La Policía, empresas, la Comuna y los incansables voluntarios ayudaron a reparar los daños que había causado la inundación. Fue importante la cantidad de donaciones.
Las instituciones respondieron. Ni qué hablar de los vecinos. Gracias al trabajo conjunto se pudo aliviar la angustiante situación que atravesaron entre la madrugada y la mañana del jueves en el Refugio de Animales, cuyo predio se inundó y puso en serio peligro a los 230 perros allí alojados.
Etelvina Sorghe, la responsable de la organización civil de asistencia y cuidado de mascotas, había pedido ayuda de manera urgente, porque tras las intensas lluvias, un metro de agua había entrado al predio y la corriente se había llevado todo a su paso. Lo que no arrastró, lo inutilizó. Los canes debieron ser puestos en lugares altos, a resguardo.
Para El Refugio se ha transformado lamentablemente en una insana costumbre el hecho de que se inunde el predio. El terreno linda con el arroyo Mártires y ante cada temporal, el agua no se escurre y queda en el lote. Esto, sumado a los aumentos de caudal del arroyo convierte el lugar en una trampa.
Ayer, personal del Instituto Municipal de Salud Animal, el Grupo de Operaciones Especiales de la Policía, la Brigada de Canes de la fuerza de seguridad provincial, las empresas Ecim y Village Cataratas; la comisaría Novena y distintos voluntarios trabajaron durante horas en el predio para secarlo, arreglar los caniles y alimentar a los perros. Fue conmovedor el esfuerzo que realizó esta gente.
También fue importante la donación de cartones, alimentos y diarios. Así como la decisión de muchos vecinos de llegar algún ejemplar en tránsito hasta que la situación se normalice en el refugio.
