados por las cámaras de seguridad y que fueron revisados minuciosamente. En los autos no hallaron absolutamente nada.
Fuentes judiciales indicaron que hasta el momento se habían encontrado con mucha reticencia de parte de algunos habitués de la Feiriña de aportar información. Están convencidos de que en ese lugar podría estar la punta del ovillo para esclarecer el crimen.
La pasera despareció el 8 de julio. Le dijo al sobrino que la acompañaba que iba a la feria de la avenida Brasil para encontrarse con un puestero.  Nunca volvió. El joven avisó al resto de la familia y comenzó la búsqueda, que incluyo pegatina de afiches y hasta una movilización.
El 13 de julio por la tarde, un aborigen mbya encontró el cadáver de Lepoldina en un malezal cercano a las 600 Hectáreas. Estaba semidesnuda y en avanzado estado de descomposición. La autopsia determinó que la habían ultimado de un golpe en la cabeza.

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