Masacre de Panambí: se vencen los plazos y todo apunta a que le dictarán la prisión preventiva a tres de los imputados

Estiman que la jueza ya está en condiciones de resolver la situación de los sospechosos. Paz, Alegre y Godoy son los que la magistrada consideraría responsables de “homicidio calificado por alevosía, ensañamiento y por la participación de más de tres personas; cuatro hechos”.

PANAMBÍ 3
Donde sucedió todo. La casa de los Knack, ubicada en el kilómetro 7 de la ruta provincial 5.

La semana que arranca mañana es decisiva para la causa por la llamada Masacre de Panambí. No solo por la declaración que prestará Carlos “Nano” Knack (20), el único integrante de la familia damnificada que quedó con vida, sino porque se estarían cumpliendo los plazos para que la jueza resuelva la situación procesal de los imputados. Es un tema espinoso, que los defensores y la Fiscalía no quieren tocar, pero lo están analizando y en las próximas horas se harían presentaciones en ese sentido.
Fuentes el caso indicaron que si bien hay informes pendientes para anexar al expediente, la magistrada Alba Kunzmann de Gauchat ya estaría en condiciones de pronunciarse. Ya se realizaron las indagatorias, muchos de los informes de la Policía Científica fueron sumados, como así también los relatos de testigos; y se anexaron las conclusiones de las autopsias.
Durante la feria judicial, por ejemplo, hasta se tomó declaración a los testigos que aportó el último de los sospechosos arrestados. Por eso se estima que tras la comparencia de Nano Knack ante el juzgado de Instrucción Uno de Oberá, el camino hacia la resolución estará allanado.
Por el momento, hay cuatro hombres imputados por el hecho: Marcial Alegre (45), Juan Ramón Godoy (44), Pablo Julio Paz (51) y Rubén Orlando Bueno (52). Les endilgan el delito de “homicidio calificado por alevosía, ensañamiento y por la participación de más de tres personas; cuatro hechos”. El Código Penal solo contempla un castigo para esta figura: la prisión perpetua.
Pese a los amagues iniciales, hasta el momento solo uno de los acusados, Bueno, accedió a ser indagado. Se desvinculó del hecho. Aseguró que conocía a los Knack porque les había comprado madera. Y también admitió que tenía trato con Paz, que es un ex prefecturiano. Los demás sospechosos prefirieron abstenerse. Incluso Alegre, cuya defensa había dejado trascender que hablaría después de la feria judicial.
No obstante, cualquiera de ellos puede pedir para declarar en el momento que lo considere, mientras dure la instrucción.

 

Los que están comprometidos

Fuentes cercanas al expediente adelantaron que Paz, Alegre y Godoy recibirían la prisión preventiva en los próximos días. Y que Bueno sería excarcelado, aunque continuaría supeditado a la causa.
La huella de Paz fue hallada en el escenario del crimen. Estaba en la caja de zapatos de donde la banda que cometió el asesinato múltiple se llevó los 300 mil pesos que los Knack habían cobrado por la venta de una carga de madera el mismo día en que sucedió todo: el 25 de mayo último. Además, improntas muy parecidas a sus alpargatas aparecieron en la casa de la familia asesinada. Restos vegetales hallados en su ropa coinciden con las que aparecieron adheridas a la capucha que dejó uno de los asesinos en la vivienda donde sucedió el atraco. Y para complicar su oscuro panorama está la declaración que Cristian Knack (25), una de las víctimas, dio antes de morir y en la que reconoció a Paz como uno de los asaltantes. El joven dijo que su padre Oscar Carlos (43, otra de las víctimas fatales) logró sacarle el pasamontañas a uno de los ladrones y entonces pudo ver al ex prefecturiano, al que ya conocía, porque también le compraba madera al aserradero que tiene la familia.
En el taller de Alegre, en San Javier (todos los imputados residen en esa localidad), apareció un arsenal. Pero ninguna de esas armas fue utilizada en el asalto. La Policía llegó hasta ese lugar mediante el llamado de un anónimo, que se contactó desde un teléfono público de Alem días después del bestial asalto y dio detalles de quiénes habrían sido los ejecutores del hecho.
El chapista era conocido de Paz y le adjudican algunos negocios turbios de frontera. Hay indicios en el expediente de que solía hacer negocios con el ex prefecturiano. Sin embargo, no hay testigos directos ni pericias dactilares ni genéticas que lo ubiquen en el lugar de la masacre, al menos de momento.
Godoy aparece comprometido porque un auto similar al suyo utilizó la banda de asesinos. Hay testigos que vieron un coche parecido camino a Panambí y el propio Cristian Knack detalló características del vehículo que para los investigadores comprometen al sospechoso.
El 28 de julio, Misiones Online adelantó que el informe preliminar del entrecruzamiento de llamadas telefónicas hecho por la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (SAIC) había determinado contactos entre al menos tres de los imputados y que esto sería “vinculante” para la causa. En las últimas horas, se añadió la versión de que esos sospechosos no serían otros que Paz, Alegre y Godoy. Y que incluso se habrían contactado el mismo día del hecho, antes y después de la masacre.
Sobre el cuarto sospechoso, Bueno, un suboficial del Ejército que cumplía funciones en el Regimiento San Javier, las fuentes admitieron que hay escasos indicios que lo ligan al hecho: testimonios de terceros que insisten en que era quien conducía el “camión vaquero rojo” con el que Paz trasladaba a San Javier la madera que compraba a los Knack.
Además de Cristian y Oscar Carlos, también perdieron la vida tras el asalto Graciela (42 años, la esposa de Oscar) y Bianca (12), otra hija del matrimonio. Los cuatro fueron quemados vivos por los criminales y perdieron la vida días después del hecho.

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