Cuatro testigos más confirman que Guirula ya había sido reducido dentro del motel

Pasaron ante el juez el conserje del motel, otra mucama y los dos amigos del albañil. Todos vieron a la víctima rodeada de uniformados, controlada en el predio del albergue transitorio, pero dijeron que no alcanzaron a ver la paliza.

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El miércoles declararon cuatro testigos más en el marco de la causa por el crimen de Carlos Raúl Guirula (30), entre ellos los dos amigos que estaban en el motel cuando lo demoraron. El joven albañil murió el 19 de julio como consecuencia de los brutales golpes que recibió en el tórax tras ser detenido por un grupo de policías por un incidente menor que había protagonizado en el albergue transitorio de Santa Catalina y Andresito. Hay once uniformados imputados por el caso, nueve de los cuales continúan detenidos.
Los relatos fueron coincidentes: el operativo fue desmesurado para el potencial “peligro” que supuestamente podía representar la víctima.
Confirmaron que Guirula había consumido bebidas alcohólicas y que tenía signos de ebriedad, con lo que se reducen aún más las posibilidades de que haya podido representar un riesgo para alguien.
El conserje del motel que estaba trabajando al momento de producirse el hecho (el sábado pasado cerca de las 3) confirmó que discutió con Guirula, porque el albañil se negó a pagar la cuenta de la consumición de la habitación que había rentado, porque la consideró abusiva. Si bien admitió que el joven se ofuscó, el conserje minimizó el grado de descontrol que en un principio declaró que había mostrado Guirula (ante la Policía hasta había mencionado que el albañil quiso pegarle y que él prácticamente se encerró en su oficina). No obstante, afirmó que se decidió llamar a la Policía para que la cosa no pasara a mayores.
El testigo detalló que una vez que llegaron los uniformados (primero un patrullero de la comisaría XIII y después otros tres del Comando Radioeléctrico) hubo una situación tensa, pero no pudo ver con claridad en medio del tumulto cómo lo trataron al muchacho. Eso sí, también aseguró que el obrero ya fue reducido en el interior del albergue transitorio.

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Después fue el turno de los amigos de Guirula, otros dos trabajadores de la construcción de apellidos González y Do Nacimiento. Ambos detallaron la hora en la que llegaron al motel junto con dos prostitutas que habían contratado, qué tomaron y también que ellos entraron en uno de los cuartos con una de las chicas y la otra fue con Guirula a la segunda habitación rentada.
Añadieron que cuando se percataron del entredicho y posterior arribo de la Policía salieron y más tarde presenciaron cómo sacaban a su amigo del auto donde se había metido. El coche es de Do Nacimiento.
Dijeron que alcanzaron a ver el tumulto, pero no los golpes que le aplicaron a su conocido.
Por último que ellos tuvieron que abonar la cuenta impaga para abandonar el motel. También que fueron quienes avisaron a la mujer de Guirula de que lo habían apresado, pero que tuvieron vergüenza de decirle dónde había sido la detención.
González y Do Nacimiento declararon después de las 18, luego de que terminaran su jornada laboral.
La ronda de testimonios finalizó con la declaración de otra mucama del motel. Recién a las 0.30 de hoy terminó el desfile de testigos.
Esta tarde, después de las 17, comparecieron dos personas que estaban presas en la comisaría XIII el día en que sucedió el homicidio y que habrían visto o escuchado cómo un grupo de policías lavaba la camioneta en la que llevaron a Guirula desde el motel hasta la seccional del barrio Guazupí. El albañil llegó muerto a la dependencia policial y todo indica que el vehículo fue limpiado para borrar las manchas de sangre que presentaba en la cajuela.
También se presume que baldearon el playón de la comisaría para que no se vieran las marcas de arrastre del cuerpo de la víctima.

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