Notables del jazz versionados con gran clase en el Centro del Conocimiento

Una multitud para ovacionar a Big Band y Valentino Jazz Bazar. Ahora, el Centro del Conocimiento se concentra en temporada de vacaciones. El 2 inaugura homenaje a Fontanarrosa.IMG_1325 IMG_1146 IMG_1254

Desde rarezas como Barroman del exquisito argentino Guillermo Klein a Eleanor Rigby de Beatles bien jazzeados se pudo disfrutar en la larga noche “cool” que se vivió en Teatro de Prosa, del Centro del Conocimiento, con más de 300 personas ovacionando a Big Band, orquesta de 8 músicos misioneros muy ensayados y afinados, en primer lugar ,y por último a Valentino Jazz Bazar, cuatro músicos porteños al mando de Juan Miguel Valentino y su “técnica de pulgar” para tocar la guitarra, comandando la noche.

Fue en el puntapié de un ciclo muy promisorio si se pueden seguir armando estas vistosas y atractivas duplas, uno de acá y otro de otros lugares. Fue el encendido de la mecha de “Jazz en Prosa”. Y la gran sorpresa fue “Big Band”, ya se daba por descontado que por experiencia, ruta y bagaje lo de Valentino sería deleite y disfrute.

Pero el notable sumario de artistas al que recurrió “Big Band”, sorprendió a un público que ya de por sí se mostró seducido por la formación: Gonzalo Bobadilla (piano), Fernando Gruber (guitarra), Marcelo Móttola (batería), Leandro Krause (bajo), Alejandro Benavídez (trompeta), Federico Solé Mases (saxo barítono), Miguel Gutiérrez (saxo tenor), recurrieron al poder de obras de Frank Zappa, Charlie Mingus, Horace Silver.

Y trajeron para el público misionero a un desconocido para el gran público argentino: Guillermo Klein, un gran creador argentino que vive en Barcelona y toca poco en Argentina. Uno de tantos “no profetas en su tierra”. Be-bop, hard-bop, aires folklóricos y fusión, mucho latin jazz en estos misioneros que se presentarán junto a Tangazo, el 13 de Julio en la Escuela Superior de Música.

Y la cereza de la torta: Valentino Jazz Bazar con su mejunje  de funk-soul-rock, y el de jazz. “Yo tengo un dicho que es ‘odio la guitarra’, pero terminé amándola. Empecé tocando el piano, después me gustaba la trompeta, porque a los 12 años me sacaba los solos de Armstrong en la flauta dulce, imagínate, no tenía guita para la trompeta, Mi sueño era ser pianista o trompetista. Pero en todos lados había una guitarra, es el primer sintetizador de la historia, podes hacer de bajista, es una maravilla, sirve para todo, para tocar cualquier estilo, podes hacer de trompetista, lo que quieras” le decía en la mañana del viernes al programa Otras Voces, conducido por Café Azar y Miguel Riquelme. Y por la noche dio cátedra de seis cuerdas bajo una ejecución extraña o poco abordada.

A los presentes en el recital de Teatro de Prosa, entre tema y tema, le contó que “yo tocaba como todo el mundo, con púa, distorsión, hasta que descubrí al gran Wes Montgomery, y su técnica de pulgar. Ahí me dije, porque no todos tocan así, es genial”.

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