Panambí, sumido en el dolor, despidió a Cristian Knack

Esperaron dos días los vecinos del pueblo para despedir a Cristian (25), la cuarta víctima de la llamada Masacre de Panambí. Este miércoles pudieron hacerlo, con todo el dolor en el alma. Nadie puede creer el destino trágico que esperaba a los Knack.

Carlos «Nano», el único integrante de la familia que no estuvo presente en el momento del trágico asalto, dijo al despedir al despedir a su hermano: «Dios se va a encargar de los responsables de quitarme a mi familia. Y también de todos los que dijeron que andamos en cosas raras. Todo lo que conseguimos es del sudor puro de papi y mami».DSC_0105

Como cuando tuvieron que despedir a Carlos Knack (43), a su esposa Graciela (42) y a la pequeña Bianca (12), hija del matrimonio de madereros, la comunidad toda estuvo presente apoyando a Nano, pidiendo justicia y descanso eterno a la familia.

Entre los presentes circuló una versión que se confirmó con el correr de la tarde: el último de los sospechosos detenidos por el hecho, el suboficial del Ejército Rubén Orlando Bueno (42), estuvo en el velorio de la pareja y de su hija, el pasado 28 de mayo.

Con mucha tristeza, pero confiados en que la justicia divina actuará para que toda la familia encuentre la paz y pueda salir adelante, los vecinos pasaron frente el féretro de Cristian y le dieron el último adiós.

El velorio comenzó pasadas las 15, y se realizó en el playón de la Iglesia Evangélica Bautista «Salem» del kilómetro 8 de la ruta provincial 5.

Cristian resistió 33 días internado, con el 70 por ciento del cuerpo quemado.

Una semana antes de morir, pudo realizar la denuncia por el hecho que ocurrió el 25 de mayo en su vivienda.

Allí, cinco ladrones entraron y despojaron a la familia de los 300 mil pesos que había cobrado por la venta de una carga de madera. Pero no conformes con eso, rociaron con alcohol a Carlos, Graciela, Bianca y Cristian y les prendieron fuego. Nano se salvó, porque un rato antes había salido.

Pastores de la Iglesia a la que asistía toda la familia le dieron la última despedida, rodeados por parientes, amigos y allegados de las víctimas.

DSC_0103Uno de los que tomó la palabra fue Néstor, el tío de Cristian: «Con su último esfuerzo, habló lúcidamente, contó todo clarito cómo fue. Esto sucedió producto de la envidia. Recuerdo que Cristian me dijo hace unos días ‘Tío, yo estaba comiendo un pedazo de torta y de la nada aparecieron y nos llevaron a la pieza. Se llevaron a mi familia», jamás me voy a olvidar de ese momento, como estaba lleno de cables que lo mantenían en vida, no pudo secar las lágrimas que le caían de sus ojitos».

Néstor quiso que todos los presentes dimensionaran cómo estaba Cristian y contó: «Para que se den idea, él no tenía párpados. Nosotros con Nano estuvimos y le dimos todas las fuerzas necesarias. Habló lúcidamente porque contó clarito toda la verdad. ‘Eran cinco’, repitió.

Además dijo en varias oportunidades que “esa noche estaba presente el hombre al que les vendieron madera».

Ya en el cementerio, Nano despidió a su hermano con lágrimas eternas.

Fue un momento desgarrador. Después, con mucha entereza, agradeció a todos los presentes por acompañarlos y darles fuerzas.

Además del militar Bueno (que este miércoles nuevamente fue llevado al Juzgado de Instrucción Uno de Oberá por un trámite vinculado a la causa), están detenidos por la masacre el chapista Marcial Alegre (45), Juan Ramón Godoy (44) y el ex prefecturiano Pablo Julio Paz (51), apuntado por Cristian en su denuncia como una de los autores del asalto.

Trascendió de fuentes cercanas al caso que Alegre declararía la semana que viene.

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